Continuamente están apareciendo hallazgos desconocidos de los pueblos o poblados guanches; pasa, que no nos dan conocimiento de ello, y falta un medio propio, como una revista o una página semanal en algunos de los malos periódicos que tenemos, que se ocupe de ello y ellos. La arqueología se enriquece de día en día, porque a diario sale a la luz del día algo de aquellos vestigios, la mayoría enterrados. Y ello de tal forma y manera, que rara es la casa que no tenga cimientos guanches. Basta escarbar un poco la tierra por cualquier lado, para que aparezcan maravillas, que muchos intentan y consiguen desaparecer, para poder seguir con sus planes; y los otros, con el cuento de que no tienen presupuestos –porque lo gastan todo en costosísimas planchas de hierro- no hacen caso y dejan a su suerte cuanto aparece.
Y así: ¡cuantas estructuras, similares a las nuestras de ahora mismo! Desgraciadamente, carecemos de estudios arqueológicos serios, que nos muestren aquellos trazados y distribución proyectados, por quienes aún no han sido superados. Ahí están los núcleos poblacionales de los guanches, que andan diseminados por toda la geografía insular; algunos muy cercanos a Cristo, en el tiempo en muy pocos siglos. Y sobra decir que la mayoría de los municipios, están construidos sobre aquellos poblados, y tras el alquitrán de muchas carreteras, se esconden sus caminos.
Pena es, que a falta de arqueólogos serios del cabildo, no existan los municipales, que investiguen, que publiquen, que enseñen, que restauren sin hierros, etc. ¡Cuánto por descubrir de aquella cultura –que es la nuestra (aunque ignorada y desconocida e inexistente para muchísimos)-. Que tenemos los monumentos más importantes de la arqueología mundial, y es algo que no se sabe, ni se dice. Y todo los días, aparece algo nuevo y desconocido, que pasa o sigue en el olvido e ignorancia. ¡Cuántos datos por descubrir, si se estudiara los restos, yacimientos y edificios guanches!; ¡la vida en piedras, que no hablan, sino que gritan; pero sordos, no oyen si no suena a hierro! ¡Cuánto por excavar, y cuánto roto por excavación! Nada se investiga, nada se explora, nada se reconstruye fielmente (¿a qué meter hierros, donde no asoma -ni por equivocación-, de la mano de los constructores [los guanches]). Solo miran y ven el espacio libre (sin excavar) donde meter o poner un bar y toda esa parafernalia de aledaños, sin venir a cuento. “Musealización” los llaman; pero disfrazan otras realidades falsas. Barrancos, que son como los de Petra, escondiendo lo mejor, y sin embargo... ¿acaso tienen vértigo?
Costumbres, usos, prácticas, sociedad, organización, distribución, urbanización, formas, estilos, ciencia, arte, profesionalidad, etc. Total, que todo lo que tocan lo estropean (menos mal, que la mayor parte está por aparecer). ¡Cuanto en propiedades particulares en deterioro, y sin el cuidado pertinente; y no hay por parte de quien corresponde, el comprar lo que es de todos.
Pero, ya por hoy, está bien (seguiré).
El Padre Báez, que tiene estudios sobre las cuevas, sobre las torretas, sobre... ¿para qué seguir (seguiré)?
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