Toda vez, que son muchos los correos que recibo, les reenvío hoy uno de ellos. Va íntegro, salvo la autoría, no sea del agrado de quien esto me dice. Diga no obstante se trata de un gran periodista, y creo es lo mejor que yo mismo pudiera decir:
Felicidades por estos tres últimos escritos, como asimismo, por los demás, También por los anteriores a éste, "los guanches" y "los muertos". Son perfectos todos los muy importantes puntos de vista y puertas que abres a la riqueza y dignificación que aportas a nuestro patrimonio guanche, mientras los arqueólogos y paleontólogos oficiales amordazados por el vil dinero, se están carcomiendo y sufriendo. Seguro. Con secuelas graves en el próximo futuro a consecuencia de lo que tú les muestras y restriegas anta sus ojos, mientras ellos con su silencio culpable reconocen. No te quepa duda alguna.
Estoy seguro que cuando de estudiantes escogieron sus carreras tenían sus ilusiones intactas y gran altitud de miras. Pero allá ellos con su problema, que por desgracia es también nuestro, ya que les sufrimos por tener sus manos vacías y permitir masacrar nuestro patrimonio, mientras en el resto del mundo y, por supuestos, hasta en nuestro pobre y desvaído continente ya se han movilizado para recuperar y realzar su patrimonio. En el gran país de Canadá no se mueve una construcción o carretera sin que sea guiada por celosos arqueólogos en busca de restos indígenas de solo un par de siglos. Si en principio, hace 21 años, se pararon las obras de la autopista del Sur a la altura del Barranco de Maspalomas, ante la aparición de la macro necrópolis, no fue por un esbirro canario que la quiso ocultar, sino por el encargado alemán que paró los tractores, tal como era sus deber. Esta fue la mayor necrópolis de espakistania, el país que nos coloniza y embrutece, con casi 140 momias, además de la más valiosa. Hasta con el impactante hallazgo de aparecer juntitos las momias de los miembros de una misma familia, padre, madre y en el centro, una niñita. Otro cantar de dejación se entonó luego y, como es normal, en un pueblo analfabeto y embrutecido por sus "lagartos" de políticos, ya que desde entonces continúan, estas valiosas reliquias de nuestra historia, apiladas en un almacén sin ventilación y siendo pastos de nidos de ratas y pájaros que entran por sus ventanas con cristales rotos.
¡Con qué terrible mala maldad castigó el destino a los colonizados canarios, cuando el cañón Tigre con su metralla partió el brazo al almirante Horacio Nelson cuando invadió Tenerife, ya que de haber conquistado la isla, hoy día, ya independientes y miembros de la Commonwealth, estaríamos orgullosos de ser admirados y respetados por nuestro muy famoso patrimonio de Guanchología, tal como lo es su prima hermana, la Egiptología!
El Padre Báez, que se congratula al recibir escritos de apoyo y felicitación, por esta callada lucha en defensa de lo más sagrado que tenemos: nuestra arqueología y sus yacimientos (en el lamentable estado, del cual el remitente ha puesto un solo ejemplo).
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