El cabildo entuba
nuestros barrancos...
El cabildo
entuba nuestros barrancos, con lo que se acaba con la flora y la fauna,
es decir con hierbas, arbustos, árboles y gusanos, pájaros, palomas, y es cosa
de poner solo tres ejemplos de cada. Y que se trate de una institución, que
tiene un compartimento o “ministerio” con el medio o miedo ambiente, y en lugar
de favorecerlo lo obstruya y vaya contra ello, es que no cabe en cabeza humana
alguna, sino en la hueca de ellos. Y es que toda la sociedad, debe despertarse
ecologista, tomar conciencia de la muerte de dichas áreas, con lo que el Sáhara
entrará en la isla poco a poco y al fin todo esto será un desierto, donde solo
habrán serpientes, que nos comerán por las patas arriba. Manifestaciones
debieran haber constantemente y con pancartas, banderas, pintadas, gritos, y
cuanto al respecto se pueda hacer; a ello invito, para que se suelte el agua y
corra por donde la naturaleza siempre lo hizo, sin que el cabildo solo pretenda
favorecer por amiguismo a gentes que nos les importa la mayor, con tal de
satisfacer sus egoísmos, contra todo y todos. ¡Ya está bien de corrupción, de
mentiras, de hacer lo que me da la gana! Este pueblo, engañado y entontecido con
un fútbol ahora de gente mayor y la mayoría de fuera, que seguirá bajando –al
medir contaremos, mientras la fuerza y el talento joven y de la tierra, es
despreciado- no ve sino campos de césped, bien regados, pero los barrancos secos
no los ven, porque les absorben el deporte rey, que los tiene idiotizados,
gritado: ¡¡Gooolll..., gooolll..., gooolll...!!, hasta desganatillarse, cual si
pidieran auxilio de un ahogamiento desesperado, y sin que les vaya lo más
mínimo, pero..., que organización alguna no haya al respecto, que organice
manifestaciones y otras acciones, es de pena y dolor, de tragedia y de muerte
(con la contribución por silencio de los distintos medios de comunicación
comprados). Es decir, el cabildo ladrón de agua -y de tanto- debiera devolver el
agua a su cauce de siempre, desde que el mundo es mundo, y en ello, cuando están
tan ocupados en llenarlo todo de pinos, habida cuenta en las orillas de los
barrancos no hay pinos, les importa un rábano quitarnos el agua, que es de todos
–con las cabras hacen lo mismo: las matan-, pues como el sol, no es algo
privativo, ni nadie es dueño, sino un regalo del Creador (que si es usted ateo,
ponga en lugar de Dios, Naturaleza).
El Padre Báez, Pbro. 07-07-18
No hay comentarios:
Publicar un comentario