jueves, 19 de julio de 2018

Y pensar, las cabra sueltas nos pueden evitar los incendios.
 
Y pensar, las cabra sueltas nos pueden evitar los incendios. Pues, a pesar de ello, el cabildo las mata y no para de plantar pinos. Es decir, la mejor prevención contra los incendios, es el pastoreo de las cabras, pero sabemos cómo las tenemos encerradas en explotaciones, donde hasta ellas mismas pueden ser objeto de las llamas. Pues, ¡vaya contradicción, que las que nos pudieran evitar los temidos y terribles incendios son las cabras, y nos las tienen encerradas, y el cabildo mata a las sueltas. Algo aquí -o mucho- no funciona nada bien. Porque es, que no acaban ahí las funciones o beneficios de las cabras, porque es que gracias a ellas, se conserva el medio ambiente, pero, sin ellas éste se desprotege y desaparece, convirtiéndose en miedo ambiente. Pero, es sabido cómo el  cabildo prefiere las cabras coman comidas y piensos traídos de fuera, antes que nuestras propias hierbas, que emboscan el campo, y que al no ser comida de animales, pudiera serlo de las llamas (¡Dios nos libre!). Difícil pues, sin las cabras conservar el medio ambiente, o al menos está en grave riesgo y en peligro. Y es que al margen de lo dicho, el pastoreo tradicional, es generador de economía, la misma que desaparece. Y con ello, el cabildo contribuye al vaciamiento del campo –y ésta e otra-, que es precisamente su objetivo: poder llenar de pinos la isla, cosa factible en cuanto lo rural desaparece y se convierte en bosque, sin más, y para nada. Porque es que además, en esto somos los únicos en el mundo, pues en el mismo, la actividad pastoril es imprescindible para evitar el hambre y el paro. Pues, con producir comida para rebaños miles, nuestras cabras se alimentan con pasto traídos de fuera. Y toda vez no hay pastoreo, el pasto (la hierba) se seca, y, ¡el peligro no avisa! Las cabras sueltas limpiarían el campo, la tierra, y así, imposible nada arda, ni haya incendio alguno, pero..., es que hasta de haber pastoreo, o cabras sueltas, fuera de explotaciones, en sus traslados o idas y venidas, las cabras llevan en su pelaje las semillas que dispersan y amplían o favorecen sin más, la conservación de todo aquello que sin ellas se está perdiendo irremediablemente, pues son las mejores contribuyentes de la biodiversidad llevando -como queda dicho- las semillas en sus desplazamientos, al paso que al comerlo todo imposibilita incendio alguno, pero..., pero no es la mayor, que desapareciendo el pastoreo, desaparece a la par la población rural o campesina, que se urbaniza y son un problema en las afueras de las poblaciones o capital, desapareciendo tradiciones, comercio, vida, Historia..., el campo sin las cabras, se llena de basura, de restos orgánicos, de comidas, de fuegos (barbacoas y otros)..., y no quiero dejar de citar, que desapareciendo las cabras, ¿dónde y cómo, de dónde y qué baifo te vas o puedes comer? Consumiremos baifos extraños, traídos de fuera, y ya eso, eso: ¡no es lo mismo!
 
El Padre Báez, Pbro. 19-07-18

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