Pudiera ser, la reacción -no justificada- de alguien, que ve, cómo sus principios (sociales, políticos, religiosos, etc.,), están en peligro, y para salvarlos, llama la atención, de forma mayúscula y salvaje.
Lo curioso de Oslo, es que tenga raíces -entre otras- espakistaníes, y hasta reminiscencias tabaiberas. Lo curioso, es que esto, no haya sido sino la punta del iceberg. Así empezó lo del 15 M, ¡y miren por donde va! Y cree uno -tal vez equivocado- que ese odio al catolicismo (sembrado, consentido y estimulado) de forma constante y continua, y al mismo tiempo, esa simpatía con el Islam, abriéndoles los brazos y todas las puertas -a la par que cierran todas las que huelan a Cristo-, sorprende nadie habiendo tanto futurólogos, analistas, sociólogos, politólogos, etc., no las haya visto venir, porque ¿qué garantías hay, de que esto no se repita y vaya a más?
Creo, deben ser otros, los que sin insultos (que si loco, que si xenófobo, que si de extrema, que si esto o lo otro), al autor de esta masacre, se estudie, qué es lo que le ha llevado a ello, y si no le van a seguir los pasos otros; que lógicamente nadie desea, ni mucho menos espera suceda, pero toda vez que ya lo dijo Aristóteles, al definir al hombre, que éste, es un animal de repetición -es decir, hace lo que ve hacer- ¿no estaremos en una nueva modalidad que se extenderá como lo de los movimientos juveniles, que de la noche a la mañana aparecieron haciendo derrocar gobiernos, y temblar a muchos otros, en la cuerda floja ahora mismo?
¿Es demasiado vaticinar, esto no ha hecho sino comenzar, y no sabemos las consecuencias que pueda tener? ¿Acaso falta algún cerebro bien pensante, en o fuera de la filosofía, de la historia y de todas las ciencias, que nos diga lo correcto, para evitar estas acciones y/o manifestaciones? Porque si muchos lo piensan y solo uno lo ha llevado a cabo, ¿cómo no pensar esto animará a otros a emular lo que ha hecho este joven norte europeo? ¿Qué fue o es lo que él vio amenazado, que otros no han visto? No cabe duda, para él es estar en lo cierto; como los que opinan lo contrario, también lo creen de sí mismos.
También a mi mente, vienen palabras de descalificación al protagonista de esta trágica noticia, pero ¿se arregla algo con ello, como cuando sucede un atentado de ETA, que si ratas, que si descerebrados, que si gentuza...?, ¿no descalifica al que se dedica a descalificar, sin más? ¿Está el mérito en quién más y mejor lo haga, sin entrar en razones, aunque no las haya? Al insultar y descalificar, ¿no nos ponemos a la misma altura del que ha propiciado tal desaguisado, aunque sea de menor tono, sin que con ello ganemos un centímetro, sino tal vez sea animarlos a acciones mayores de ese calibre?
Europa, y otras partes del mundo, debe pensar seriamente sobre lo que está pasando. Tampoco es cuestión de cruzarse de brazos; y hay que poner sobre el tapete la situación; sin forzar nada, sino fríamente, analizar lo que sucede, y lo que puede suceder, sin dejar de preguntarse: ¿qué acciones son las que generan estos comportamientos?, ¿se los van a alimentar o a reducir y cambiar? Porque el peligro sigue, al seguir las mismas condiciones, y no es aconsejable imitar al avestruz, que entierra la cabeza bajo tierra, para no ver la realidad. Que si esto se ha desmadrado, puede poco a poco, volver a retomar una solución preventiva, que en los sucesivo, copie lo que todos lamentamos ahora.
Por supuesto, que un servidor, ni tiene la solución, ni da pista alguna sobre ella; son muy otros, los que deben tomar el toro por los cuernos; y por aquello de “las barbas del vecino, cuando las veas arder, pon las tuyas a ...”, no sea que te pase lo mismo. Y esto, esto tiene visos de tener réplicas, como los terremotos. Y, el evitarlo, es posible, si se comienza en una dinámica distinta, y que no los favorezca, incluso dando marcha atrás, que en el decir popular, es cuestión de sabiduría; y de terquedad lo contrario. Pero, algo hay que hacer, y no seré quién diga qué (aunque por la mente me pasan muchas ideas; pienso, como en la del que me lee o escucha).
Tal vez, haya que pasar de aquellas mundializaciones, planetarismo, cosmologismos y universalismos, donde el todo para y de todos, al cada uno en su mundo. Pero he dicho, no voy a dar pitas de solución; a veces, las coyunturas sociales y otras, hacen que muchos retomen un camino lógico, y hasta verdadero y solucionen parcialmente el asunto, que tiene tintes de corruptelas, de injusticias, etc., en su base, por una mezcla que no es posible, pues hay cosas que no lo admiten, y no es cosa de poner ejemplos. Solo digo y repito, traduzcamos lo sucedido; hagamos un esfuerzo por pensar como piensan; dicen hasta un 20 %, que entonces, ya no es cosa de 3 o 4, ni moco de pavo.
¿Quiénes “engendran”, generan o producen a estos Anders Behrin Breivik, o crean las condiciones para que surjan? Ya vemos, tienen parentescos espakistaníes y tabaiberos...; ¿quiénes son los culpables: ellos o los que los paren (o dan a luz [sus “padres”])? Ellos, son productos, de unas condiciones y situaciones que les dan vida. Dice el refrán, que “muerto el perro, se acabó la rabia”. Me da, que hay muchas Noruegas, pero con otros nombres. Y, lo dejo ya aquí.
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