¡Eso, yo planto
pinos y si hay incendios, colaboren los ciudadanos!, ¡no te
digo!
¡Eso, yo planto
pinos y si hay incendios, colaboren los ciudadanos!, ¡no te digo! De
hecho, hay una verdad irrefutable, es la del silencio por pate de los vecinos a
la hora de delatar o decir quién prendió fuego, aún sabiéndolo!, pues es como si
alguien cumpliera con la voluntad de todos. Y no le toca a un simple cura
razonar sobre la cuestión, que es más cosa de sociólogos, de psicólogos y otros
especialistas en el comportamiento humano, aunque uno -modestia aparte- no está
lejos de ellos. Pues, ¡al grano!, que diría el otro. Que no, que no hay
colaboración por parte de los vecinos a la hora de delatar al que prendió fuego,
y que ellos llaman pirómano, cuando se trata de alguien al que previamente le
han quitado sus tierras-terrenos, y se los han plantado de pinos. Por supuesto
que no justifico, sino que explico lo que sucede y no debiera suceder, pues
como dice el refrán a lo hecho, pecho, aunque para un
servidor, la solución pasa, por devolver a la tierra su uso anterior, y por
descontado la propiedad del terreno usurpado con pinos a su legítimo dueño, que
no puede arrancarlos por estar protegidos, con lo que perdió la propiedad el
dueño, y lo es ahora el cabildo. Véase lo justo o injusto del proceder y que me
limito a no juzgar, sino a razonar. Y, siendo un servidor párroco también de
Cazadores, sé de los numerosísimos incendios en la zona para recuperar pasto
para el ganado, sin que jamás se haya descubierto al autor de las quemas, que se
convierten en incendios; lo cual significa hay mucha tapadera o solidaridad con
los actores de tales acciones, dicho así finamente. Y esto último, un ejemplo
claro de lo que antecede. No, no hay colaboración, sino complicidad en todo
caso. Y es, que para prevenir los incendios no es tanto delatar o descubrir al
autor de los mismos, sino no poner leña al fuego, es decir dejar ya de plantar
pinos y arrancar los plantados y sustituirlos por árboles frutales y por pasto
para el ganado. Y no es cuestión de descubrir a autores que han prendido fuego,
sino quitarles la posibilidad de hacerlo, sin más. Dice el refrán que
matándose al perro, se acabó la rabia; pues eso, sin
más. Y es que el pueblo que ha sido robado, guarda esa venganza hasta que la
descarga, por eso, que el cabildo devuelva tierras de labor y como estaban y se
acabarán de por vida los incendios. Por supuesto, que ninguna razón justifica se
prenda fuego a nada, y ello, por mucho que haya sido lo robado (tierras de
cultivo o de pastoreo, convertidas en pinar). En definitivas, que los incendios
tienen fin, si el Miedo Ambiente quiere, y devuelve lo quitado para pinos a sus
legítimos dueños o herederos; aunque repito, aún por mucho que sea lo robado,
nunca se justifica se prenda fuego, pero..., los datos están ahí, al margen de
la voluntad y deseo de uno.
El Padre Báez. Pbro.
06-08-18
No hay comentarios:
Publicar un comentario