domingo, 28 de diciembre de 2014

siembra

La siembra de tabaibas no nos trae alegrías…
 
“… sembrar la semilla… sembrar… semilla…” (de las preces de laudes del día de san Juan evangelista [27-12]).
 
… sino penas, hambre, paro, emigración, pobreza, pérdida de tierras, multas, cárcel, suicidios… ¡ya es hora de acabar con la protección a las mismas! Ninguna esperanza nos da la maléfica y única plantación en la isla. Ningún valor se sigue de su protección a toda ultranza. Nos están llenando de pesimismo tantas tabaibas en su monocultivo, sin más, sin ton ni son. Ya nos dificultan el más simple senderismo, montañismo o simple paseo por la naturaleza o medio (con mucho miedo al miedo ambiente y seprona o cabildo, que es lo mismo: tres en uno, o uno en tres [trinidad laica]). Ya no queda tierra donde plantar unas papas (u otros alimentos). Las tabaibas nos han vencido. Las tabaibas, no nos alimentan. La naturaleza de la tierra, es darnos comida; pero el cabildo nos da leche de tabaiba. Hay que redescubrir la finalidad de la tierra, que no es otra que la de alimentarnos. Nos han sacado del campo-campo, para llevarnos a campos de fútbol, fijo todo el tiempo, sin descanso del mismo ni un minuto. Ya en el campo no se trabaja, y no hay otra fuente de empleo mayor, y lo tienen cerrado y vigilado con el miedo y el sepro, para que nadie lo toque. Ya los árboles frutales no echan raíces, tampoco trigo los campos. Ganados no se ven, una cabra sola tampoco. Se abandona el campo, por la presión sobre el mismo que se hace inaguantable; al fin lograran su cometido (apoderarse de toda las tierras), Nos amenaza una gran hambruna y cierran los ojos todos para no verla venir o entrar (poco a poco, y a pasos lentos). En el mapa de nuestra isla solo brota la maleza (retamas, zarzas, cañas, tabaibas, etc.). La población campesina vive con miedo. No se tiene en cuanta el trabajo que se ha tenido en convertir la orografía accidentadísima de la isla en productiva, para que ahora en toda tierra de cultivo solo hayan tabaibas y retamas. Lo peor de todo es ya la desesperanza. Va a resultar muy difícil volver a la sombra de lo que había (¡y pensar que no hay otra salida a la crisis, más tarde o temprano!). El apartamiento de la juventud -desde hace medio siglo- del campo, va a traer consecuencias dramáticas, al ignorarlo todo y no saber nada del campo, la única salida a la crisis (repito). La clase política -dicen- no son responsables, y son los causantes de este estado. Y pensar los ha habido, que han entregado sus vidas al campo, y ahora está todo abandonado. La formación agraria que se da, es más bien deformación: no forman, se ha roto el eslabón, y no los ponen en contacto con los pocos ancianos que quedan y son verdaderos sabios, a los que multan si los ven en faenas del campo ya sea agrícola o ganadera; cortan la matriz. No dejan insertar a nadie en el campo, en la tierra. La isla se asilvestra. No hay relevo en el campo. Nos falta la alegría. Está gravemente amenazada la fuente de la alimentación, y con ella la salud peligra (física, psíquica y espiritual). Expulsan de sus tierras a los campesinos, y se las plantan de pinos, se llenan de maleza (tabaibas, retamas, zarzas, cañas, pitas, tuneras,  etc.). Y tenemos la mejor tierra del mundo, pero no te la dejan ni tocar, toda protegida, dada o entregada a la estéril y envenenadora tabaiba, sin más…
 
El Padre Báez.
 
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No cesan los estímulos a seguir en esta línea. Eligiendo el más corto, para no cansarles, entre otros cientos cada día (imposible leeros todos, por falta de tiempo):
 
Saludos y un Abrazo. ¡Y adelante con tus escritos!
 
Antonio S. 
 

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