jueves, 9 de agosto de 2018

No se trata de nostalgia, que también...
 
No se trata de nostalgia, que también..., es, que se  trata de nuestro ayer más reciente, presente en el mundo entero, menos ahora entre nosotros. Fue nuestra Historia, nuestra economía, nuestra esencia. Era la vida (ahora estamos en muerte). Que entonces,  hasta de noche se trabajaba, y se plantaba y se cogía papas, y había comida. Y había alegría, la gente cantaba en las faenas, con el ganado, arando, segando..., ahora no se oye una mosca. Se vivía detrás de los animales, bien fueran vacas, mulos, cabras, ovejas... Antes, antes se trabajaba, de sol a sol, y había salud, la comida era sana, por eso se aguantaba, se vivía..., conocí la astrología por mi padre, que buscaba y miraba al lucero del alba, que según estuviera éste, el arado y las cabrillas, figuras en el firmamento haciendo juego las cabrillas en su revoloteo; y el arado sin más, hasta con su yugo en el cielo, todo un estímulo y un reloj, que no fallaba y según su posición por más que cambiante; pero, eran sabios, y leyendo aquellas señales sabían si había que plantar o no, sembrar o no, si llovía o no, porque sin parte meteorológico, sabían cómo iba a transcurrir el año; ahora, no se mira al cielo, y al Cielo tampoco (salvo unos pocos). ¿Quién y dónde un hombre con una jose (una hoz), y un cabresto (una soga), segando hierba (yerba) y haciendo un jase (haz), y echándoselo a la espalda y repartiéndolo en los pesebres de sus cabras u ovejas? Eso, solo ya en la memoria; te prohíben hacerlo y te multan si lo haces, porque entre esa hierba seguro va algo protegido, y que el segador desconoce o no sabe, pues siempre segó eso y todo, sin más. Ahora miedo al Miedo Ambiente. No había casa o familia sin animales, pues de ellos comían, y sin ellos hambre y pobreza. Y entre los animales, en ninguna casa faltaba el chiquero, y en él el cochino, que matado uno, de inmediato se ponía el repuesto, otro. Era el conduto, para el gofio amasado, bien fuera en tocino, en hila, en morcillas, etc. Por los barrancos, segando helechos, retamas, llenando cacharros de agua con ganchos..., y sobrante del queso, el suero, con tumbos para los cristianos (se iba a Misa de madrugada, se salía de noche de la Iglesia y vueltos al huerto o casa, al alpendre o cercado, comenzaba a aclarear -a aclarar- el día), y limpio -el suero- para el cochino, y el perro. No faltaba el burro o yegua según la riqueza, porque sabido es, que la cabra, era la vaca del pobre, y la vaca un lujo y subida en el escalón social del lugar, y con solo una, prestándosela con otro que tuviera otra, se araba alternando..., y, ¿para qué seguir? Ahora, el  cabildo nos lo llena todo de pinos, y por si era poco nos mata las cabras. Lo que va, de ayer a hoy.
 
El Padre Báez, Pbro. 09-08-18

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