lunes, 13 de mayo de 2013

Popurrí 589 y ¿Tiene salida el campo?


POPURRÍ 589:

En el Año de la Fe (213): El arma más fuerte (junto con el amor), es la Fe.

 

fotos de flores - flor margarita amarilla

Mes de María.

13 de mayo.

Ella, con los pastores.

 

Al habla el historiador (213):

 

Que no, no se trata de ningún “parto”...

... que se trata de “pacto”. Pero, ¿para qué?

 

Si parto...

... que naciera un nuevo gobierno, y muriera el cabildo. Pero, va a ser más de lo mismo.

 

Que no quieren emplear a nadie en el sector primario...

... ¡y es el único que da empleo o trabajo (con comida incluida). Pero está todo protegido.

 

Que no dice “golfo”, sino “golf...

... al menos se ve campos verdes. Pero de césped, que no se come (¡y gasta agua por un tubo! Y todo por un deporte de caderas y de pelotitas!) ¡Manda güevos!

 

Los que corren, alaban las bellezas de los paisajes...

... ¡eso es mentira! Si corren, ¿cómo van a contemplar paisajes? Pero nos engañan con esto y justifican que el campo se usa: Sí, para correr.

 

Y a Las Palmas, ¿no le sobra lo de “Gran Canaria?...

... ¿acaso se puede uno referir a otra Las Palmas que no sea esa. Pero, lo hay a los que les gustan las precisiones. ¡Y gastar saliva! ¡No te digo!

 

Ahora, los políticos, no son políticos, son sabios, son universitarios, son escritores, son conferenciantes, son muy ilustrados, son científicos, escriben, y escriben...

... a no ser que tengan “negros” o “Rodríguez”. Pero, ¡si lo de ellos no es escribir! Por Dios, hombre, que administren, que gobiernen, y se dejen de escribir y enseñar, dando lecciones (¡que nadie leen!).

 

¡Ah, me se olvidaba...

... cuanto más culto sea usted (o seas tú), menos crisis habrá. Pero, ya sabe, si cultos, tienen que sacar el pasaje y marcharse fuera.

 

Para cuidar los montes para que no ardan, sobran militares, bomberos, el miedoambiente, el seprona, etc...

... solo hace falta pastores. Pero con el ganado suelto.

 

Claro, que a los militares, para que no jueguen a la guerra...

... habría que darles algún trabajillo que hacer. Pero no cuidar los montes, que eso, lo hacen muy bien las cabras, las ovejas, los burros, las vacas, etc.

 

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“... los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría..., alegraos en su presencia...” (Salmo 67).

 

“... alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena...” (Salmo 95).

 

“... colma nuestra fe de alegría y de paz, para que, con la fuerza del Espíritu Santo, desbordemos de esperanza...” (De las preces de Laudes).

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¿Tiene salida el campo?

 

