Las tabaibas nos ponen fuera de
control…
“… el correr de las acequias
alegra…” (del salmo 45).
“… que haya trigo abundante
en los campos, y susurre en los altos de los montes, que den fruto… y broten las
espigas como hierba del campo…” (del
salmo 71).
“… me rodeaban… me rodeaban
cerrando el cerco… me rodeaban como avispas… empujaban y empujaban para
derribarme…” (del salmo 117).
… la isla está gobernada por dos gobiernos: el
autonómico y el cabildicio; por si eran pocos 21 ajuntas y mientos, y por encima
de todos ellos españa, y desde más lejos europa, es decir: nos escachan como a
cucarachas, dos gobiernos paralelos, otros dos también paralelos, y los alcaldes
con concejales, y consejeros los otros, ¡una pasada! Y europa preserva y protege
a las tabaibas, y todos callan, y se someten a la mayor: todos nos gobiernan. Y
así es imposible seguir: todos contra el campo y los campesinos. No hay
justicia. O demasiadas justicias. El hecho es, que estamos derrotados,
gobernados, súper gobernados, sobre gobernados, y aquí todos dependientes de
tantos y tantos que nos pisan, nos avasallan, nos aplastan. Y sí, tenemos
parlamentos, tenemos asesores, tenemos, tenemos, no tenemos libertad ni
propiedad. Gobiernos paralelos y múltiples. Nada digamos de los militares y
fuerzas policiales, de varias categorías y todos multando, machacando al pueblo,
y luchan entre ellos por multar, hasta los municipales ya, todos a por el
enemigo a abatir, a sacarle los cuartos al pobre, aunque sea un pobre
desgraciado, sin compasión y prepotencia
inaudita, sin caer en la cuenta en las precarias condiciones de los pobres
tabaiberos (antes canarios), más parecen terroristas que tienen asombrada a la
población, a la que no informan sino multas al canto, por nada y por todo. Desde
fuera nos gobiernan, más los de dentro. Es lo que tenemos. Es, como una guerra
la que tenemos, y en la que estamos, por todas partes policías, guardias,
nacionales, locales, ¡una pasada! Interferencia externas nos gobiernan; estamos
condenados a pagar multas y más multas para tantos uniformados y políticos que
viven y cobran de las multas en lugar de trabajar y producir, solo viven de
castigar a sus hermanos, semejantes, vecinos, todos inocentes pero con violencia
y a sangre fría te quitan el sueño, la paz, y el dinero. Es, como vivir en
guerra, en una guerra, en la que ganan ellos, los otros. No estamos, ni tenemos
seguridad. Dos grupos nos gobiernan, tres cuerpos policiales nos vigilan, el
cabildo tiene otros dos, pero… ¿hay lógica en todo esto? Nos llevan a la deriva,
sin freno y a la perdición. Nada producimos, solo tabaibas. Las protegen porque
les den de comer (a través de las multas, por ellas). La crisis nos azota cada
vez más fuerte (nos engañan con mentiras al respecto). La hambruna se pasea
entre nosotros. Esta es la cruda realidad, sin matices y con fútbol. Mucho
fútbol, para que otras cosas no veamos, y con goles matamos el
hambre.
El Padre Báez.
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Padre
Báez, a ver si poco a poco vamos rompiendo raíces a las tabaibas… hay que salir
de casa y sembrar... Padre Báez, le deseo un buen día.
(P).
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