POPURRÍ 596:
En el Año de la Fe (220): La fe,
hay que cuidarla.
Mes de María.
20 de mayo.
Ella, presta para el servicio.
Al habla el historiador (220):
Contra la pobreza...
... hay que volver a la tierra (antes o más
tarde, pero no cabe otra solución).
El
Padre Báez.
La
mejor ayuda, es:...
... dar una azada y permitirles que caven, y
planten y cultiven.
La tierra, agradecida, les dará el cien por
uno...
... un grano de millo, da una piña (¡es un
ejemplo!).
Los donativos, duran poco...
... y toda una vida, no se va a estar dando
donativos.
No se trata de paliar...
... se trata de solucionar el problema: hay
tierra, ¿qué más hace falta? Solo que se vuelva al sector primario.
Pero, sin el seprona que multe...
... sin el miedoambiente que multe; sin
el cabildo que multe, por tratar de sacar la comida de la tierra (ya sea
cultivo o ganado).
Es el problema que los políticos no quieren
abordar...
... está en sus manos quitar esas leyes
tontas de no dejar tocar la tierra.
La pobreza, no necesita parches...
... sino pan (gofio), y éste sale del
millo; y papas, y éstas hay que plantarlas.
Hay papas de invierno...
... y siempre hubo papas de verano;
también llamadas papas de secano (aunque dan menos, son riquísimas).
Con solidaridad y caridad...
... no se soluciona la pobreza, sino
que la alarga y enquista.
Hay que volver con urgencia al campo...
... antes de que mueran los sabios
(ancianos), que tienen esa cultura (agricultura).
La de los libros para ir al campo, sobran...
... los maestros, sí, pero sobre el
terreno, y sin libros.
Los libros en el campo son azadas, picos...
... fuchas, etc.
Neveras vacías...
... campos vacíos.
Ante el hambre...
... los políticos están ciegos. Tenemos
campo, y no los dejan trabajar, para poder comer.
Se siguen ocupando más de los delfines...
... que de las cabras.
El trabajo, no lo da el petróleo, el mar...
... lo da el campo, la tierra.
Con tanta tierra en barbecho...
... no es difícil crear trabajo (¡y comida!).
No confundir el campo...
... con los campos de fútbol.
Tampoco confundir el campo...
... con pistas de carreras para atletismo
todo el mundo.
La crisis, tiene solución...
... en el campo (agricultura y
ganadería).
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“... me dije: Vamos a ensayar
con alegría y a gozar de placeres; y también resultó vanidad. A la risa dije
“locura”, y a la alegría, “qué consigues?..., al hombre que le agrada le da
sabiduría y ciencia y alegría...”
“... llenos de alegría por
nuestra condición de hijos de Dios, digamos confiadamente: Padre nuestro...” (De las preces de Laudes).
“... alegraos, enmendaos,
animaos, tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz
estará con nosotros...” (De
la lectura breve de Tercia).
