POPURRÍ 607:
En el Año de la Fe (231): Sean tus
palabras, palabras de fe.
Mes de María.
31 de mayo.
Ella, “la Madre de mi Señor”
Al habla el historiador (231):
Lo que nos trae el cabildo...
... para nuestra desgracia, ruina y muerte.
El
Padre Báez.
Multinacionales...
... que nos traen las basuras y excrementos
de fuera.
Millones de euros...
... para productos de fuera.
Pobreza...
... para nosotros.
Trabajos precarios...
... de engañabobos, que se lo creen.
Desaparecen la agricultura...
... como está a la vista (también la
ganadería).
Vacían los campos...
... de cultivos, de ganados, de campesinos.
Desechos contaminantes...
... a cambio de lo nuestro sano y saludable
si nos dejaran trabajar en el sector primario (el campo), que lo tienen
superprotegido y vigilado.
Veneno para la tierra...
... con tanta basura traída de fuera.
Miedoambiente...
... persiguiendo
a los que hagan algo en el medio (y ayudados por el seprona).
Riesgos y consecuencias...
... que sufrimos y padecemos, sin poder
escapar de ellas.
Bomba...
... por estallar, a la que algunos le ponen
fecha (2020).
Años en recuperar...
... ya que no será fácil empezar de
nuevo, después de haber perdido todo vestigio de usos, costumbres,
experiencias, ciencias, cultura (agri-cultura).
Desertización...
... al no dejar cultivar, la tierra se
apelmaza, se endurece, se desertiza.
Enfermedades...
... al rechazar nuestro organismo, de
esta tierra, productos de otras tierras.
Cánceres...
... por doquier, en ascenso
astronómico, por lo que nos echan de comer, para matarnos.
Desviaciones genéticas...
... fenómenos nacidos, y no mostrados,
escondidos, silenciados.
Envenenamientos...
... de tierras, de aguas, del aire:
todo contaminado de residuos imparables.
Juega con la vida...
...
a costa de negocios turbios, sucios, egoístas, malos, etc.
Estamos a tiempo de salvar a la isla...
... ¿cómo? - ¡Volviendo al paisaje de 1950!
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“... estad alegres, cielos, y los
que moráis en sus tiendas...” (Cántico
del Apocalipsis).
“... invoquemos a Cristo, luz del
mundo y alegría de todo ser viviente...” (De las preces de Vísperas).
“... Tú nos darás mañana
nuevamente la antorcha de la luz y la alegría...” (Del himno de Completas).
“... se me alegra el corazón, se
gozan mis entrañas...” (Salmo 15).
“... gloria por esta gloria que
alegra la cristiandad...” (Del himno del
Oficio de lectura).
“... se alegra en Dios, su
salvador, el espíritu de aquel cuyo deleite consiste únicamente en el recuerdo
d su creador..., Ella con razón pudo alegrarse, más que cualquier otro santo,
en Jesús, su salvador...” (De las
homilías de san Ved el Venerable, presbítero).
“... regocíjate, hija de Sión:
grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón...” (Del libro del profeta Sofonías).
“... que la esperanza os mantenga
alegres..., con los que ríen, estad alegres...” (De la carta del apóstol San Pablo a los Romanos).
“... en cuanto tu saludo llegó a
mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre..., se alegra mi espíritu
en Dios...” (Del santo Evangelio según San
Lucas).
“... que se alegre Israel por su
Creador...” (Salmo 149).
“... el trabajo, Señor, de cada día
nos sea por amor santificado, convierte su dolor en alegría de amor...” (Del himno de la Hora intermedia).
“... yo me alegraba con tu
promesa...” (Salmo 118).
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Sin brotes verdes en el campo:
No, no mejoran las condiciones de vida de los
campesinos, ni el campo es campo de cultivo, sino pista de correr. Después de
medio siglo donde la violencia del cabildo (miedombiente y el seprona), se ha
cebado; cebada, ni trigo, ni nada. Solo y todo de tabaibas y pinos. Éstos y
éstas, si que echan sus brotes verdes, pero no de comida, ni de trabajo.
Insensibles estos políticos al dolor de tanta gente con hambre por estar en
paro, teniendo la comida por producir en el campo, protegido, ¿protegido de qué
y de quién?, ¿de las personas, y del trabajo?, ¡vaya protección! Campesinos
perseguidos en sus propias tierras para ser multados por intentar sobrevivir y
vivir de lo que la tierra les da, pero que les prohíben hacer nada o algo.
Cercándoles el campo y sus actividades propias, les cierra el futuro y solo los
llevan a la muerte o a emigrar. Eso es, lo que hacen aunque sin salir de a
isla, sino bajando a las urbes, donde les dejan cultivar huertos en la ciudad.
