sábado, 13 de diciembre de 2014

más pobreza

Las tabaibas aumentan la pobreza…
 
“… un árbol plantado… da fruto…” (del salmo 1).
 
“… brotan zarzas y cardos, saldré a luchar contra ellos…” (del libro del profeta Isaías 27, 1-13).
 
“… la higuera… echa yemas y las viñas… fruto… el olivo… su aceituna y los campos… dan cosecha… las ovejas del redil… vacas en el establo…” (del cántico de Habacuc 3, 2-4, 13a. 15-17).
 
“… me están acechando, y me acosan… sin que yo haya faltado… avanzan para acometerme… estoy velando…” (del salmo 58).
 
“… parcelaré el valle…” (del salmo 59).
 
… al robarle al campesino la tierra que éste necesita para cultivar, trabajar y sacar de la misma su alimentación y la de su familia. Para luchar contra la pobreza, no hay otro camino válido que no pase por devolver la tierra a los campesinos. No vale Cáritas (que mantiene en la pobreza al pobre), sobran Manos Unidas y cuanta organización pedigüeña de alimentos para solucionar el gravísimo problema del hambre. Con volver a la tierra (si previamente se arrancan las tabaibas, y aún con ellas) ya está solucionado el asunto que nos ocupa. Hasta el mismísimo Papa Francisco, lo ha dicho con total claridad: “¡ningún campesino sin tierra!”. La tierra ha sido ocupada por una planta que no alimenta, que no es comestible, que no mata el hambre, sino que la aumenta y hace crecer. La lucha contra la pobreza, el hambre y hasta del paro, pasa por la agricultura; ella es la solución a esos tres problemas. La solución del hambre-paro-pobreza pasa por recuperar el cultivo, la agricultura y la ganadería; mientras esto no cambie, vamos a tener un incremento imparable de esta situación. Nuestras manos deben volver a la hoz, a la azada, a la soga (que amarre un animal). Es necesario cambiar el sistema: menos perros, más cabras; menos pedir, y más volver al huerto. El campo genera riqueza si desaparecen las tabaibas (basta con dejar una mínima reserva, que no hay miedo a su desaparición [con cuatro ejemplares en el Jardín Canario, es suficiente: dos dulces y otras dos amargas, ¡y es suficiente y hasta de sobra!]). El empobrecimiento gana terreno, pero no tierra para evitar la pobreza, y con ella el hambre y el paro, la mendicidad y la caridad, cuando frente a la caridad debe primar la justicia, y es justo que cada cual tenga tierra donde obtener la comida y de paso trabajo. La población o gente debe cambiar el pensamiento de: que me den de comer, por yo me cultivo la comida, y si en lugar del perro tengo una cabra ésta me da estiércol para la tierra, leche, queso, uno o dos y hasta tres baifos (carne), etc. Las autoridades debieran asumir en sus discursos, lo que aquí expreso y limpiarían la sociedad de la lacra de la mendicidad, pobreza, hambre, paro, etc. Las autoridades olviden los contenedores, los barcos, la importación, la mano a las grandes áreas o multinacionales que nos ordeñan y hunden en la miseria -no ya solo en la pobreza- y fomenten la agricultura, por más que solo sea -y no más- la agricultura familiar, que por otra parte según la ONU, estas explotaciones agrícolas en el mundo las gestionan las familias en un 90 % (o lo que es lo mismo 9 [nueve] de cada 10 [diez]). Mientras aquí no recuperemos la agricultura, le vamos a multiplicar el problema a Cáritas y a bancos de alimentos y a la casa de galicia, que lo único que hacen es aumentar sin solucionar el problema que se agudiza e irá a más el hambre, porque teniendo la solución tan cerca están como ciegos para no ver este sistema puede girar y desaparecer, al solucionarlo con el trabajo en la tierra que debe comenzar por arrancar las tabaibas y en su puesto o lugar sembrar, plantar, cultivar, y ¡asunto resuelto! Pero, ¿a quién interesa no se vuelva a la tierra? ¡Muy bien que lo sabemos! La corrupción política es la que mantiene que solo el 1  % siga enriqueciéndose a costa del hambre y paro del 99 % restante.
 
El Padre Báez.
 
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En el periódico LA PROVINCIA, publicó el día 3 del pasado mes de agosto del presente, lo siguiente:
 
“… y en Lomo Magullo donde el cura amigo Padre Báez no cesa de pedirle a la Virgen de las Nieves, de noche y de día que le caiga una fiebre negra de muerte a todas las tabaibas que no dejan crecer en nuestros campos canarios, nada válido como árboles frutales que echamos cada vez más en falta y todo por culpa de nuestro Cabildo que las protege como criaturas de Dios, cosa que dudo porque ellas matan día a día nuestra pobre agricultura canaria…

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