Los hombres cultos del campo:
No hay cultura mayor ni mejor que la del campo. No se olvide se trata de agri-cultura. Es la primera y principal, la de la universidad de la vida, la que no necesita libros, sino maestros (los ancianos).
Los verdaderos brutos o salvajes, están dentro de los títulos, y del gobierno, que ignoran tanta sabiduría. Ya afortunadamente, el cabildo no transmite sino muerte y destrucción en el campo, y nada enseñan, porque son analfabetos de esta cultura, son simples batatas, que nada saben, y por no tener, no tienen un solo asesor del campo, cuando no ya un consejero del ramo.
La gran verdad es: los pocos agricultores y ganaderos que quedan, y cada vez hay y habrá menos, por culpa del cabildo que los acosa y persigue con su ejército de miedo ambiente, que los tiene asombrados, asustados, amedrentados.
Para cultivar la tierra, solo hacen falta tres cosas: tierra, semilla y ganas. Tierras hay de sobra; semillas no faltan; pero, ganas no parecen hayan algunas. Algunos de los pocos que quedan, quejones algunos y llorones, porque no tienen agua y tractores, se han olvidado que para las extensiones de kilómetros y kilómetros de llanuras sin fin, no hace falta esos artilugios, que han matado a más que bien han hecho, que por otra parte, el agua que lloriquea de continuo cual perreta de niño malcriado, porque quiere agua para regar en agosto, sin aprovechar las del invierno, y sin darse cuanta que las frescuras de la noche crían el mejor millo, y plantar papas, y de todo, y que hay un tiempo que no es de plantar, y que hay cosechas de verano, pero solo piden agua, y habría que ponerles una presa para callarlos, pero para ellos solitos, ¡a ver si se ahogan!
Los hay que pretenden la última maquinaria y hasta cosechadoras de trigo y alpacatadoras de retal (prensadoras o empaquetadoras), cuando no tenemos sino riscos y laderas y trozadas de terrenos de metro, y metro y medio de ancho por donde imposible pase o entre esas maquinarias que dan hasta miedo. Ya finos algunos, no quieren callos en las manos y han olvidado la asada, el único instrumento –junto con la jose- para la agricultura.
No deja de ser cierto, que el cabildo -que sobra-, y que no hace falta si hay otro gobierno paralelo y doble, es vivir de las importaciones, razón por la que no favorece nada que suene a agricultura, y sabido es tiene un ejército –el de medio ambiente- para prohibir toda acción encomendada en mantener la agricultura y ganadería. Pero que dicho esto, el agua no es indispensable ni mucho menos la que no puede faltar, y sin la cual no se da un mochazo teniendo en cuenta que el agricultor siempre en más de una ocasión perdió la cosecha, como la zafra, o como en espakistania los granizos o lluvias persintentes, que viviendo en el mejor clima del mundo, es cuestión de aprovecharlo y no vivir dependiendo de un estanque de agua, pozo o presa.
Aquí ha sucedido, lo que todo el mundo sabe o debiera saber, que el cabildo -que debe desaparecer-, ha recibido y recibe millones y millones de euros para ayuda del sector primario, y toda vez que para ellos lo primero es otra cosa, al campo no ha llegado sino migajas, y desviadas a amigachos o corruptos, que les permiten el juego sucio de declarar lo que no tienen o en plantar pinos y decir favorece a la agricultura con reforestación, pero no de higueras o tuneras, que dan comida, sino gastándolo ¡en Dios sabe qué y cómo se reparten los dineros!, que no llega nunca al hombre del campo. Claro, que a este respecto tengo que decir, que jamás mi padre recibió ayuda alguna y aunque pequeño agricultor y pequeño ganadero, nunca –sin ayuda- nos faltó la comida que tierra y animales nos dieron.
Por eso digo, que a la agricultura, le sobran riegos y tuberías, planes de aguas y otras meadas, porque si hasta encima es agua desalada, a los cinco años, la tierra se volverá estéril de por vida, in eternum. Así, que agua, no; ¡muchas gracias! Simplemente, que el miedo ambiente no me acose, ni multe, ni me mire por anteojos o prismáticos, no me hagan fotos de satélite o de cámaras digitales, etc. Simplemente, no se metan en mi vida, y me dejen hacer en lo mío, lo que me salga de los cojones (con perdón para los bienhablados a los que habré escandalizado, como si digo mierda de vacas y el olor del vaquero a lo mismo). Pues ¡a la puta mierda! Repito: me sobran canales, embalses, red de tuberías, etc., si bien el dinero enviado para eso, lo han dedicado –el que les sobraba- en plantar pinos restando tierras a pastores y a agricultores.
Mientras llueva, tendremos la agricultura que se practica desde que el mundo es mundo; y ésta –el agua de lluvia- mucha o poca, seguro no nos va a faltar, aunque ciclos de sequías siempre hubo y de vacas flacas, no hace falta que hablemos, porque ya solo nos quedan tres o cuatro.
Por mí, que se siga gastando el dinero con el Lobera y sus muchachos, que también riega un campo de césped, al fin y al cabo, también un campo de agricultura deportiva (espero cojan la ironía, y no se quedan con la literalidad de la palabra).
Pues lo dicho, pido a gente sensata, libre y no agradecidos al cabildo, que con un servidor se sumen en gritar y pedir, manifestándonos ante el cabildo para pedir su destitución o desaparición así como su ejército de miedo o medio ambiente, para pasar a la acción, si es que hay –repito- cojones.
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