Muere Canarias; nace, el Tabaibal.
No se entiende, diéramos de comer al mundo, y ahora sea el mundo quien nos manda de comer. Sí, contribuimos en matar el hambre en el mundo, y ahora nos la matan a nosotros. Esto, un servidor al menos, no lo entiende.
Fuimos un pueblo desarrollado, y colaborábamos con el mundo. Producíamos más de lo que nos mandan. Nos sobraba de todo; ahora, nos hace falta de todo. ¿Por qué el kabildo y el gobierno, han acabado con la agricultura y la ganadería? Entonces, hombres, mujeres y niños, todos atendíamos al sector primario. Se respiraba campo. Había vida. Nadie tenía hambre; se desconocía el paro. Ahora, han quitado la agricultura del campo, y la llevan a los niños en las escuelas; pero, ¿esto qué es?
Miedo ambiente no deja cultivar, ¿y enseñan a cultivar a los niños? ¿A qué juegan? Antes, hacíamos de todo; ahora, no se hace nada. Parados. El kabildo le ha quitado al agricultor y al pastor el terreno, y se lo han plantado todo de pinos. Parece que el primer objetivo del kabildo es, erradicar la ganadería y la agricultura, y lo ha conseguido. Toda la isla era un todo y solo cultivo. Ahora, es un tabaibal.
Miro hacia atrás, y veo los años 70; todavía había algo, pero 20 años (años 50) atrás comenzó todo. Lo tienen programado. Actualmente, somos la única comunidad autónoma que no tiene sector primario (¡y ello con tener la mejor tierra y el mejor clima del mundo, propicio para ello).
Cuarenta años, vengo con esta lucha, en defensa de la tierra nuestra. A diario digo siempre algo; y pienso morir con esta cantinela. La agricultura y la ganadería no pueden ceder el paso a un turismo humillante y paupérrimo que nos arruina. La agricultura y la ganadería deben volver y aparecer de nuevo.
¿Por qué no desaparecen de espakistania el sector primario y así en el mundo entero? ¿Por qué somos los únicos que no producimos lo que comemos? Los políticos tabaiberos, no tienen conciencia del sector primario. Es algo, que ni citan y ni aparece en sus programas. Han llegado a llamar “sector primario” al turismo. ¿Cabe aberración mayor?
El pueblo comienza a estar desnutrido y come basura. Este pueblo, drogado con un carnaval y ronerías, no se rebela, no se manifiesta, no pide..., sino ayudas. Nuestra dependencia es total. No tenemos recursos. La industria desapareció de entre nosotros. Distintos ejércitos (uniformados), controlan, castigan, reprimen, multan, exprimen, acechan, etc., al pueblo que vive asombrado, con mucho miedo.
Lo único que brota con todo su vicio es la todopoderosa tabaiba que coloniza el territorio de forma bárbara y protegida. El kabildo se gasta millones en reforestar basuras. Hay licencia para tirotear a la cabra suelta alguna que haya. Nada hacen para salir de la crisis, que pasa por el único camino de permitir la vuelta al campo (¡y no te dejan ni reconstruir un cercado si se le cae la pared que lo sostenía!).
No comemos nada propio (nos engañan con productos de fuera que nos los pasan como si fueran de aquí [se da el caso que en Santa Lucía este año no ha habido cosecha de aceitunas, y todas las que se venden en todas partes dicen ser de Santa Lucía, cuando la verdad es que son de Sevilla, y de peor y muy mala calidad]). En un 99 % dependemos de fuera, de todo, de todos. Y es posible autoabastecernos, pero no nos dejan; lo tienen prohibido (si en un cercado se nace una retama, la retama es considerada sagrada, y no se la puede arrancar a riesgo de una exageradísima multa y la obligación de plantar en lugar de papas, pinos en tu terreno cultivable, como castigo y para reponer la retama arrancada, con lo cual te desgracian de por vida el cercado, con el aviso que si no lo haces, te lo hacen y te cobran por hacerlo [el plantar pinos donde plantabas papas]).
Tienen unas leyes que son la mayor de la ridiculez y el mayor de los atropellos en contra del ganadero y del agricultor (los tienen como si fueran delincuentes). Tenemos tierras, pero nadie trabaja; no te dejan tocarla. Hay gente de agricultura como concejales, consejeros, delegados, directores, ingenieros, etc., etc., pero la cosa no sale de ahí (no son gente del campo, ni se dejan asesorar por gente del campo).
Pudiéramos comer y vivir de lo nuestro, de nuestra tierra (¡y mar!). Pues, ¡no señor! Todo tiene que venir de fuera. Las alpendres están vacías, los terrenos llenos de maleza. Nadie trabaja. Ejércitos uniformados diversos pasean y persiguen al campesino, molestándose entre ellos mismos en un ir y venir cruzándose por carreteras todo el santo día, semanas, meses, años, sin otro beneficio que gastar combustible vigilando al campesino, cual si fuera un terrorista o narco. Todo lo compramos de fuera. Estamos en riesgo grave de perder la salud, por productos “envenenados”. La gente enferma. Los políticos, están ciegos (por el dinero fácil que les entra por el puerto). No hay transporte interno o interior. Nuestros estudiantes, se van fuera. No producimos nada. Solo parados.
Los precios, cada vez más abusivos. Los problemas de hambre, aumentan. Se vive de la caridad, de la solidaridad, de las ayudas, del robo, del trapicheo, de..., ¡se malvive y muere! Nos entretienen con el fútbol y el baloncesto. Sin cambio de la política, no hay nada que hacer, sino a peor. Repito: nada producimos. Solo tabaibas (cuya leche no sirve para queso, ni se toma).
El Padre Báez.
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