Por si aspira usted a ser
pastora o pastor –no me refiero a protestante- sino de
cabras...
Por si aspira usted a ser
pastora o pastor –no me refiero a protestante- sino de cabras, se va a
quedar con las ganas, pues solo caben cinco hembras y cinco varones; los
profesores son más de cincuenta, y entre ellos ningún pastor (pastoras ya no
quedan). Así, es como nos toma el pelo el cabildo, así se ríe de todos nosotros,
y haciéndoles la cama en ello algún periódico (la Provincia por supuesto, no). A
ese pequeñísimo y reducidísimo grupito de enchufados, les enseñarán a trashumar,
pero ya no les enseñarán nada de vacas, ¡lástima! ¿no? Pues es lo que hay. Pero
abundo en el hecho o noticia: Se abre una nueva “escuela”, pero los alumnos
deben ser ya pastores (les van a comer el tarro o coco), para cambiarlos. Es
decir deben tener experiencia, con lo que sabrán más que los falsos profesores
de pastoreo. Lo que sí habrán de por medio, son muchos veterinari@s, que son los “expert@s”
en esto de cabras y cabrones (o machos cabríos). Los que colaboran, haciéndose
publicidad a costa de ello, son tant@s que por
superar el número de alumn@s con creces, paso de
citarlos. Van a aprender cómo manejar una carretilla y cómo hacer un
presupuesto; si son cinco l@s aspirantes o diez, deben
asociarse de dos en dos, con lo que quedarán reducid@s a menos de la mitad, para que puedan
descansar un@, alternando los festivos y domingos, porque la cosa es diaria (lo
de comer y ordeñar las cabras [los cabrones no se ordeñan, les enseñarán también
eso de paso]). La cosa nuestra de la escuela y alumn@s de
cabras, imita y copia a la del país vasco (de paso les enseñarán euskera o
vascuence en el curso), donde todo es prado y pasto, todo verde de hierbas sin
fin. También accederán a clases de informática, de inglés (pero deben tener
experiencia, es decir alumn@s de otras materias
nuevas y distintas, para elevarlos de cultura y ciencia y no sean patanes en
lugar de pastor@s. Pero ¡ojo, esto es el primer
curso!, luego deben seguir como en la universidad, hasta que obtengan la
Licenciatura o Doctorado; y al final, si llegan habrá un@ o dos, ¡si acaso!
Pues, ¡vaya escuela! Lo de mucho ruido y pocas nueces,
que dice el refrán. En lugar de poner a l@s aspirantes
junto, detrás y al lado de los tres pastores mayores que quedan (Pepe el de
Pavón, Cristóbal el de Caideros de Gáldar, y otro más de por ahí). También les
enseñarán a trasquilar y a ordeñar (aunque tengan experiencia y sepan más que l@s profesor@s). Pero, que
nadie se engañe, al final de la carrera o estudios pastoriles de cabras, el/la
alumn@ tendrá un certificado que lo habilita para ser simplemente un
auxiliar de algún que otro pastor que aún quede por el
territorio. Total, al final agua y borrajas.
El Padre Báez, Pbro (pastor de almas).
01-08-18
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P.D.- En serio ahora:
Hay que asegurar la continuidad del pastoreo; hay que suscitar el relevo de los
pastores mayores; hay que continuar con el pastoreo; es tradición tres veces
milenaria, que ha venido pasando de padres a hijos; hay que renovar el pastoreo;
hay que preocuparse por el futuro del sector primario; necesitamos y es urgente
el relevo generacional. Pero, ¿pastores sin pasto (el cabildo llena de pinos la
isla)?; ¿comen pinocha las cabras? ¿No es el pastor mayor el verdadero profesor
de la materia? Hay que volver y seguir con el pastoreo, hay que volver al campo.
Debemos y tenemos que vivir de la ganadería y de la agricultura.
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