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Correo de Saúl...

... y no me pone texto alguno, y es que si es verdad -y lo es- que una imagen, vale más que mil palabras, las fotos que me manda Saúl, gritan más que hablan. Y no crean ustedes me manda fotos de sí mismo, de carnaval o carrera de coches, que tampoco lo hace del paisaje, del lugar, de su ambiente, que lo que me manda, es como un agradecimiento implícito, y me lo muestra sin texto alguno, pero entiendo su lenguaje, y él sabe que uno, con solo ver lo que me envía sobran las palabras, o no hacen falta las letras, que viendo las cinco fotos, es todo lo que me quiere decir: dos de sus ya anteriores cabras, otra en la que aparecen otras dos entrando en la habitación habilitada para ellas junto al terreno lleno de verde hierba, la otras -tres- repetidas en distintos momentos de la cabra que le regaló Juan Moreno,

y que un servidor se la llevé, con sorpresa y alegría al reponerle la que se le había muerto mamando aún, muy pequeña; ésta ya con pasados tres meses, es una baifa, casi machorra, preciosa, y una, dos, tres fotos (otros fotografían futbolistas, machangos, máscaras, etc.), porque Saúl vive para, por y vivirá de, las cabras, por eso, en ellas sus amores, sus sueños, su vida -al presente, y al futuro-. Pues, amigos, ahí queda el testimonio gráfico, de un niño de 13 años, cuya pasión -aparte los estudios en el instituto y clases particulares- son la agricultura y la ganadería. ¡Cuánto debiera ser imitado, para que tengamos un futuro mejor,! y nos dejemos de tanto turismo, que es el que ha desplazado al sector primario: unos pocos viven de los extranjeros, y la gran masa del campo y pueblos, también de la capital, que vivían holgadamente con vacas y papas, con cabras y tomates, con ovejas y trigo, pasando hambre, y en paro, porque todo, todo: playas, agua, carreteras (ciclistas), todo, es para los turistas, que nos dejan como las cabras sus cagadas, que no cagarrutas (estiércol), que los primeros dejan solo basura y mierda, las cabras oro y salud para la tierra.

“... acechan, acechan al desgraciado, para robarle (multarle)... se esconden, y con violencia caen sobre inocentes indefensos...” (salmo 9 B). / “... se han corrompido cometiendo execraciones... se extravían obstinados... no obran bien... devoran al pueblo  como pan...” (salmo 13).

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Declaración Universal
de los Derechos de los Animales

Considerando que todo animal posee derechos y que el desconocimiento y desprecio de dichos derechos han conducido y siguen conduciendo al hombre a cometer crímenes contra la naturaleza y los animales, se proclama lo siguiente:

Artículo No. 10
a) Ningún animal debe ser explotado para esparcimiento del hombre.
b) Las exhibiciones de animales y los espectáculos que se sirvan de animales son incompatibles con la dignidad del animal.

¡Qué distinta la actuación de Saúl, un niño de 13 años que disfruta con las cabras, pero sin explotarlas sino queriéndolas con verdadera admiración, cual si genética pura guanche corriera por sus venas, que siendo de Moya, allí se conserva mejor que en otros sitios los genes de Doramas, y es el caso que no las utiliza para el circo, ni abusa de ellas, sino que las mima, y éstas le siguen cual imán, ante la admiración de las gentes, sin que sea ese su objetivo, pues va a lo suyo, ya sea al juego, a la compra, o en el cuidado de las mismas, lejos de toda exhibición, pues no se imagina estar en un circo, no las saca o sale con ellas para mostrarlas, sino que le siguen en tanto las cuida, y ante varias personas, solo se fijan en Saúl, siendo sí, ciertamente un espectáculo, no el de sus cabras o machorras (baifas), sino el de un chico de su edad que comparte estudios y pastoreo, sin descuidar la agricultura; vocación auténtica. En casos como los de Saúl, si existieran muchos, o algunos, son la excepción de la explotación, y mucho menos la exhibición, ni es espectáculo el de los animales sino el suyo con los animales, por las calles, y su terreno, en torno a su casa y vecinos.