lunes, 6 de agosto de 2018

¡Eso, yo planto pinos y si hay incendios, colaboren los ciudadanos!, ¡no te digo!
 
¡Eso, yo planto pinos y si hay incendios, colaboren los ciudadanos!, ¡no te digo! De hecho, hay una verdad irrefutable, es la del silencio por pate de los vecinos a la hora de delatar o decir quién prendió fuego, aún sabiéndolo!, pues es como si alguien cumpliera con la voluntad de todos. Y no le toca a un simple cura razonar sobre la cuestión, que es más cosa de sociólogos, de psicólogos y otros especialistas en el comportamiento humano, aunque uno -modestia aparte- no está lejos de ellos. Pues, ¡al grano!, que diría el otro. Que no, que no hay colaboración por parte de los vecinos a la hora de delatar al que prendió fuego, y que ellos llaman pirómano, cuando se trata de alguien al que previamente le han quitado sus tierras-terrenos, y se los han plantado de pinos. Por supuesto que no justifico, sino que  explico lo que sucede y no debiera suceder, pues como dice el refrán a lo hecho, pecho, aunque para un servidor, la solución pasa, por devolver a la tierra su uso anterior, y por descontado la propiedad del terreno usurpado con pinos a su legítimo dueño, que no puede arrancarlos por estar protegidos, con lo que perdió la propiedad el dueño, y lo es ahora el cabildo. Véase lo justo o injusto del proceder y que me limito a no juzgar, sino a razonar. Y, siendo un servidor párroco también de Cazadores, sé de los numerosísimos incendios en la zona para recuperar pasto para el ganado, sin que jamás se haya descubierto al autor de las quemas, que se convierten en incendios; lo cual significa hay mucha tapadera o solidaridad con los actores de tales acciones, dicho así finamente. Y esto último, un ejemplo claro de lo que antecede. No, no hay colaboración, sino complicidad en todo caso. Y es, que para prevenir los incendios no es tanto delatar o descubrir al autor de los mismos, sino no poner leña al fuego, es decir dejar ya de plantar pinos y arrancar los plantados y sustituirlos por árboles frutales y por pasto para el ganado. Y no es cuestión de descubrir a autores que han prendido fuego, sino quitarles la posibilidad de hacerlo, sin más. Dice el refrán que matándose al perro, se acabó la rabia; pues eso, sin más. Y es que el pueblo que ha sido robado, guarda esa venganza hasta que la descarga, por eso, que el cabildo devuelva tierras de labor y como estaban y se acabarán de por vida los incendios. Por supuesto, que ninguna razón justifica se prenda fuego a nada, y ello, por mucho que haya sido lo robado (tierras de cultivo o de pastoreo, convertidas en pinar). En definitivas, que los incendios tienen fin, si el Miedo Ambiente quiere, y devuelve lo quitado para pinos a sus legítimos dueños o herederos; aunque repito, aún por mucho que sea lo robado, nunca se justifica se prenda fuego, pero..., los datos están ahí, al margen de la voluntad y deseo de uno.
 
El Padre Báez. Pbro. 06-08-18

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