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Gravísima situación en el campo:
Les pongo un solo ejemplo. Se trata de lo siguiente:
hay un señor más o menos de mi edad (tengo en Agosto 67 años), que tiene un
pequeño comercio, y se dedica como es lógico a atender a su clientela, de la
que come, a tal fin tiene que venir cada día al mercalaspalmas para proveer de frutas, hortalizas, y de cuanto necesita
para reponer y estar al día, con productos frescos; razón por la que no puede
atender sus tierras, salvo los Domingos y festivos a lo que se entrega de alma
y cuerpo y más que por necesidad por placer, por haber nacido y haberse criado
en el campo, y disfruta como un niño, de tal forma y manera que se desplaza de
donde su negocio y vivienda al terreno heredado de sus padres a una hora de
distancia, y muchas veces hace noche desde el sábado, para después de asistir a
Misa –a la cual no falta nunca, con su señora- ambos se entregan a las faenas
bucólicas y campestres plantando, regando, podando, cosechando, etc., y henos
aquí en el dilema: también, por parte de la herencia de su esposa, tienen otras
tierras distantes también y peor atendidas, pero que, plantadas de los árboles
frutales, propios del lugar, quiere plantar en dicho terreno millo, y he ahí el
problema: va y habla con un tractorista, para que vaya a su terreno y le are la
tierra y poder sembrarla de millo, y, la respuesta del tractorista, es:
“¡que no, que porque la hierba está muy crecida, que ahora no se puede, porque
aún no se ha secado los suficiente, que la tierra todavía está muy pesada, que
el tractor, bla, bla, bla, y que no, que no, que más adelante sí, pero que ahora
no!” Entonces, el buen hombre se habla con un su cuñado y le dice que le
busque un tractorista, que le are el dicho terreno, y obtiene semejante
respuesta, con lo que va y viene y me cuenta, que : “¡hay que ver, si son
gandules, que se les ofrece trabajo, y te ponen mil disculpas, tal vez, porque
como el terreno no es mucho, no les vale la pena, tal vez le cobren de 50 a 80
euros, y que por tan poco dinero no quieren ni van a trabajar, y bla, bla,
bla...!”, entonces, el buen hombre coge su propio tractor, y va a hacerlo
él mismo, a la vista que nadie quiere ararle la tierra, para lo cual, tiene que
venir desde donde vive, con el camión que utiliza para el mercado, a cargar en
él el tractor, y llevarlo de este lugar, bien distante del otro, para la faena,
para una vez terminada, volver con su tractor, en su camión, al lugar de su
primera “finca”, para luego regresar a su casa; faena que hace este sábado
último (día 18 del presente), y visto el caballero, por un servidor al día
siguiente, es decir el Domingo (día 19), voy y le pregunto, si había ido a
arar, ya que vi las huelas del tractor, porque esa fue otra, no es fácil
subirlo al camión toda vez que carece de un rampa para tal fin, con lo que
tiene que dejar el camión donde el tractor, salir con este como a distancia de
2 kilómetros, dejar allí el tractor y volver caminando hasta donde el camión,
para ir hasta donde el tractor y después cargarlo e idéntica operación al
llegar a la otra finca, para después volver a repetir toda la operación y
regresar donde dejar el tractor con todo ese follón de tiempo y todo porque dos
tractoristas avisados, se negaban hacerle el trabajo solicitado, que por falta
de tiempo y por el engorro de ir y volver, y demás, le era más cómodo, más
barato, y ahorraba sobretodo tiempo –del cual no dispone demasiado-. Que va y
me responde y me dijo: “¡que sí que había ido, y que había perdido el viaje,
pues cuando llegó con su propio tractor a su tierra, para arar su otra finca,
la hierba a dos metros de altura, impedía avanzar al tractor, que no avanzaba,
porque le hierba enredada entre las rejas, formaba un freno total, y se tuvo
que volver porque era imposible arar, la tierra!” Entonces, añadió: “¡los
dos tractoristas previamente avisados para dicho trabajo, tenían razón, era
imposible arar la tierra!” Conclusión: la hierba –así vea los ojos de
Dios- me dijo: de 2 metros de altura, se enterraba un hombre entre ella, y el
tractor mismo quedaba escondido en y entre ella. Segunda conclusión: sin
animales que se coman la hierba, sin poder segar la hierba, ésta se embosca de
tal manera, que hace infructuosa la tierra. Tercera conclusión: no hace
mucho una señora de Tenteniguada, me decía que allí, en su lugar, la hierba me
pasaba en altura a mi persona, con lo que deduzco que más o menos la cosa
sucede por igual por toda la isla, lo cual ya es más que grave, que teniendo
tal cantidad de hierba, tan rica y variada, pues no es uniforme, sino que crece
mezclada varias especias herbívoras, no entiende uno, cómo el cabildo trae
comida (es decir hierba) para los animales, desde cataluña, prohibiendo el
pastoreo y el segar hierba para comida de las cabras (no hace mucho, el seprona
multaba a un señor que segaba hierba entre La Colomba y Las Vegas, en
Valsequillo. Por favor, les ruego, sean tan amables y sigan ustedes mismos
sacando conclusiones, aunque les doy una pista, hay 400 hombres
vigilando para prevenir incendios...
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