Semejante idiotez, y maldad, esos productos de la ciudad ya nace envenenados
con tanta contaminación, entre coches, ¡ya me dirán! Es mentira nada brote,
sino que la cosa va a más de lo mismo y a peor. No dejan atender la tierra ni
atender a un animal; todo son leyes, normas, prohibiciones, etc. No hay cambio,
sino para peor. No hay seguridad alguna, para cultivar o hacer algo en el campo,
no sea te caiga encima el miedoambiente o el seprona, que tanto monta monta
tanto y son el cabildo en sus brazos ejecutores de multas por doquier. No hay
garantía alguna y no hay futuro. No se da ninguna facilidad, para nada, todo es
a base de permisos, permisos que son denegados. Los que se marcharon, no pueden
regresar porque en lo suyo se ha nacido alguna retama, y eso ya es sagrado, no
se puede ni tocar. Y si al menos algún partido político defendiera el campo,
habría alguna esperanza, pero es que no se moja con el campo, ni uno. Y todo
esto envuelto en acciones infantiles de la consejería de agricultura con cursos
de dos horas de auténticas chorradas, para simular se ocupan y preocupan del
sector. Te vende olivos, y te multan por plantarlos. ¡No te digo!
Desgraciadamente, no cabe el optimismo por ningún lado que uno se vire, no lo
hay. El campo está mortecino, y está en las últimas de una enfermedad mortal,
que acaba con la presencia del campesino, sustituido por un ejército muchas
veces variados en uniformes y misiones, todos en contra del miserable labriego,
que a escondidas hace lo que hace, sin poder librarse de los que lo vigilan y
controlan a diario y continuamente, y más los sábados y Domingos, que es cuando
muchos regresan al terruño, por si coge algo verde, y si arreglan algo, los
cogen in fraganti. No, no se puede volver al campo, aunque se quiera.
Antes ha de desaparecer el control severo y exhaustivo del cabildo, por miedo
de miedoambiente y el seprona. Ya es grave, que el mismo gobierno es el que
esté en contra de la producción local, primando y ayudando con subvenciones a
los que nos matan con comidas envenenadas traídas desde el fin del mundo sin
permitir cosechemos eso mismo en nuestras tierras invadidas de pinos y
tabaibas. Millones de euros gastados en reforestar fijo, y sin parar con
árboles estériles, que desertizan la tierra y la hacen estéril, acabándose así
con la flora endémica, autóctona, así como con toda la fauna (los cuervos ya
han desaparecido, y quieren reintroducir unos pájaros azules, para los que
quieren llenar la isla toda de pinos, afín al pajarito que no existe). Y lo peor, que el cabildo quiere comprar
robando, engañando, acosando, presionando, mintiendo, etc., las tierras todas
de los campesinos, a los que dejan desheredados a sus hijos, porque por cuatro
perras se las quedan ellos, y a veces hasta sin comprar plantan pinos en lo
ajeno, y se apropian así de tierras que nos son suyas, pero que arruina al que
no les venden plantándoles el temido pino que extermina el agua del entorno y
me dice la tierra no dejándola producir ni otro pino debajo de ellos mismos
(los pinos). Tierras esas todas que si hubiera justicia, debieran ser
restituidas a sus propietarios legítimos según herencias sagradas de sus
antepasados, hoy en manos de quien las inutiliza y desertiza con plantaciones
que si las tuvieran sus antiguos dueños, morirían del susto al ver convertidas
sus suertes de siembras y arboledas, en retamales, tabaibales y pinares, sin
más, para nada. Y se cargan los derechos de propiedad, de trabajo, de libertad,
de..., ¡todo! Motivos hay de preocupación toda vez no frenan en esas acciones
maléficas, sino que contrariamente siguen en las mismas. Curioso, que un
centenar de su existencia, ya obsoleta y caduca, haya sido celebrada a todo
ruido, con platillo y bombos, (el centenario del desgraciador cabildo, que no
acaba de extinguirse, desaparecer o fenecer, con un siglo de males y
ruindades). Actuación cabildicia con los suyas, que han causado ya varios
muertos de suicidio ante descomunales multas imposibles de pagar y cárcel por
ello mismo, por querer plantar un saco de papas. Dicen y llaman a esto
democracia, y no dejan participar al campesino en la elección de plantas a
plantar, ni se le hace caso a la sabiduría tradicional, que de generación a
generación son portadores de saberes de siglos de existencia y ciencia. No en
vano se le llama cultura a la de ellos, frente a tanta ignorancia en asuntos de
campo y tierra (agri-cultura). Y así la cosa, ni proporcionan pan
al campo ni paz, pues la gente vive con el susto en el cuerpo, al querer y no
poder comer de la tierra y de sus animales. Es tal el grado de exigencias, que
hace imposible nadie haga nada legalmente. Ofrezco a diario, mi voz y mi
testimonio al campo. Quiero ayudar y unir con mi granito de arena, a que si nos
unimos muchos, y hacemos fuerza, podemos salir de ésta, y ayudar en este
momento histórico de crisis sin igual de hambre y paro hasta llevar a la gente
a la muerte, diciendo que el campo es la solución al paro de inmediato y de
comida en menos de un mes (hay
calabacinos de 20 días). No podemos ni debemos seguir avanzando hacia esa
hecatombe que se nos echa encima de auténtica revolución o guerra a los que ya
le ponen fecha (2020), me dicen. Así no
se puede vivir, teniendo donde trabajar y comer y que no nos dejen,
porque la tabaiba no se puede tocar, y los pinos -por arrancar- han invadido todo lo cultivable. El campo está
enfermo, y está en juego, nuestra propia identidad.
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