Los guanches,
no andaban mirando al suelo, de donde comían sino que andaban fijos mirando a
las estrellas.
Los
guanches, no andaban mirando al suelo, de donde comían sino que andaban fijos
mirando a las estrellas. Los guanches, no eran agricultores ni
ganaderos, eran arqueoastrónomos. La arqueoastronomía para los guanches era lo
primero y principal, una obsesión, no hacían otra cosa. La arqueoastronomía les
hacía andar fijos con la mirada en el cielo; y por eso los arqueólogos llaman a
sus yacimientos todos “sagrados”, es decir que tienen que ver con lo divino, y
es que como no hacían otra cosa -repito- y sabían que por encima de las
estrellas o detrás del sol y la luna andaba Acorán y Chaxiraxi, pues que eran
muy piadosos, religiosos y espirituales, ¡fijos mirando al Cielo y al cielo! Es
decir, los yacimientos, son sagrados, tienen que ver con Dios, y desde ellos
otra cosa no hacían -lo digo por tercer vez- sino mirando fijo al Cielo. Ya de
paso, los guanches miraban la llegada del equinoccio, y con luces que hacen de
pene que atraviesan fecundando triángulos-vaginas o vulvas en una unión o acto
sexual místico de Dios con los hombres (mujeres), teología sexual, religiosa,
divina, sagrada, de ahí que sus yacimientos sean todos llamados templos, donde
fecundaciones santas y piadosas. Y de paso, lo del equinoccio y el solsticio,
porque lo terreno carece de importancia para los guanches, que solo estudiaban y
miraban al Cielo, donde Dios. Solo les interesaban las estrellas, el sol, la
luna, las galaxias, y así conocer y saber el calendario y saber así los días que
vivían, pues marcaban el tiempo, sin importarles absolutamente nada que no fuera
eso. De tal modo y manera que toda cueva-santuario es, pues solo se ocupaban de
asuntos piadosos, religiosos, espirituales. Solo se ocupaban de mirar a los
astros. Vivían para lo sagrado, los astros, dada la cercanía con Acorán. Y de
paso solo hacían calendarios desde el solsticio y el equinoccio, muy preocupados
del ciclo anual que les marcaba el sol. Y de ahí sus ritos y ceremonias,
liturgia y piedad. No eran idólatras sino adoradores de Dios y admiradores de su
Madre, a quien respetaban y ello según el ciclo sagrado, cargado de ceremonias
santas, sagradas, marcadas por el sol, las estrellas, y las pléyades, ocupándose
en ello sobre todo al amanecer y al atardecer de cada día, todos los días, todos
los años y siglos. Pues todo yacimiento es (era) un santuario, un lugar sagrado,
de culto a Dios. Lo de la tierra, puro materialismo, no les interesaba, ni de
ella se ocupaban. Solo miraban al cielo viendo las estrellas, eran astrónomos,
sin más, y otra cosa no hacían.
Pues éste es el engaño
que el cabildo pretende llevar a la Unesco con el Risco Caído y otros. Espero la
Unesco, no se trague todos estos sapos; pues los guanches, miraban al cielo
cuando habían tormentas, rayos, y descubriendo las cabrillas y el arado, nada
más. Les digo la verdad: miraban al suelo, de donde comían y vivían (sin esas
chorradas que dicen de ellos cuales si científicos fueran y otra cosa no
hicieran sino estudiar las estrellas y los astros).
El Padre Báez, Pbro.
07-08-18
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