Hotel tabaibero…
“… convertiré su desierto en
un edén, su yermo en en un jardín…” (del libro del profeta Isaías 51,
1-11).
“… plantado… crecerá… dando
fruto… lozano y frondoso…” (del salmo 91).
“… carneros y toros… corderos
cebados…” (del cántico de Daniel 3, 26-29. 34-41).
… y no diré el lugar para no desprestigiar a la isla que
lo sostiene o tiene. Y ello mismo en la zona más céntrica del lugar, donde
plazas y parques, estatuas y centros comerciales en línea recta ascendente hacia
el interior y hacia arriba pendiente, que más pistas no quiero dar, que por mor
de un centenario quíntuple, voy allá con compañero sacerdote, y de paseo por el
centro y zona comercial e institucional, paseamos cuando reparo en el alto hotel
que además ancho y que se estrecha en subida hacia el cielo, que unas como
tabaibas adornaban los balcones, terrazas, o jardineras, que me fijo bien y
descubro desde el suelo, que no son rosales, geranios ni mucho menos claveles
-por ser tal vez españoles- sino que haciendo honor a la canariedad más que
falsa, aquellos perfiles se adornan -y no eran de plásticos- no ya de veroles o
retamas, sino que por lo de autóctono, son las malditas tabaibas, que aunque
salidas de las manos benditas de Dios, fueron pensadas desde lo divino para
barrancos y lugares inaccesibles, pero no para ponerlas al alcance del
desprevenido turista -salvo que respetadores de lo verde y por distancias u
obstáculos no observados por un servidor, no se atreven a tocar nada- que si lo
hiciera quedarían con ropas inservibles, y manos pegajosas y si a los ojos les
llegara, maldecirían la hora de haberlo hecho (tocarlas), pues se las han
puesto, por si eran o son pocas las que las islas (ambas), llenan van y se las
ponen delante de sus propias narices, sin que más flor les aromen la habitación,
sino como enemigas acechando para dañarles si se las tocaran, y toda vez que
desde la calle divisé y contemplé -y dado el trasiego y rapidez, más no pude
ver- a qué distancia y si al alcance de la manos en terrazas, azoteas,
habitaciones, o qué dónde diablos las fueron a poner, como si ya no fueran
suficientes las que por todas partes están, que hasta en la misma habitación
hotelera se las fueron a poner o meter por los ojos, cual si en ello
originalidad mayor hubiera, que en lugar de alejarlas por sus secuelas y daños
colaterales se los meten en hoteles violentando así a los que a pie nos movemos
por el mundo sin dormir en hoteles de lujos, que por mor de la extravagancia y
snobismo, echan manos de lo que se debiera extirpar y desaparecer, salvo reserva
a donde nada humano se las pueda rozar, por las graves consecuencias que de ello
se sigue, que venga un turista y se las sirvan en hoteles como si en el suelo y
por todas partes no las hubiere (para que rime con hoteles), que da pena unas
islas antes canarias, ahora tabaiberas, en lugar de plátanos y tomates les
pusieran, les ponen leche de tabaiba, para que adornen sus ventanas y cristales.
De pena y ganas de gritar: ¡¡¡quiten eso de ahí, de balcones y terrazas, de
parterres y macetas, sobran las tabaibas!!!, que solo en barrancos las dejen y
allá a donde nadie las alcance o tropiece. En fin algún día esta filosofía
contra tabaibera su luz se verá, y solo me toca abrir camino e ir por delante.
Con humildad lo digo, pero que en lugar de animales y plantas que nos den de
comer, que nos planten tabaibas, y ello hasta en los hoteles, y ascendiendo
hacia arriba por sus paredes, cual si colgadas de riscos estuvieren, me parece
una pasada y, ¡¡ya es demasiado, hombre, por favor!! Y es que mucho me temo, no
aparezca quien quiera ganar en novedad con zarzas y cañas en sendos lugares
pongan, y ello por si eran pocas las plantas de nada que hay por los suelos,
porque si encima fueran tomateros o plataneras, como que algún provecho tendría
el turista, pero con plantas basuras, ¡como quien come mierda, y sirven de
adornos!
El Padre Báez.
-------------------------------------
¡Vamos, sin falsa humildad!, es lo que me dicen, y… en
ello estamos y vamos a seguir:
¡Buenas noches,
Cura! ¿Pensaba que ya me había olvidado de felicitarlo...? Quería hacerlo y
desearle muchos años por delante para que siga luchando por lo nuestro y
enseñando sus conocimientos... Un fuerte abrazo.
(J. G.
P.).
No hay comentarios:
Publicar un comentario