lunes, 24 de diciembre de 2012

449 y Lo de hoy, por ayer...

POPURRÍ 449:
En el Año de la Fe (73): Con la Fe, vale el refrán: “¡dime con quién andas y...!” Aunque no siempre es así.

Al habla el historiador (449):

Bien de algunos, consuelo de todos...
... va por lo de la lotería (al menos es lo que pretende la prensa y otros medios). ¡Dios qué artera!

Noticia de media página –y es muchísimo- la llevan a más de 20...
... ¿no es una pasada?

Y volviendo a lo del TSJC...
... pero, el campo murió, gracias al miedo ambiente del cabildo y el seprona del gobierno. ¿Y ahora qué?

Multas, sanciones, normas, planes...
... y todo sin base y sin razón. ¿Quién devuelve todo eso, y las vidas de los suicidados?

Los campos se han vaciado...
... sin agricultura y sin ganadería. Pero, ¿y ahora qué?, ¿quién devuelve?

Esta noche: turrones, polvorones...
... y antes de le cena, ¿no habrá Cena (Eucaristía), en la Mesa del Niño que nace?

Sin ésta, la otra no tiene ni sentido, ni razón...
... si un niño preguntara a unos padres sin Misa: esta noche, ¿qué celebramos?, ¿qué le contestarán?

Mientras el millo no se produzca aquí...
... el gofio, no es tabaibero (o canario).

Los ancianos jubilados (un servidor entre ellos)...
... el nuevo frente de juventudes (nos quitan el 33 %). Pues, ¡bien y buen empiezo!

Dicen que el 2013, es el año del crecimiento, sí pero...
... del paro, de la crisis, del hambre, de la delincuencia, del suicidio, etc.

Ya aprendiéramos del Papa a perdonar...
... como lo hiciera el anterior Papa, también.

A la hora de comprar...
... será fresco, será natural, pero no será de la tierra.

También es mentira digan son sanos...
... si no son de la tierra.

Esta noche/y mañana, san Francisco de Asís...
... quería que los animales comieran el doble, los pesebres a rebosar, y de lo mejor.

Y a los niños, en lugar de tanto carnaval y navidad...
... les comiencen a enseñar chino y árabe, y se dejen de tonterías. No jueguen con sus futuros.

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“... brotará un renuevo del tronco..., y de su raíz florecerá un vástago...” (Del libro del profeta Isaías).

“... alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles..., que ya llega, llega a regir la tierra...” (salmo 95).

“... había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño...” (Del santo Evangelio de san Lucas).

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Lo de hoy, por ayer...


Me refiero a la crónica que les hago o doy, cada vez que salimos de marcha o senderismo arqueológico. De entrada si nueve o novena, ¿qué importa?, si con nosotros viajan siglos y millones de guanches, pues al seguir sus huellas, todos ellos se nos hacen presentes si bien en espíritu. Por supuesto, que gozamos como enanos –según expresión popular- al disfrutar apartes de las bondades del día, con las del paisaje, pero más y mejor con las del paisanaje, o lo que es lo mismo, con la amistad que se va fraguando cada vez más con los que perseveran, y con los que se incorporan. Da gusto, ver a esta porción –creciente- de este pueblo, que anda tras sus raíces, y conecta con el pasado, viendo aquí y allá los restos de cerámica, las cochas, la brea, etc. Pero, hoy –por ayer- hubo, sin precedente un acto singular, pues después de dejar sendas torretas atrás, con sus contiguas cuevas, y atravesando caminos que se abren, entre piedras y riscos, entre tabaibas y cerrillos, dejando varas de san José y cardos silvestres, acercarnos a la Cueva del Ferrón, donde el corral a su entrada, y dejando fuera los útiles de distintas generaciones que la habitaron, desde los guanches a sus últimos moradores medio siglo atrás con restos de unos y otros mezclados, entramos, y antes del merecido y a las tres de la tarde, el almuerzo, un servidor –y sin precedente- dada la similitud, con el texto leído la víspera y el día en todas las Iglesias de la catolicidad, leyó, viendo el parangón entre María, que con sus doce años, llevando a Jesús en su seno, se hizo alegre, rauda y veloz, saltando dada su juventud, a toda prisa corriendo, hacia la montaña, y por las montañas –como nosotros- y como Ella, al entrar en la casa de Zacarías, nosotros lo hacíamos en la cueva citada, nueva morada desde la imaginación, de Isabel, que asombrada exclama de dónde la Madre de Dios la visitara, la anciana a la joven niña o niña joven que se llega a ella a ayudarla y servirla, y saltando Juan de alegría en el seno de su madre, ante la presencia de Jesús en el de la suya, se produce ese maravilloso saludo, “bendita entre todas las mujeres...”, y termina con el “dichosa, feliz, bienaventurada, glorificada, salvada..., porque has creído”. Recordábamos estábamos en el “Año de la Fe”, que ésta debe ser reforzada, recuperada, más y mejor formada, extendida, etc., y que como María la creyente, también nosotros lo éramos o debíamos serlo. Se almorzó, y ya más pesada la marcha, siguió alcanzando altura, y sin llegar a la meta, mirando el reloj y huyendo de la noche, bajamos cuando el ganado nocturno hacía su salida, con el dulce balar y el sonido bucólico mil veces de sus tres mil cabezas, todo un espectáculo, y más cuando después de muchos kilómetros a pie y en coche, llegamos hasta donde los pastores, que pusieron el colofón de tan maravilloso día con su acogida y sus relatos, cuentos, leyendas, sabiduría y quejas contra seprona, que les amargan la vida, y no les dejan vivir en paz, con multas y sanciones: no pueden llevar cuchillo a sus cinturas, no pueden tener camiones viejos para el traslado de estiércol dentro de sus tierras y fuera de carreteras oficiales o públicas, por carecer hasta de placa de matricula, tampoco quemar animales muertos, tampoco esto, ni lo otro, es decir en un continuo acoso, y que para más inri, en sus ratos libres con sus motos de cuatro ruedas –los verdes-, se les meten en terrenos de cabras, a espantarlas, a meterles ruidos, a desparramarles el ganado, a llenarlos de ruidos y polvo, destrozándoles caminos, etc., sin reparar que cuatro perros asilvestrados, le mataron 20 cabras, y bla, bla, bla..., pues que nos cogió la noche, y algunos en la vuelta o regreso a la Barranquera se quedaron dormidos dada la jornada tan intensa, que el cansancio hizo su aparición e hizo soñar a algunos –repito- en cuanto de bello y hermoso habíamos vivido. La próxima queda marcada para el 13 del 1 del 13; la otra a los 15 días del 13. Ya avisaremos –para ambas-, y cambiamos ya de ruta, nos vamos a otra zona, y así rastreando la isla toda y descubriendo sus entrañas. Dijo uno de los nuestros con más de 70 años, ¿me iba a morir sin conocer tanta belleza e historias?

El Padre Báez.

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