POPURRÍ 582:
En el Año de la Fe (206): “La Fe, si es fuerte, defiende la casa” (San Ambrosio), es decir, lo puede todo.
Mes de María.
6 de mayo.
Ella, se alegraba en Dios.
Al habla el historiador (206):
Dicen, el barco iba a América...
... y al pasar por Gando, naufragó.
El barco se hundió...
... el mástil, no.
Los náufragos, agarrados al mástil...
... bregando en un mar furiosos embravecido, prometieron:
Subir a aquella montaña alta, que se veía al fondo, en el interior, más allá de Telde...
... y allí, poner el mástil, partido en dos, en forma de cruz, si de allí salían con vida...
Dicho, y hecho...
... llegaron a la costa, cargaron el madero, y cumplieron lo prometido.
Y arriba, en lo alto de la Montaña de Las Palmas...
... entrada a Tecén, antes de La Barrera, camino a Valsequillo, después de La Herradura, allí está Ella, señera, dominando a tanto náufrago mar afuera (tierra adentro).
Ayer (Domingo, día 5 de mayo), después de Misa, ya se reunían peregrinos, dispuestos a subir hasta la cruz...
... a las 11,00 salíamos, desde Tecén -venidos de distintos lugares- hacia esa réplica del monte calvario.
Nos ayudó muchísimo al aire fresco y cierto vientecillo, que ayudaba mucho a subir...
... en los eucaliptos, en la falda de la montaña, el mejor almuerzo, a las sombras de éstos, con el fraterno compartir, y disfrutando con la mirada, a la panorámica, única, excepcional de tantos lugares, casi de media isla.
Al fin en la cresta de la montaña, la cruz de mayo, enramada, preciosa, acogedora...
... el beso, el rezo, la reflexión, la meditación, el silencio, el recuerdo, asumir la propia cruz, la promesa cumplida, un año más (¡imposible resumir tanto, y tanto!).
Aquellos maderos fueron la salvación de los marineros...
... antes, Cristo, en la cruz, nos había salvado, muriendo como un maldito, colgado del árbol sanador, la santa cruz.
La cruz, escala para el cielo; la cruz, medicina; la cruz hermosa...
... nuestro signo, señal, sacramento.
Y la bajada alegre...
... y Carmelo, el yesista (nada más sabemos de él), solo que debió vaciar su nevera: primero nos ofrecía agua, y tanto que a la sombra esperábamos al grupo, se cansó de sacar de su casa: refrescos (mirinda de naranja), cerveza, revitalizantes, hospitalidad, acogida, fraternidad...
Y descubrir una cueva guanche, con una casa del siglo XVI, con grabados guanches en una piedra, marcando, ¡Acorán sabe qué!...
... llegando ya a Tecén.
Y la despedida...
... la Santa Cruz, nos conceda un año más de vida y salud, para el próximo año, repetir (una vez más, la subida a la Cruz de la Montaña de Las Palmas, la de los náufragos, que iban a América y nos la dejaron, como reliquia, como página de una bella Historia, como ejemplo de fe y amor).
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“... confío en el Señor; tu misericordia sea mi gozo y mi alegría...” (Salmo 30).
“... alégrense y gocen contigo todos los que te buscan; digan siempre: grande es el Señor los que desean tu salvación...” (Salmo 39).
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Miedoambientalización y sepronización del campo:
Ha prendido el miedoambiente y el seprona en el campo –o lo que es lo mismo -la cabildización-, de forma radical. El campo tabaibero se ha convertido en el sacadero mayor de dinero de este segundo y sobrante gobierno, llamado cabildo, que amenaza con no dejar un céntimo en las casas de los pobres campesinos. Te los encuentras en cualquier lugar del campo, y a su sola presencia aún de lejos hace que el personal campesino se alarme pensando a que van a por ellos (o él). Es un régimen dictatorial, de abuso de poder y sin respeto a la sagrada tradición de ganarse el pan con el sudor de la frente, bien cultivando la tierra o pastoreando el ganado (ambas actividades tan controladas, que prácticamente imposible por una normativa asfixiante, que casi ha desparecido el campo y al campesinado. Es esta una lucha que se alarga en el tiempo, sin que llegue el clásico: “¡la guerra ha terminado!”, porque no solo sigue, sino que se ha recrudecido. Y lo malo o peor de todo esto es, la falta de reacción del campesino, además del silencio administrativo y por parte de la clase periodística, que vive y depende de la publicidad que les ponen para callarlos. De ahí, que nadie en el pasado -y aún al presente- ha hecho frente para parar este autentico caos, que nos sobra la hierba y se la compran a cataluña para venderla a los pastores. Falta una revolución del campesino, que no llega, a pesar del tiempo de acoso y persecución y ello sin cometer delito alguno, y ello porque tienen tipificado hasta lo más anodino, y lógicamente, hay oficial y legalmente motivo para multar y sancionar, todo aquello que a pesar de ignorarlo el campesino, por considerar normal lo que hace. Y tal es la cosa, que comparada a una nueva “ética” –absurda y ridícula- los que la exponen, defienden y hacen cumplir a rajatabla. Podemos decir sin posibilidad de equivocarnos, estamos ante un fundamentalismo legal del cabildo que ronda toda la isla, acabando con toda prosperidad propia de esta tierra que fue tradicionalmente, la despensa de europa y de más allá de europa, y sigue teniendo el mismo clima y la misma calidad de tierra. Toda la isla, está dominada por este doble ejército y por la omnipresencia cabildicia que lo controla, vigila y observa todo, y lo hace con amenazas constantes cuales grupos terroristas que machacan al pueblo llano y sencillo, al que masacran, “ordeñan”, y escurren; y ello de forma extrema y total. Y así la cabildización es máxima, ya que difunde y expande su teoría de todo protegido, y nada se puede tocar. Y de tal modo la presencia es constante y masiva, que nadie, absolutamente nadie escapa, ni se esconde, ya que se mueven los del seprona y miedoembiente por toda la isla y tienen conexiones con otros multados, que para igualarlos a ellos, les denuncian cualquier acción de su vecino e incluso su mismo familiar (el enemigo de un tabaibero, es otro tabaibero, no quien viene de fuera). Con una presencia en todas partes, y moviéndose en una amplia gama de coches o parque móvil, y además de helicópteros y otros medios, nada se les escapa por una u otra vía; todo lo ven, todo lo multan. Y a tal fin combaten unidos el seprona y el miedoambiente que ataca y destruye a todo campesino con el que se crucen, cumpliendo así con el objetivo trazado por el asesino cabildo, que solo aspira a echar del campo, a todo aquel, que se agarre y aferre a vivir donde sus antepasados, y se resiste a abandonar su tierra, aunque no se la dejen ni tocar. Por ello, el campo tiene miedo. El campo está controlado por los dichos, que viven de las multas que les ponen los citados. Todo hace pensar, por el parecido a una secta política, cuyo credo es el odio a todo campesino, cosa que ejercen y practican con violencia que clama al cielo (¡a Acorán!).
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