El Tabaibal, y en concreto el grantabaibal, no olvida su pasado, pues éste, está en la memoria; y se recuerda, que medio siglo atrás, comenzó a ser ocupado por el cabildo, y que con el miedoambiente y el seprona controlando todo movimiento o acción en el mismo, no solo tiene hipotecado el futuro, sino que sin riqueza alguna, y por tanto con ninguna  industria, en la mente de todos, al cien por cien, ronda la idea de qué vamos a vivir, si no tenemos que comer, ni dinero para comprar lo que nos viene o traen de fuera. De dentro, no nos dejan cultivar ni cuidar un animal, y de fuera, cada vez todo es más caro y más malo. Manifestación de protesta al respecto, ninguna; sobre otras, todas. Todo comenzó, con la invasión de los turistas, que comenzó a faltar la comida, poco a poco y a más, hasta la situación presente. Antes, había trabajo fuera, y se podía salir, pero ahora, ¿a dónde? Ahora, se vive con miedo (al seprona y al miedoambiente [al cabildo], y con hambre. Y, actualmente, somos una isla al desamparo. Y es desconocido, lo que nos espera, aunque se le ven las orejas al lobo. Talleres, no hay, fábricas, tampoco. Y no, nadie ya lo tiene fácil. De niños, trabajábamos en el campo, ayudando a nuestros padres en las faenas del campo (a esto ahora lo llaman “esclavitud infantil”), y alternábamos la escuela, Instituto o Universidad, según talentos (que no dinero), con las faenas del campo. El trabajo fue duro; siempre lo fue, y lo es. Ahora, estamos en la miseria, sin “esclavitud”, sin trabajo, sin comida. Todo el campo, parece un caos. Tenemos a unos vecinos violentos, que se gozan en denunciarte, porque antes lo fueron ellos, y en esto se busca la igualdad, con la que el cabido se está forrando sin piedad. ¡De pena, pero es así, desgraciadamente: hermanos contra hermanos! Las sombras que nos caen encima, son muy negras, sin luz de salida. El campesino envejece. La gente vive asustada. La amenaza del cabildo pende sobre toda cabeza campesina. La despensa, se vacía. Antes, se pasaba la vida sobre el campo, ahora sentados viendo campos de fútbol en televisión. No, ya no hay paz en el campo (que le era propia). Y todo esto (¡y más!), a pesar de la situación estratégica de un terreno y clima, únicos en el mundo. Turbulento, es el periodo que nos toca vivir. Se vive en el terror a los soldados del cabildo (miedoambiente y seprona), de no vivir con tranquilidad, ni seguridad, sino con la incógnita y el suspense. Repito: hombres del campo, acusados por otros hombres del campo, para ser igualados en multas y desgracias. Hombres del campo, que colaboran con el enemigo armado (el cabildo [con su seprona y miedoambiente]), que nos reprime brutalmente, y hace vivir un trauma permanente. Y pensar, que en otro tiempo (medio siglo atrás, hasta el presente, si bien a menos), la agricultura, fue –y es y será- el motor económico número uno en la isla, en el continente, y en el mundo; pero el terreno más fértil, ha sido arrebatado por el cabildo al pastoreo y al cultivo o siembra, para plantarlo todo de pinos. Ahí fue, donde nos jugamos el futuro, cuyo presente es presagio y adelanto de todavía lo pero, y por venir. Vivimos un muy desgraciado destino; incierto, pero seguro. El campo, se desintegra. Y ello, que vivíamos de nuestra agricultura y ganadería, hoy nos cuesta milagro, el sobrevivir. La isla ha sido entregada por España, que la regala. Nos dominan desde España. El paro, es total, para el isleño; solo trabajan aquí, extranjeros. De la prosperidad, hemos pasado a la mayor de las pobrezas. No tenemos gobierno. De la austeridad, estamos pasando a una vida de paupérrimos. Solo castigan ejemplarmente, al que haga algo en el campo. Obligan así, a que nadie haga nada. Incierto tenemos todos los días y más el futuro. No se ve la recuperación por ningún lado sino todo a más y a peor. Algo habrá que reinventar, más allá de las tabaibas de lo que podamos trabajar y vivir (millo, papas, vacas, cabras...). Los economistas, solo ven hoteles por hacer y a esperar las vacas gordas vuelvan pasado el periodo de las flacas (¡y que no se van a reponer!, pero...). Tenemos el mejor queso del mundo premiado con oros, pero comemos quesos traídos y venidos, llegados y metidos, del mundo entero (y es un ejemplo). Nadie sabe cuál puede ser la alternativa. No tenemos ni pesca, ni agua. La única industria del sol y las olas, no la aprovechan. No se emplea a nadie; todos se desemplean. Solo piensan en servir (turismo). Y tenemos la mejor riqueza del mundo; pero están ciegos. Los hay que sueñan con el maldito petróleo, como la solución y salvación mentirosa. El campesino se halla humillado, maltratado, castigado. Nadie protege la vulnerabilidad del campesino. Nadie sabe lo que va a ser el grantabaibal, con el paso del tiempo: ya vivimos y somos una desgracia; nos queda la mayor, está por venir, y no está lejos, sino muy cerca. Son muchos los que ponen agua de por medio, se van. Nos quedamos sin futuro.

 
El Padre Báez.

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