martes, 7 de agosto de 2018

Los guanches, no andaban mirando al suelo, de donde comían sino que andaban fijos mirando a las estrellas.
 
Los guanches, no andaban mirando al suelo, de donde comían sino que andaban fijos mirando a las estrellas. Los guanches, no eran agricultores ni ganaderos, eran arqueoastrónomos. La arqueoastronomía para los guanches era lo primero y principal, una obsesión, no hacían otra cosa. La arqueoastronomía les hacía andar fijos con la mirada en el cielo; y por eso los arqueólogos llaman a sus yacimientos todos “sagrados”, es decir que tienen que ver con lo divino, y es que como no hacían otra cosa -repito- y sabían que por encima de las estrellas o detrás del sol y la luna andaba Acorán y Chaxiraxi, pues que eran muy piadosos, religiosos y espirituales, ¡fijos mirando al Cielo y al cielo! Es decir, los yacimientos, son sagrados, tienen que ver con Dios, y desde ellos otra cosa no hacían -lo digo por tercer vez- sino mirando fijo al Cielo. Ya de paso, los guanches miraban la llegada del equinoccio, y con luces que hacen de pene que atraviesan fecundando triángulos-vaginas o vulvas en una unión o acto sexual místico de Dios con los hombres (mujeres), teología sexual, religiosa, divina, sagrada, de ahí que sus yacimientos sean todos llamados templos, donde fecundaciones santas y piadosas. Y de paso, lo del equinoccio y el solsticio, porque lo terreno carece de importancia para los guanches, que solo estudiaban y miraban al Cielo, donde Dios. Solo les interesaban las estrellas, el sol, la luna, las galaxias, y así conocer y saber el calendario y saber así los días que vivían, pues marcaban el tiempo, sin importarles absolutamente nada que no fuera eso. De tal modo y manera que toda cueva-santuario es, pues solo se ocupaban de asuntos piadosos, religiosos, espirituales. Solo se ocupaban de mirar a los astros. Vivían para lo sagrado, los astros, dada la cercanía con Acorán. Y de paso solo hacían calendarios desde el solsticio y el equinoccio, muy preocupados del ciclo anual que les marcaba el sol. Y de ahí sus ritos y ceremonias, liturgia y piedad. No eran idólatras sino adoradores de Dios y admiradores de su Madre, a quien respetaban y ello según el ciclo sagrado, cargado de ceremonias santas, sagradas, marcadas por el sol, las estrellas, y las pléyades, ocupándose en ello sobre todo al amanecer y al atardecer de cada día, todos los días, todos los años y siglos. Pues todo yacimiento es (era) un santuario, un lugar sagrado, de culto a Dios. Lo de la tierra, puro materialismo, no les interesaba, ni de ella se ocupaban. Solo miraban al cielo viendo las estrellas, eran astrónomos, sin más, y otra cosa no hacían.
 
Pues éste es el engaño que el cabildo pretende llevar a la Unesco con el Risco Caído y otros. Espero la Unesco, no se trague todos estos sapos; pues los guanches, miraban al cielo cuando habían tormentas, rayos, y descubriendo las cabrillas y el arado, nada más. Les digo la verdad: miraban al suelo, de donde comían y vivían (sin esas chorradas que dicen de ellos cuales si científicos fueran y otra cosa no hicieran sino estudiar las estrellas y los astros).
 
El Padre Báez, Pbro. 07-08-18

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