Que uno sepa, no hay un solo almogarén reconstruido: lugar sagrado de los guanches, donde adoraban a Dios (no creo que porque sean aconfesionales y ateos, pasen del tema). En otros lares, bien que se encargan de reconstruir estos lugares religiosos.
Claro, que para esta tarea, hacen falta un equipo de investigadores –que no tenemos- y expertos –tampoco-, que promuevan nuestra historia y arqueología (la universidad, es que ni se entera).
Y eso, que tenemos un gran número de estos santuarios. Ya debiéramos hasta tener una revista de arqueología, con aparición semanal o mensual, dando información de los hallazgos, y cabida a comentarios y críticas a reconstrucciones con hierros (es un ejemplo), pero ¡nada, ni los periódicos, a nos ser que sea de Egipto, o de más lejos, pero no algo nuestro!
La gran pena, es que aquí, se habla de todo, menos de arqueología. No se informa; no se descubre; no se excava; no se investiga; etc., y eso, que tenemos construcciones y sus vestigios de los siglos contemporáneos a/y de Cristo (¿será por eso, por lo que lo callan todo, por ser anti-cristianos?).
Ruinas tenemos, pero nadie que las interprete; una cultura antigua y única de la que no se informa; tenemos conjuntos monumentales grandiosos, abandonados y con planchas de hierros oxidándolos; no se conserva nuestro patrimonio, que está expuesto a cualquier y a todo depredador; etc..
La única “Luz” (nombre también de persona) que proyecta sobre los yacimientos, es: construir restaurantes en ellos o algo afín, para cargárselos. A ver, ¿qué tienen que ver un yacimiento con un negocio, sea parque, museo, taller, escuela, tienda, etc.? ¡Ah, centros de interpretación, los llaman!, que se cargan el (o los) yacimiento(s), pues los estrangulan.
Nada reconstruyen, sin meter hierro, sin venir a cuento, sin respetar el original, y sin que se haya documentado; los guanches no lo usaron en sus construcciones. Pues, ¡vaya equipos de arqueólogos que tenemos, para nuestra desgracia! Con lo fácil que es y sería trabajar, en la reproducción exacta según las estructuras dejadas por los guanches, sin cambiarlas de forma, ni de material.
Han sobrevivido a través del tiempo lo legado por aquellos perfectos artistas, que vienen estas celebridades ahora, a mejorarlos, ¡no te digo! Lo restaurado por estos memos, o legos, ya no es guanche (véase: Tufia, Maipés, las Brujas, etc.). Hay que mantener la tradición guanche, y no cambiarla según concepciones actuales. Con los guanches, en construcción –a pesar de su técnica, no descubierta, ni mejorada- vivían en la edad de las piedras –con las que construían-; ahora se les reconstruye, con planchas de hierro... (¡...!). Ahora estamos en la edad del cortén (o hierro), sobre lo guanche.
Pido a los Magos de Oriente, nos regalen una revista de arqueología, donde tratemos temas, como: reconstrucción, tratamiento de los yacimientos, hipótesis sobre tanto, etc..
El Padre Báez, que no se cansa –como con los pinos- de este tema; que me llevará a la tumba. Espero que antes me hagan caso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario