San Bartolomé
Ni es 24 de agosto, el día del apóstol de Jesucristo; ni les vengo a hablar de San Bartolomé de Tirajana, menos de San Bartolomé de Las Lagunetas, y ni tampoco de San Bartolomé de Fontanales. Que mi San Bartolomé es muy otro, y sobre esto, en la capilla sixtina, Miguel Ángel no sabía nada, porque de lo contrario, no lo hubiera pintado con su piel en las manos y tampoco su rostro (el del pintor, escultor y arquitecto) en la piel de su cara. Que sucedió...
... en el día 6 de octubre, en la romería de San Francisco de Asís de Cazadores, que estando la Iglesia engalanada como pocas veces, iluminada total, los santos en sus respectivos tronos (pasos dicen en Andalucía): San Isidro Labrador, protector de los campos en potros tiempos, dedicados a la agricultura y ganadería; la Virgen del Rosario, en víspera de su Fiesta, y San Francisco –trasladado a tres días después de su Fiesta litúrgica-, y los que permanecían en sus respectivas peanas: San Francisco el chico, San Martín de Porres, la Virgen del Carmen, el Corazón de Jesús, San José y en el puesto de San Francisco, al estar en su trono, otra imagen de la Virgen y he aquí lo que sucedió...
... que entra un devoto matrimonio, no mayores de cuarenta años, bien vestidos, modernos, y repasando la imaginería religiosa, reparan en la que estaba en lugar central y principal sustituyendo al titular (el Santo de Asís), y me preguntan: “¿qué Virgen es aquella?”, y no le supe responder, porque que si es la del Carmen, no está de marrón, que si de la Salud me lo parece, que aunque lleva una vela en la mano, no por ello es la de Candelaria –me dijeron no era morena-, porque parece llevaba un escapulario y no era lo original, que total, le dije cuando llegué aquí hace cuatro años, no me supieron decir, y recuerdo me dijeron era una versión moderna de la Virgen del Carmen (con lo que habrían dos), y bla, bla, bla...
... que me formulan nueva pregunta y ahora sin referencia alguna a los Santos y Vírgenes del lugar, que me dicen que qué santo es el que vieron –no recordaban el sitio-, y entre la pareja trataban de recordar dónde, a lo que les apremié, que eso era lo de menos, que qué santo podía ser y me dicen: uno que tiene un cuchillo en las manos. A lo que le contesté. Ah, ese es muy fácil, ese es San Bartolomé; a no ser que sea otro, y no un cuchillo precisamente, y me acordé de San Pablo, con una espada; de San Pedro de Verona, dominico, con un cuchillo partiéndole la cabeza, a lo que el matrimonio amigo de los Santos me dicen, no San Bartolomé, no (y parece ser cierto al no estar en Tirajana, ni en Las Lagunetas, ni en Fontanales (a no ser laguna Iglesia también lo tenga), sino que no se acordaban dónde, y va y me dice el esposo lo siguiente de San Bartolomé...
... aquel del que Jesús dijera: “Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño..., antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi...” (Juan 1, 45 ss.):
“San Bartolomé,
mató a su mujer;
con un cuchillito,
del tamaño de él.
Le sacó el cuero,
lo llevó a vender;
y la tripita del culo,
la dejó para él”.
Me dijo que su abuelo se lo había enseñado y que sabía mucho más de otros santos, de los que componían coplas. Me sonreí, como es lógico, porque tiene gracia, sin más.
El Padre Báez.
PD.- Por ser el día de Todos los Santos.
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