En Gran Canaria, somos ricos en
lo forestal.
En Gran Canaria, somos ricos en
lo forestal. Y toda vez el bosque es de todos, todos somos ricos, eso
sí, comeremos pinocha, porque si de bosques hablamos, ¿qué otros tenemos que no
sean de pinos? Aunque a decir verdad, porque lo dicho es de forma genérica, pero
de forma privada el cabildo es el verdadero dueño del solar insular, y por ello,
va a duplicar el número de pinos, sin importarle los incendios que pudieran
venir, fortuitos por un rayo o un cristal. Porque y esta es otra, ¿hay
terrateniente mayor que el cabildo que además de las suyas se apropia de las
tierras ajenas? Nada, que en lugar de bosque, habría que hablar –y si no salga
usted de la capital, suba al campo y véalo- ¿se trata o no de una masa forestal
de pinos? Hubo un tiempo en el que la tierra, era para el cultivo, pero eso ya
es Historia; que la realidad ha cambiado y todo-todo es para los pinos, y más
(pinos) Es decir, tenemos la superficie totalmente arbolada, y ello gracias al
cabildo que nos quiere matar a hambre, y en paro, y de salir ¿a dónde? Porque ya
no se trata de pinos, sino de una masa de pinos. Ya, frente al cabildo, no hay
campesinos, todo es bosque de pinos (para que rime, el pareado). Según parece
tres mil años antes de Cristo, la isla estaba totalmente como la de Madeiras
hasta el siglo XV llena de maderas, después de Cristo, llena de basura, pues
quiere volverla a ese estado el cabildo verde que tenemos (color político aparte
o incluido, me da igual). Y ya sabemos, como quede un ojero –es decir: un cacho
de terreno sin tener arboleda, si el cabildo lo descubre y se entera, de
inmediato va y le jinca pinos por un tubo, y ¿dónde plantar ya un saco de papas?
R/. ¡En cacharros y en la azotea! Y llaman población a la plantación de pinos,
Pues, eso: salimos nosotros, para que sigan solo ellos poblado los campos y ya
bajando hacia la costa por los 21 municipios, que a tal fin el cabildo a todos y
a cada uno les ha aflojado dinero en euros, y todos, como locos: ¡A plantar
pinos! Con decirles mata las cabras en el Macizo del Noroeste para plantar pinos
donde las cabras que llevan allí desde la Creación del mundo. ¡Ya es demasiado!
Y no paran, y a más. Ya el pastoreo, imposible (en explotaciones, y a la
sombra). Y nada importa haya un incendio, porque de inmediato se repone y a más
los pinos, que aunque no se queman, es un pretexto para multiplicarlos. Eso sí,
en lugar de agricultores, hay ejércitos de bomberos, de brazos cruzados,
esperando a ver si hay humo, porque como dice la canción, por el humo se sabe
donde esta el fuego.Y usted, ¿no ha plantado un pino en el patio de su casa?
Dicen le trae agua, pues, ¡ándele! Nuestra isla, de vegetación, de verde, de
pinos: ¡¡toda!!
El Padre Báez, Pbro.
26-08-18
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