miércoles, 1 de agosto de 2018

Por si aspira usted a ser pastora o pastor –no me refiero a protestante- sino de cabras...
 
Por si aspira usted a ser pastora o pastor –no me refiero a protestante- sino de cabras, se va a quedar con las ganas, pues solo caben cinco hembras y cinco varones; los profesores son más de cincuenta, y entre ellos ningún pastor (pastoras ya no quedan). Así, es como nos toma el pelo el cabildo, así se ríe de todos nosotros, y haciéndoles la cama en ello algún periódico (la Provincia por supuesto, no). A ese pequeñísimo y reducidísimo grupito de enchufados, les enseñarán a trashumar, pero ya no les enseñarán nada de vacas, ¡lástima! ¿no? Pues es lo que hay. Pero abundo en el hecho o noticia: Se abre una nueva “escuela”, pero los alumnos deben ser ya pastores (les van a comer el tarro o coco), para cambiarlos. Es decir deben tener experiencia, con lo que sabrán más que los falsos profesores de pastoreo. Lo que sí habrán de por medio, son muchos veterinari@s, que son los “expert@s” en esto de cabras y cabrones (o machos cabríos). Los que colaboran, haciéndose publicidad a costa de ello, son tant@s que por superar el número de alumn@s con creces, paso de citarlos. Van a aprender cómo manejar una carretilla y cómo hacer un presupuesto; si son cinco l@s aspirantes o diez, deben asociarse de dos en dos, con lo que quedarán reducid@s a menos de la mitad, para que puedan descansar un@, alternando los festivos y domingos, porque la cosa es diaria (lo de comer y ordeñar las cabras [los cabrones no se ordeñan, les enseñarán también eso de paso]). La cosa nuestra de la escuela y alumn@s de cabras, imita y copia a la del país vasco (de paso les enseñarán euskera o vascuence en el curso), donde todo es prado y pasto, todo verde de hierbas sin fin. También accederán a clases de informática, de inglés (pero deben tener experiencia, es decir alumn@s de otras materias nuevas y distintas, para elevarlos de cultura y ciencia y no sean patanes en lugar de pastor@s. Pero ¡ojo, esto es el primer curso!, luego deben seguir como en la universidad, hasta que obtengan la Licenciatura o Doctorado; y al final, si llegan habrá un@ o dos, ¡si acaso! Pues, ¡vaya escuela! Lo de mucho ruido y pocas nueces, que dice el refrán. En lugar de poner a l@s aspirantes junto, detrás y al lado de los tres pastores mayores que quedan (Pepe el de Pavón, Cristóbal el de Caideros de Gáldar, y otro más de por ahí). También les enseñarán a trasquilar y a ordeñar (aunque tengan experiencia y sepan más que l@s profesor@s). Pero, que nadie se engañe, al final de la carrera o estudios pastoriles de cabras, el/la alumn@ tendrá un certificado que lo habilita para ser simplemente un auxiliar de algún que otro pastor que aún quede por el territorio. Total, al final agua y borrajas.
 
El Padre Báez, Pbro (pastor de almas). 01-08-18
 
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P.D.- En serio ahora: Hay que asegurar la continuidad del pastoreo; hay que suscitar el relevo de los pastores mayores; hay que continuar con el pastoreo; es tradición tres veces milenaria, que ha venido pasando de padres a hijos; hay que renovar el pastoreo; hay que preocuparse por el futuro del sector primario; necesitamos y es urgente el relevo generacional. Pero, ¿pastores sin pasto (el cabildo llena de pinos la isla)?; ¿comen pinocha las cabras? ¿No es el pastor mayor el verdadero profesor de la materia? Hay que volver y seguir con el pastoreo, hay que volver al campo. Debemos y tenemos que vivir de la ganadería y de la agricultura.

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