POPURRÍ 592:
En el Año de la Fe (216): la Fe te
quita el miedo.
Mes de María.
16 de mayo.
Ella, la más grande, por pequeña.
Al habla el historiador (216):
Antes la palabra “carrera” se refería al
estudio de una profesión...
... ahora no; ahora “carrera” es echarse a
correr, por los campos.
El Padre Báez.
Carreras por las montañas y los barrancos,
por lomas y riscos...
... para coger el primero una copa.
La cosa ésta, está volviendo loco a todo el
mundo...
... ya no se piensa sino en correr, sin más
todos como locos.
Debe ser un negocio tan rentable, que
muchísimos ajuntasymientos y entidades y demás negociantes...
... no hacen sino organizar carreras, y más
carreras (¡no de estudio!).
Carreras, que están espantando a los pájaros
azules...
... y previsiblemente dañando con tanto polvo
a los pobres pinos.
Carreras de recorridos, con durezas...
... que si fuera para segar la hierba, y
plantar papas, valdría la pena.
Engañan con las bellezas de los paisajes...
... pero será por los que sacan fotos
a los que corren, pero los que corren, no ven sino las piedras del camino.
Pues, que andan sembrando carreras por todas
partes, por todas las islas...
... por la misma isla de un lado a
otro, y al revés, alrededor de un pueblo, y sin más, por donde antes las
bestias y agricultores.
Y con los corredores que vienen de fuera...
... ¿será el nuevo turismo, en lugar
del sector primario, en el sector primario o campo?
Lo importante después es saber en qué puesto
llegó todo el mundo a la meta...
... ¡y venga
el listado en páginas y más páginas en los periódicos, con fotos artísticas del
concurso (por el fondo o paisaje).
Usted, ¿no va a organizar una carrerita por
alguna finca suya?...
... seguro que no van a faltar
corredores.
De todo esto, se van a multiplicar los
edificios o comercios de ventas de ropas para correr, calzado, etc...
... abra también usted un chiringuito
de eso: gafas, sudaderas, bastones, calcetines, etc.
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“... danos alegría, por los días
que nos afligiste, por los años en que sufrimos desdichas...” (Salmo 89).
“... tengo siempre presente al
Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se
gozan mis entrañas...” (Salmo 15).
“... los discípulos se llenaron de
alegría. Aleluya. Al ver al Señor. Aleluya...” (Del versillo y respuesta a la lectura breve de Sexta).
Pobreza: ligada al campo.
Que vamos en cabeza, que somos los primeros, que somos los que más, que
somos los campeones, etc., de toda espakistania, somos los números unos, los
principales, los que vamos por delante, los que más pobres tenemos y donde más
crece la pobreza. Pues, ¡vaya título de gloria, de honor, qué privilegio, qué
maravilla! Y es que uno –un servidor- lo viene diciendo hace muchos años ya,
que el campo nos da trabajo y comida, y, mientras en espakistania plantan por
toda ella de norte a sur, y de este a oeste comida, el cabildo del gran
tabaibal, solo planta pinos y tabaibas, y es que a estas alturas del siglo XXI
(y vienen desde mediados del XX), no se han enterado en la casa palacio
cabildicia esa, que ni la leche de tabaibas es bebida, ni buena para hacer
queso; y que la pinocha, no es rica en vitaminas, y ni se hacen bocadillos con
ella, tampoco infusiones. Y claro, mientras el sector primario (es decir: el
campo): el sector primario, no sea lo primero, ya ven por dónde nos coloca y
pone el turismo: en cabeza de la pobreza. Ya va siendo hora, se dediquen a
promover la agricultura y la ganadería –no para exportar ni para hacernos
ricos- sino para sobrevivir, para subsistir, dejar de estar parados y tener
comida. Pasa, que vas por espakistania, y todo es: olivares, trigo, girasoles,
etc. es decir: comida; pero aquí no, aquí le han dado por plantar toda la isla
de basura y de pinos, para que unos pájaros azules (¡que no existen!), vuelen
sin tocar el suelo, de rama en rama con corredores y amplias zonas dedicadas a
unos pajarillos, ¡bendito sea Dios!, y mientras que la población guanche
–venida a menos- se muera de hambre. Porque ya es triste y sin sentido, que la
mejor tierra del mundo y el mejor clima del planeta no alimente absolutamente a
nadie de los dos millones de humanos que pisan esta tierra, sin poder cultivar,
ni cuidar de un animal, porque te viene el miedoambiente (entiéndase: el
cabildo), va y viene el seprona (entiéndase el cabildo), y te multan de tal
forma y manera que por no poder hacer frente a tamaña multa, por intentar
plantar un saquito de papas, el pobre que lo intentó –y es uno de entre mil
ejemplos- antes de ir a la cárcel y tener que pagar por ello 300.000,00 €., se
mudó, es decir se ahogó, dejando las papas sin plantar, viuda y dos hijas
menores. ¡Es que es demasiado, hombre!. Lo que pasa aquí, no pasa ni en los
países más subdesarrollados, que precisamente, luchan por tener una
