Cierto y verdad es, y no hace falta ser
catedrático de arqueología...
Cierto y
verdad es, y no hace falta ser catedrático de arqueología, para decir
simplezas y verdades a medias, como la que sigue, sobre el origen de los
cannariis, que no es otro -en un segundo momento- que el de haber pertenecido a
razas bereberes, y que Roma ante la belicosidad de los mismos –la misma que
demostraron aquí durante ese siglo casi de conquista-, que fueron o eran
irreducibles, y no como los indios, que permitieron a españoles y a otros entrar
como Mateo por su casa; y vuelvo a los bereberes,
venidos a canarios, que antes de pasar y estar en el norte de África, bajaron o
vinieron del norte de Europa, que no solo huían del frío, sino que querían
subirse al carro del tiempo y la cultura romana, y así de
bárbaro a bereber no existe
diferencia salvo la pronunciación del primer término (bárbaro), por el segundo,
que significa lo mismo (bereber). Pues quede claro de una vez nuestra
procedencia, y si alguien quiere verlo más nítido, no tiene sino que verlo en la
genética, pues a pesar del tiempo, ésta es imborrable, y se manifiesta en el
genotipo y hasta en el fenotipo, es decir en nuestro comportamiento y nuestro
físico, que así lo delata bien a las claras, pues cada vez nos acercamos más a
la pureza de los guanches, los encontramos: rubios, de tez blanca, ojos claros
(azules o verdes), todo ello delatando nuestra procedencia u origen, pues aún
siendo cierto venimos de África, ésta fue la parada o estación segunda, pues el
origen es de mucho más arriba, y esto ni se dice ni se sabe, y ya va siendo
hora, tengamos claras nuestras raíces, simplemente por y para vivir en la verdad
histórica. Es decir, diciendo bereber, estamos traduciendo y
diciendo bárbaro, que es o son los mismos términos. Todavía un
ejemplo para verlo mejor, es como quien bajando de Tejeda a Las Palmas de Gran
Canaria, se dice viene o bajó de San Mateo, justo donde paró para repostar, y
una vez hecha la reposición (tanto la del coche como la personal), partió de
allí, pero venía de mucho más atrás. O lo que es lo mismo: una afirmación que
incluye otra sin ser citada. Pues dicho queda, y a ver si poco a poco esto se
dice, se habla y se escribe, de tal forma que nos movamos siempre en la verdad
histórica y no -repito- en medias verdades (que son mentiras, precisamente por
ello).
El Padre Báez, Pbro.
04-08-18
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