Y pensar, las cabra sueltas nos
pueden evitar los incendios.
Y pensar, las cabra sueltas nos
pueden evitar los incendios. Pues, a pesar de ello, el cabildo las mata
y no para de plantar pinos. Es decir, la mejor prevención contra los incendios,
es el pastoreo de las cabras, pero sabemos cómo las tenemos encerradas en
explotaciones, donde hasta ellas mismas pueden ser objeto de las llamas. Pues,
¡vaya contradicción, que las que nos pudieran evitar los temidos y terribles
incendios son las cabras, y nos las tienen encerradas, y el cabildo mata a las
sueltas. Algo aquí -o mucho- no funciona nada bien. Porque es, que no acaban ahí
las funciones o beneficios de las cabras, porque es que gracias a ellas, se
conserva el medio ambiente, pero, sin ellas éste se
desprotege y desaparece, convirtiéndose en miedo
ambiente. Pero, es sabido cómo el cabildo prefiere las cabras coman comidas y
piensos traídos de fuera, antes que nuestras propias hierbas, que emboscan el
campo, y que al no ser comida de animales, pudiera serlo de las llamas (¡Dios
nos libre!). Difícil pues, sin las cabras conservar el medio ambiente, o al
menos está en grave riesgo y en peligro. Y es que al margen de lo dicho, el
pastoreo tradicional, es generador de economía, la misma que desaparece. Y con
ello, el cabildo contribuye al vaciamiento del campo –y ésta e otra-, que es
precisamente su objetivo: poder llenar de pinos la isla, cosa factible en cuanto
lo rural desaparece y se convierte en bosque, sin más, y para nada. Porque es
que además, en esto somos los únicos en el mundo, pues en el mismo, la actividad
pastoril es imprescindible para evitar el hambre y el paro. Pues, con producir
comida para rebaños miles, nuestras cabras se alimentan con pasto traídos de
fuera. Y toda vez no hay pastoreo, el pasto (la hierba) se seca, y, ¡el peligro
no avisa! Las cabras sueltas limpiarían el campo, la tierra, y así, imposible
nada arda, ni haya incendio alguno, pero..., es que hasta de haber pastoreo, o
cabras sueltas, fuera de explotaciones, en sus traslados o idas y venidas, las
cabras llevan en su pelaje las semillas que dispersan y amplían o favorecen sin
más, la conservación de todo aquello que sin ellas se está perdiendo
irremediablemente, pues son las mejores contribuyentes de la biodiversidad
llevando -como queda dicho- las semillas en sus desplazamientos, al paso que al
comerlo todo imposibilita incendio alguno, pero..., pero no es la mayor, que
desapareciendo el pastoreo, desaparece a la par la población rural o campesina,
que se urbaniza y son un problema en las afueras de las poblaciones o capital,
desapareciendo tradiciones, comercio, vida, Historia..., el campo sin las
cabras, se llena de basura, de restos orgánicos, de comidas, de fuegos
(barbacoas y otros)..., y no quiero dejar de citar, que desapareciendo las
cabras, ¿dónde y cómo, de dónde y qué baifo te vas o puedes comer? Consumiremos
baifos extraños, traídos de fuera, y ya eso, eso: ¡no es lo mismo!
El Padre Báez, Pbro.
19-07-18
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