Más del cabildo sobre las
pobres abejas, que son atacadas y comidas por las avispas.
Más del cabildo sobre las
pobres abejas, que son atacadas y comidas por las avispas. ¡Náaa...,
que esto no le importa al cabildo un rábano, y por eso pasa de poner remedio a
ese ataque, que va a acabar con la miel, y con las frutas!, que lo que le
importa muchísimo al cabildo es que –y por eso oferta algo distinto de las
subvenciones de ayer, que hoy propone nuevas y distintas subvenciones
relacionado con este mundo de la apicultura, que sabido es, hay algunas por ahí
camufladas y escondidas, y así van escapando, y vendiendo al margen de lo
establecido, para hacer unas perras, los tres apicultores que quedan, pues cada
vez hay menos abejas, por tanto menos colmenas, menos miel y menos apicultores,
pues el cabildo al que le importa un rábano las avispas maten a las abejas,
oferta una nueva y distinta subvención, de cara a no dejar escapar a ningún
apicultor escondido que haya por ahí, que los hay; pues, que: se subvenciona a
los apicultores, para que no sean primitivos ni salvajes, y se suban al carro de
la modernidad, y a partir del dinero que se les oferta, estos pobres, a los que
las abejas les han picado más de una vez, les dan dinero para: que compren
material de oficina (¡vamos ni que el negocio sea para tanto, y no la propia
cocina); para que la miel sea realmente –más allá de la reina del panal-
realmente consumible, de cara a añadidos y demás; para que este pobre apicultor,
analfabeto él, y que no sabe hacer otra cosa, tenga conocimientos de programas
informáticos, y los pueda utilizar (pero, ¿esto qué es?, ¿no es una tomadura de
pelo?; subvenciona para que el desgraciado y más que picado apicultor, aprenda
administración, para llevar bien el negocio de su pobre –y a menos- colmena;
además, el subvencionado aprenderá gestoría, desplazamiento, asociación,
organización, formación, seguro, etc., etc. sobretodo, se le subvenciona para
la sala de envasado. Pues, eso es lo que hay. ¿No es de premio Nóbel, la acción
del cabildo el mismo que llena la isla de pinos, para que las abejas liben el
néctar de las piñas y la resina, y mata las cabras, para que no compitan con las
abejas comiéndose las flores de las plantas de las que viven las pobrecitas
mías, las pocas que están escapando de las avispas. Pues, no digan que no hago
publicidad al cabildo, y todavía los muy desagradecidos, jamás me han dado las
gracias. Pues, éstas tenemos:
El Padre Báez, Pbro.
22-08-18
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