POPURRÍ 588:
En el Año de la Fe (212): La Fe de los cinco continentes;
de todo el mundo.
Mes de María.
12 de mayo.
Ella, de amor llena.
Al habla el historiador (212):
Pena, cuando alguien de un partido...
... se dedica a los tapones. Es decir
a incentivar el beber, en lugar de procurar trabajo, mandando a la gente al
campo.
El
Padre Báez.
Tapones solidarios...
... ¿por qué no solidarios con los
parados, y abrirles el campo, para que trabajen todos?
Políticos despistados...
... ¿para eso se presentaron y los
votaron?, ¿para estos parchecitos? ¡Cojan la maleta!
Un servidor, en lugar de “banco de alimento”...
... pondría “campos de almendros (¡y
otros árboles frutales, pero no pinos, cardones, cipreses, viñátigos, cardones,
tabaibas, etc.!)”.
En cuanto a los aldeanos, quieren seguir
rompiendo la isla...
... so pretexto de llegar dos minutos antes a
la ciudad, ¿y después qué? ¡A saber los que quieren comer de este magnicidio
ecológico!
En cuanto a construcciones, ¡ni una más!...
... la solución no está en plantar
cemento, sino papas, millo, coles, lechugas, rábanos, berros, tomates,
habichuelas, cebollas, etc.
ya saben, que los turistas, van a menos; pero
que no se enteran...
... o se hacen los ciegos, para no
verlo. Lo que no ven es el campo, controlado por miedoambiente y el seprona,
mandados por el cabildo, para que nos muramos de hambre.
Mientras, nos conformamos con los campos de
fútbol...
... y nos anima ver a gente correr,
por los campos. Pena no se quede en ellos segando hierba o plantando algo (¡si
el cabildo lo permitiera!).
Ya saben, que cada vez, se cosecha y se
cultiva menos en el tabaibal...
... y en concreto en el grantabaibal,
de tabaibas estamos bien sobrados. A ver si la universidadtabaibera descubre
algún producto de la tabaiba, ¡y nos forramos!
Para salir de la crisis, hay que poner en
funcionamiento el campo...
... hay que volver a las cabras, a as papas,
gallinas, etc. (¡si el cabildo da permiso, y retira la miedoambiente!).
¡Ah, y si te echas a cantar...
... te puede hacer el ayuntamiento un
reconocimiento por tan angelical acción! ¡¡Cantemos, pues, a ver si cae algo!!
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“... aclamemos alegres a Jesucristo, que se ha sentado hoy a la
derecha del Padre...” (De las preces de Vísperas).
“... Señor, has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en
trigo y en vino...” (Salmo 4).
“... los justos se alegran, gozan en al presencia de Dios,
rebosando de alegría..., alegraos en su presencia...” (Salmo 67).
“.... mientras los bendecía, se separó de ellos (subiendo hacia el
cielo). Ellos se volvieron a Jerusalén con gran alegría...” (Final del
Evangelio según San Lucas).
“... ¿qué hacéis mirando al cielo, varones, sin alegría? Lo que
ahora parece un vuelo ya es vuelta y es cercanía...” (Del himno de
Laudes).
“... que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su
Rey...” (Salmo 149).
“... invoquemos alegres al Rey de la gloria que, elevado sobre la
tierra, atrae a todos hacia sí...” (De las preces de Laudes).
“... los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón...” (Salmo 118).
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Fragilidad del campo:
Esta isla estuvo cubierta de agricultura y de
ganadería. De ahí, una muy rica cultura, surgida al amparo del sector primario.
Pero esta isla sufre, un deterioro en este sentido sin precedente, y se vuelve
a épocas de cuando no estaba poblada, salvaje, sin control. A los políticos
esto no les preocupa absolutamente nada, es lo que querían y lo están
consiguiendo poco a poco. Todo se rompe. Los efectos son catastróficos, están
por verse. Se viraron hacia el turismo, en exclusividad, y a pesar del abandono
de éstos siguen como si siguieran viniendo igual, esperando contra toda
esperanza, y sin mirar al campo, el mismo que se abandonó por el turismo; ahora
sin turismo, no vuelven al campo. No te hablan del campo, sino del mar, del
petróleo (no de pesca, ni menos de ganadería o agricultura). Amenaza ruina
total, y no dan marcha atrás. No quieren volver al camino inverso, marcha
atrás, y recuperar lo que siempre hubo y fue esta isla, y la huella está en
esos surcos y acequias que llenan la isla de mar a cumbre, y a la redonda. No
quieren el campesino permanezca en su medio, en su hábitat; no quieren
vincularnos a la comida y al trabajo que daría fin al paro y a la crisis. No
quieren salir del turismo decadente y fracasado, ido y que no vuelve. En 1950,
dejamos de ser campos de trigo y de ovejas, para ser campos de pinos y
tabaibas, retamas y basuras. Y todavía siguen en ese mismo plan, caduco y sin
sentido. El gobierno, tiene controlado el campo, y no dejan hacer nada en él. Y
pensar tenemos recursos naturales que darían comida incluso para exportar, y lo
importamos todo, todo. No producimos nada. Nos hemos quedado sin economía, al
no producir nada. La vida en el campo, se hace imposible, muy difícil; te
multan por cualquier cosa, por más que normal sea y no delito, como levantar
una piedra o plantar un árbol frutal. Todo nos llega por barco, y todo es muy
caro, y malo. Las casas se vacían. Los campesinos, son una especie a
desaparecer. Sufren el acoso del cabildo que les echa al miedoambiente y al
seprona, para que les castigue con multas inconsideradas ( a algunos por no
poder pagarlas, se han suicidado). Se pierde el campo, y el campesinado, con
todas sus riquezas. El campesino antes trabajaba; ahora, está sentado,
maniatado, castigado. Se le prohíbe hacer algo, no puede ni tener un animal, no
puede. El campo ha cambiado, en lugar de plantar, ahora es pista de carreras,
de coches y de atletas (de personas). Está desapareciendo -rotos los ciclos- la
flora y la fauna. Ya no quedan cuervos, solo se multiplican libres las retamas
y las tabaibas que colonizan todo el suelo libre de pinos. Es una desgracia
enorme, sin medida. Una ruina total. El campo tenía vida, era vida, ahora solo
hay muerte, es muerte, desierto verde. Sobrevuelan el campo helicópteros que
fotografían todo y multan después. Nada ni nadie se mueve en el campo, solo los
del cabildo, seprona y miedoambiente, entre otros uniformados; campesinos, no
se ve ni uno. Todo ya es silencio en el campo. Solo queda antiguas paredes de
siembra, convertidas en bancales de retamas, tabaibas y pinos que las tapan.
Leyes que prohíben hacer nada en el campo, está todo prohibido. Todo está
protegido; menos el campesino, que es multado por nada. Toda la comida que se
compra donde sea viene de fuera, nada es de dentro, nada producimos, nada es de
aquí (aunque nos engañan diciendo es de aquí, pero el gofio –por ejemplo es
francés y es argentino [hecho aquí]). El peligro que amenaza al campo, es de
desaparición total. Arrasan con todo, no va a quedar nada. El futuro, es más
que negro, es muerte.
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