agricultura, que les salve de la hambruna, la que nosotros tenemos. Que esté el
campo todo protegido, y nada se pueda hacer en él, es algo que clama y grita al
cielo (y más que tenga que ser un pobre cura de pueblo, quien diga esto y nada
de esto diga ningún medio de comunicación, ni político, ni nadie, sino: fútbol,
fútbol y más fútbol), pues solo genera hambre, cuando una vuelta a la isla nos
enseña -a al redonda- cómo de mar a cumbre, por barrancos y laderas, por riscos
y tesos, por todas partes se plantaba de todo (tomates, millo, calabacinos,
papas, etc., etc.), y ahora solo tabaibas, veroles y cardones, pero ¿se han
vuelto locos?, ¿quiénes nos gobiernan?, ¿qué técnicos tienen?, ¿les asesora
algún campesino, para que les digan lo que hay que hacer? ¿tienen alguna
explicación que a un pastor -con mil cabras- sea prohibida paste con sus cabras
y tenga que comprar la hierba a cataluña, traída en contenedores de los que
cobra su gran parte el cabildo por la aduana portuaria esa, y que esas mil
cabras estén a expensas de hierbas que nos meten virus y plagas, a la par que
tenemos hierba para exportar, por su calidad, tamaño, cantidad, altura, que
como materia prima para el fuego -¡Dios nos libre!- es gasolina por toda la
isla, ya que los animales no se la dejan comer? Da rabia e indignación, que
pudiendo ser la comunidad más rica de espakistania, seamos los más pobres, los
más necesitados, los más parados, los que nada produce, pero ¿qué pretenden,
que muramos de hambre, o que Cáritas Internacional nos den de comer, teniendo
nosotros la mejor huerta del mundo vacía?, ¿por qué
no se planta comida?, ¿por qué
esas cuadrillas plantando basura –en decir de los pastores-?, ¿por qué se
castiga a alguien que coja un puño de
hierba para una cabra?, ¿por qué las cabras tienen que llevar unos zarcillos,
cuando no una bola de acero en las panzas?, ¿por qué no se puede enterrar una
cabra si se muere?, ¿por qué no se puede tener una cabra cerca de la casa de
uno? ¿por qué si tenemos el mejor queso del mundo, comemos queso del fin del
mundo?, ¿por qué no se puede limpiar una acequia para recoger agua para un
estanque o aljibe?, ¿por qué no se puede levantar una pared si se cae, para
reponer el cercado y poder volver a plantar en él?, ¿por qué si se nace una
retama en tierras de cultivo, ya no se puede cultivar en ella?, ¿por qué no se
puede arrancar tres cerrillos -so pena de multa de 600,00 €.-, para plantar un
olivo?, ¿por qué no puedo podar un escobón cuyas ramas molestan en la ventana
de mi casa?, ¿por qué no se puede segar la retama como se ha hecho
siempre-siempre-siempre, que se están convirtiendo en árboles que impiden
transitar por caminos perdido?, ¿por qué no se puede limpiar un camino, de la
maleza que le ha nacido por falta de tránsito, y no se puede reabrir, para
volver a la agricultura?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué? Hay muchos porqués,
llenos de ridiculez, y de absurdos; que jóvenes capitalinos, con gafas negras,
se presenten dando lecciones a sabios del campo, diciéndoles lo que se puede o
no hacer y cómo hay que hacerlo?, ¿por qué hay que pedir permiso para hacer lo
que siempre se ha hecho? Si ninguna de estas preguntas hubieran que hacerlas,
no habría pobreza en el gran tabaibal y en el tabaibal en general. Mientras una
tabaiba sea tenida por cosa sagrada, y nadie pueda rasgar un gajo porque
molesta en un camino, vamos a seguir creciendo en pobreza, vamos a ir en cabeza
en pobreza, mientras tengamos todos esos interrogantes absurdos que hacernos.
Han llegado a cambiar la finalidad del campo, que es darnos comida, por campos
de carreras a lo que llaman atletismo. ¿Acaso vamos ahora a comer de los que corren
por el campo? Si cada corredor plantara una papa, un grano de millo, u otra cosa (col, calabacín, pimiento, etc.), se
acabaría la pobreza, pero correr y correr, sin más, solo dará dinero a las
grande áreas comerciales de fuera, dedicadas a vestir a deportistas, y nos
engañan con los paisajes que ven y disfrutan, cuando corren sin poder mirar,
porque perderían minutos y segundos de la meta que es lo único que miran de
lejos, por si llegan los primeros o en el puesto 5.384 ¡Ya está bien de cerrar
el campo a cal y canto, que nada se pueda hacer en el, es cosa de demente
(entiéndase esquizofrenia o locura)... Pues, dicho –una vez más- queda. Que
mientras no se recupera la actividad que siempre hubo en el campo, vamos a
seguir subiendo en hambre y parto, en paro y en hambre, y nadie nos quitará ni
bajará de ser los primeros, los que más pobres somos, porque teniendo donde
plantar se nos prohíbe, llevando -en contra- huertitos “ecológicos” a la ciudad
entre coches, y a los niños en las escuelas, con lo que nos engañan e
idiotizan. La agricultura y el cultivo, en el campo, que es su sitio, no como
parques y en patios de recreo.
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