Razón de
las multas
del miedo ambiente.
No es difícil colegir el por qué de las denuncias a todo agricultor o ganadero, que deviene en multa, sanción y hasta cárcel (aunque esta última no les proporciona dinero contante y sonante, pero sí lo que le antecede como previo [multa y cárcel]) a todo aquel que asome las narices y haga cualquier cosa por baladí o sin importancia que sea, que le cae la correspondiente multa, siempre en grado del calificativo de “muy grave” en su apreciación, según números de artículos y letras, o “gravísimo” a pesar de ser por pecatta minuta o pecado insignificante.
Alguna razón debe existir para ese comportamiento de acoso y derribo de todo agricultor y ganadero, del cual vive el cabildo, porque hay que pensar cómo y de qué manera paga el cabildo a ese gruesísimo número de parásitos que se mueven cuales hormigas en un ir y venir sin producir nada, pero cobrando al fin de mes cuantiosos sueldos por no hacer nada; pues que tiene un cuerpo recaudador, y es el miedo o medio ambiente, que se encarga de llenar las arcas cabildicias de donde pagar o cobrar cuantos viven enganchados o enchufados a esa gran vaca que no da leche, pero seca toda actividad en el campo, para poder cobrar dinero fácil, multando por nada y por todo a los pobres campesinos.
Esa y no otra, es la razón de las cuantiosas y elevadísimas multas que ponen el miedo o medio ambiente, para poder vivir como sanguijuelas, chupándole la sangre a los que pretenden vivir de la tierra, a los que arruinan, para poder pagar a ese elevadísimo número de gentes que “trabajan” en el cabildo. Piénsese, lo que conseguiríamos, si se eliminara el cabildo, que por otra parte es un gobierno doble o paralelo, que no tiene razón de ser, y de seguir existiendo no van a parar de multar a la pobre gente del campo, para poder cobrar y vivir a costa de los que se resisten a no dejar el campo, y viven y trabajan para pagar a los empleados del cabildo, que vive a costa de ellos (los del campo).
Multas que son un robo a los que viven de la tierra y de los animales, sin cometer delito alguno, sino por sembrar y limpiar un terreno (por eso se multa), o por sacar a algún animal a comer fuera del corral (también esto se multa, porque el animalito de Dios, comió una planta protegida); y así por una pared que empezó a restaurar, por una valla para librar la cosecha, por un lo que sea, por cualquier chorrada, que lo tienen todo legislado y por todo hay multa. Pero sin ellas, el cabildo no podría pagar a ese ejército de parásitos, que nada hace sino molestarse entre ellos, en un ir y venir sin saber a qué o por qué, sino simulando y haciendo el que hace sin hacer nada.
Razón ésta, por lo que el cabildo debe desaparecer, y así librar al agricultor y ganadero de esa persecución, vigilancia y sanciones continuas y constantes, de las que cobran y pagan a quienes no dan golpe y viven a costa del campo, al que vigila, controla, asecha y multa siempre al cien por cien a todo agricultor y sin que ningún ganadero se haya librado de cuantiosas multas. Un solo hombre de campo, con una sola multa, puede ser el sueldo de trescientos o más trabajadores por un mes de no hacer nada. Nada digamos cuando por limpiar un camino o plantar unas parras, les echan una multa de 300.000, 00 euros, que sumadas las dos multas son 600.000, 00 euros, con lo que son muchos los que pueden comer gracias a esas dos multas (1), hecho que se repite con la frecuencia que no sabemos, porque todo multado no lo cuenta para que no se rían de él y le da vergüenza se sepa le han multado, llevando a más de uno al suicidio al no poder hacer frente y pagar tamaña multa, por nada.
Sobra el cabildo y si sigue, va a seguir las multas para poder seguir existiendo. Con el cabildo, el campo jamás levantará cabeza. Sin las multas del miedo ambiente, el cabildo no podría subsistir, por eso multa.
El Padre Báez.
(1).- Con una multa de 300.000,00 euros, pagando a cada ganso del cabildo por término medio 1000,00 euros por cabeza (son como animalitos), tienen para pagar a 300 “trabajadores” el sueldo de un mes. Con dos multas, de esa misma cantidad, cobrarían 600. Es una injusticia como la copa de un maldito pino. Con la multa más normalita, es decir la de 6.000,00 euros, pagan a 6 obreros por no hacer nada, a costa del que pretendía hacer algo, y o lo dejan. Esto, es un robo a mano armada. Y, los jefes de ese organismo (el cabildo), lo permiten y consienten. Sin esas multas, ellos no podrían vivir; por eso multan, para eso multan. El campo, no produce; pero, paga al personal del cabildo y los recaudadores son los del miedo ambiente. Y este pueblo o masa borreguil, lo admite masoquistamente. Y, como los multadores saben son ladrones, se ponen gafas negras, para que no se les reconozcan de paisanos (te dicen ellos no te multan, sino que informan a sus jefes, con fotos del delito). También se hacen ayudar del seprona colaboracionista. Y como aves carroñeras, vuelven al cuerpo del delito, una y otra vez. Van en pareja, y lo primero que te piden es el permiso para lo que estás haciendo, y como no lo tengas, la cagaste. Ya te enchiqueran, sin remedio, ni más explicaciones que les des, ni razonamientos que les des, no te escuchan; no admiten nada, como si no te oyeran. Solo es cuestión después de esperar la carta certificada del cabildo, para la cual no hay alegación alguna válida. Y a saber: si no pagas en efectivo, se apropian de lo tuyo (de tus bienes y propiedades).
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