domingo, 5 de mayo de 2013

Popurrí 581 y No debemos olvidar el campo

POPURRÍ 581:
En el Año de la Fe (205): Sin Fe, descubre tu mayor pobreza (y lo contrario).

Mes de María.
5 de mayo.
Ella, maestra de oración.

Al habla el historiador (205):

¿Quién aprueba a ningún gobierno...
... acaso somos los únicos?

¡Ya no hay Domingos...
... ahora, todos los días, días de trabajo. ¿Dónde? En tiendas abiertas.

¿Y con qué dinero se compra...
... o quiénes son los que pueden comprar (gente de la política, administración y uniformados).

Y los militares: jugando, corriendo...
... haciendo simulacros. ¡Y cobrando un pastón!

Los políticos, en lugar de parar el paro y devolver la gente al campo...
... (no a los de fútbol), fijo peleándose entre ellos. Por eso suspenden todos.

¡Oh, si Secundino Delgado resucitara...
... o siguiéramos su ideario!

Multas a los dueños de cabras...
... que cojan pastando. ¡Dios, vaya desgracia! Están descerebrados.

En las palmasdelgrantabaibal, con bicis y perros...
... ¿para qué más? Y, ¡vaya negocio se tienen planteado (comida p´perros y bicis y sus complementos)!

Los grantabaiberos: o emigran o se mueren de hambre...
... y de paso: nos quedamos sin emigrantes (que regresan a sus países). ¡Fuerte desgracia, usted! Y el campo, sin poder tocarlo.

Ahora resulta que la proliferación de radares, es para evitar muertes...
... pos yo creía era para recaudar dineros fáciles de pobres desgraciados arruinados, el gobierno y er cabirdo por la crisis, y poder cobrar los pobrecitos.

Pos habrá que darle las gracias, por el favor de las multas...
... porque también creía –tonto que es uno- que la guardia civil, había recibido órdenes que si no multaban les pagaban menos y según fueran el número de multas cobraban. ¡No te digo! Nos creen subnormales. En espakistania no pasa esto; solo, en el tabaibal.

Y otra...
... los radares ha detectado con anterioridad cientos de muertes entre Moya y San Andrés. Ahora ninguno (nos den el listado de muertes en esas carreteras a 40 K/h., antes de los radares, p´ creerles). ¡Ah bellacos!

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“... tus preceptos son mi herencia perpetua, la alegría de mi corazón; inclino mi corazón a cumplir tus leyes, siempre...” (Salmo 118).

“... se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena..., me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua...” (Salmo 15).

“... concédenos, Dios todopoderoso, continuar celebrando con fervor estos días de alegría en honor de Cristo resucitado...” (De la oración conclusiva del Oficio Divino).

“... Señor, has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino...” (Salmo 4).

“... la celebración del domingo nos llene de la alegría de la resurrección de tu Hijo...” (De la oración de Completas).

“... cantaré al Señor mientras viva, tocaré para mi Dios mientras exista: que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor...” (Salmo 103).

“... que canten de alegría las naciones, porque riges el mudo con justicia...” (Salmo 66 [De la Misa del día]).

“... me voy y vuelvo a vuestro lado. Si me amarais os alegraríais de que vaya al Padre...” (Del santo Evangelio según San Juan [de la Misa del día]).
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No debemos olvidar el campo:


Desde que por los años 50, el cabildo comenzó a llenarlo todo de pinos, robando tierras al pastoreo y a la agricultura, han pasado varias décadas que no son para olvidar, sino para recordar lo que había y se tenía entonces, y lo que hay y tenemos ahora. La isla, después de ese tiempo y de forma progresiva y a más, ha ido quedando cercada por miedoambiente y el seprona, o por el cabildo que los manda y ordena, ejerciendo la violencia, cercando el campo,  dividiendo al campesinado, hasta casi desaparecerlo. Primero fue algo tímido y que ha ido subiendo en número y ahora ya son millones, y no paran (me refiero a los pinos), que han ido paulatinamente sustituyendo a: castañeros, nogales, higueras, etc., y han eliminado la ganadería, porque nos han hecho creer, las cabras y las ovejas, vacas y burros se comían los pinos, con sabor a resina que debe ser una golosina para los rumiantes y asnos (¡vaya bobada, como la de que los pinos atraen el agua, y ha sucedido todo lo contrario; desde la imparable plantaciones de pinos, el agua no ha vuelto; las presas vacías, no corren los barrancos, cuando antes, sin ellos -los pinos-, corría el agua de año en año, aún en agosto y llovía seguidos hasta tres meses sin verse el sol!). Total, empezaron a bombardear el campo con las granadas de los pinos, que son gasolina y estamos bien servidos desde entonces de temibles y devastadores incendios. Se trata de una guerra, que gana el cabildo contra el sector primario que retrocede a retaguardia (metidos en sus casas y cuevas, los campesinos no osan asomar la cara, por miedo a las multas que les caen como lluvia). Hoy se pisotea al campesino y se le tiene en el suelo, sin poder cultivarlo, y sin poder pastar con ningún animal. Y es que el cabildo ha pensado –a pesar de los distintos colores políticos de los que se alternan- que los pinos nos traían: riqueza, trabajo, bienestar, alegría, paz..., y ha sucedido todo lo contrario: hambre, paro, miedo, vacío, desaparición del sector primario, multas por todo, etc., etc. No hay prosperidad posible con un campo lleno de veneno, ni desarrollo de nada, cuando nada se puede hacer, ni tocar. Más de medio siglo, y este pueblo asustado nada hace para evitar esta sangría y ordeñe del pueblo, que vive en la miseria, en el hambre, en el terror, etc. Estos ataques del cabildo contra los campesinos, los llena de inestabilidad psicológica-emocional que redunda en la falta de salud de la pobre gente del campo, que no tiene otro delito sino haber nacidos en él y ser herederos de lo que desde que el mundo es mundo se ha hecho: cultivar la tierra y criar los animales que complementan la alimentación y otros bienes (estiércol, aflojadores de la tierra, reforestadores naturales, etc., etc.). Todo esto no ha hecho sino agravar la crisis, de la que no hay brotes verdes por ningún lado, sino secos y resecos, y sin verlos verdes a no ser las ramas de los pinos que se enseñorean por todas partes y van a más, por todas partes y cada vez más, y ahora necesarios para que dentro de cinco años, vuelen unos pajaritos azules que crían en la prestigiosa y científica Universidad de Las Palmas del Gran Tabaibal (¡vaya universidad, que estudia telas de arañas y cría pájaros raros!). Más bajo no hemos podido caer, ni bajar a nivel mundial que de todas partes nos mandan comida; comida que podemos producir aquí, hasta para exportar y matar el hambre al mundo, pero plantamos pinos, y como no exportemos pinocha, no creo haya algo que echar fuera. La situación es francamente insostenible y no parece estén por la labor de cambiar de política, ni dar el brazo a torcer. La palabra “campo” está olvidada y de la boca de los políticos, no se le oye o escucha a ninguno; la han borrado, como que no existe. Hay hambre que la resolvería el cultivo y la cría de animales, y una y otra está prohibidas en el campo. La gente ya está más que harta de tener mucho miedo, y lo único que quieren es volver a tener una vida normal; como antes, como siempre, como en todo el mundo. No hay comida...

El Padre Báez.

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