martes, 21 de agosto de 2018

El cabildo, sigue tirando dinero en subvenciones a sus amigos.
 
El cabildo, sigue tirando dinero en subvenciones a sus amigos. Y lo disimula con la palabra subvenciones. Pero veamos, en esta ocasión lo que, o a los que subvencionan o dan dinerito; en este caso se lo dan a los que tienen  panales de abejas, y producen miel, miel que si te la dan sabes es “miel da”, así que cómprela para que sea miel, y no “miel da”; pues que bromas aparte, la cosa tiene picaduras, si no te pones la careta, guantes y te vistes adecuadamente para ello, que la cosa de las abejas, es que las avispas amarillas se las están matando o comiendo, y en lugar de poner remedio a ello (el guanche –José Manuel-, que pasó, una semana de vacaciones en el sur, al ser reconocido por un apicultor, no solo nos regaló –a él y a un servidor-, sendos tarros de miel pura, sino que como un servidor, tiene también sus panales, y se lo comentó el susodicho (no pido subvención, pues es lo que quieren saber estos tunantes, quiénes son los apicultores, para tenerlos controlados y multarlos si no cumplen), pues que me envía un bote de plástico agujerado por el fondo en derredor, para que en un plato de plástico dentro le ponga una sardina de lata escachada, mezclada con pegamento, con lo que las avispas amarillas, asesinas de abejas, van al cacharro y se quedan pegadas, con lo que mueren o las matas; y es que están acabando con las abejas,  porque de lo contrario, nos quedamos sin miel y sin frutas, habida cuenta las abejas son las encargadas de la polinización –es la razón por las que las tengo, más que por la miel en sí, que el cabildo digo y repito, en lugar de poner remedio y así realmente ayudarnos a erradicar las avispas, se dedica a dar dinero a los apicultores, con mala intención, y sí, dinero-dinero a sus amiguitos, que así, todo queda en casa, y se pagan los favores; pues no señor: el cabildo en lugar de lo dicho, pretende  que se invierta en adquirir equipos, material y reformas –he ahí, el negocio padre- y te van a ayudar a extraer y a envasar la miel, con lo que se cobrará la mejor y parte mayor o correspondiente, ¡ah tunantes!, dan para poder recibir el doble, triple o más, hasta la ruina del sector, porque es lo que hace: estropear todo lo que tocan, y si no, ahí tenemos: carreteras por las que no circula al año sino uno o dos coches, –salvo sus patrullas de miedoambiente de forma diaria y constante- y gastan una millonada en ello, sin beneficio de nadie, mientras que otras carreteras necesarias y utilizadas por el pueblo llano y sencillo, ¡ni las tocan!; que, volviendo a las abejas, que te ayudan a adquirir material, hasta con 3.000,00 euritos ¡esto sí que es generosidad!, un regalo envenenado (te controlan y te arruinan después). Y no sigo, porque es que es indignante lo que sigue (técnicos, tramitación, inscripción, registro, estudios, más tramitación, etiquetado, etc., etc.. Que no, mejor pasar de ellos, ¡y que sigan matando cabras y plantando pinos!, lo único que saben hacer y creen lo hacen bien. ¡Dios-Dios mío!
 
El Padre Báez, Pbro. 21-08-18

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