viernes, 31 de agosto de 2018

El cabildo, se sigue riendo de todos nosotros, y no cambia.
 
El cabildo, se sigue riendo de todos nosotros, y no cambia. Veamos, en su plan de formarnos o educarnos en asuntos del sector primero o primario, o/y de soberanía o realeza principesca de la comida del campo o de alimentos de la tierra, va a dar otro curso –otro más, de cara a la galería- pues ahora nos quiere explicar cómo se manipula o trata, se coge o se toma lo que da la agricultura, que prácticamente no es nada, salvo tres papas, dos lechugas y una col, pues por todo ello, un curso –no universitario, y sin requerimiento cultural o académico alguno previo, pues vale para los patanes, que no saben coger unas papas (hay que ponerse guantes), ni coger unas lechugas (hay que ponerse igualmente guantes), o/y cómo se coge una col (igualmente, hay que ponerse guantes), pues para ello, un curso con director y todo y el preceptivo profesor. Y ya de paso, les adelanto el programa, por si usted, pobre parado y aspirante a saber cómo se coge o toma las hortalizas y frutas, asiste a clase, donde le explicarán cómo contamina a la agricultura tanto humo de coches por todas partes; que el agua de la agricultura, toda vez cuando llueve se va al mar, la sacan del mar ahora desalada, aunque quede un resto de sal, la misma que esteriliza las tierras; que los productos son sanos, si están en invernaderos y no les da el sol, que los queman; que los abonos toda vez ya no hay estiércol de animales, hay que comprarlos y es química pura que nos enferma y mata poco a poco; sobre las prevenciones a la hora de recolectar, apañar o coger lo que sea (hortalizas o/y frutas [ya sabe, póngase guantes, para no infestar lo que toque; y para que no le infeste lo tocado); cuidados que ha de tener a la hora de transportar lo cogido hasta la tienda o casa donde se va a vender o consumir lo cogido, póngase gorro y bata blanca, con los guantes preceptivos; que también a la hora de empaquetar, o almacenar tenga los guantes puestos, para no ensuciar o contaminar lo que tenga entre manos, y si lo mete o pone en bolsas de plástico, mejor que mejor; para que si se trata de manipular o/y transformar lo cogido, tenga precaución en ello, y sin dejar los guantes y cofia, proceda, pero con seguridad; pero en el caso de transportar lo cogido y distribuirlo y tienen que echárselo al hombro, o llevarlo en la falda, sepa cómo proceder, y no a lo bruto y salvaje; es decir nos enseñan –a los que asistan (algunos faltos de luz)- a cargar y a distribuir, sin moler nada, y cuidado no se estropee nada... Y ya para terminar la licenciatura en este arte de manipular lo que da el campo –que está que da pena- dos lecciones más: datos que usted ha de tener en cuenta para el comprador o consumidor; y, enfermedades que puede usted adquirir, de no tener en cuanta estas prescripciones sanitarias y de higiene (sobretodo si no usa guantes). Pues avisados quedan de la importancia que tiene la manipulación como Dios manda de lo que produce el campo –casi nada a decir VERDAD- o sector agrario (en lo poco que los pinos nos están dejando libre, que va a menos cada vez más). Ya después, usted puede integrarse en el sector agrario, puede ser titular de de una explotación agraria..., y no sigo, porque me da vergüenza. Les pido me disculpen.
 
El Padre Báez, Pbro. 31-08-18

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