A más tabaibas, menos
cabras…
… ¡y esta es otra! Porque el espacio que antes ocupaban las cabras,
ocupándolo y llenándolo las tabaibas, es claro y evidente, que las cabras
sobran, o se las echan hacia atrás, o lo que es lo mismo, las eliminan; las
pocas que van quedando quedan o están prisioneras, encarceladas, encerradas
-¡con lo que le gustan el sol a las cabras!- y así la cosa, no se escape ni
vaya a risco alguno, ninguna cabra, que llamada estonces guanil, por libre, hay libertad de cazarlas, y ello sin soga y sin
palos de por medio porque te matarían, hay que matarlas a tiros a ellas. Dicen
las van a integrar a los pocos rebaños y mermados en número de cabras que nos
quedan, las dejan vivir, perdonándoles la vida o pellejo (o cuero), pues que no
saben estos técnicos, esas cabras no
se las pueden incorporar en rebaño alguno, porque morirían y si es así, que las
maten a tiros antes que de hambre, cosa penada por ley por maltrato a los animales,
y es tal la cosa, que prefieren leche de tabaibas -a pesar de tener el mejor
queso del mundo-, por tener la mejor cabra del mundo, en la mejor tierra del
mundo, (digo) prefieren leche de
tabaibas a leche de cabras. Y pensar, las cabras eran las reinas de estas tierras
donde siempre hubo plantas de todo a pesar de las cabras, las mejores reforestadoras
y abonadoras del terreno, y la únicas capaces de mantener naturalmente la
biodiversidad pues, ¡no señor!, a matar
cabras o dejarlas morir -puniblemente- en rebaños, y a tal fin cuentan con unos
que juegan con varas a dar saltitos de andamios al suelo simulando falsamente
lo que hacían los guanches y los mismos que después de tres intentos con más de
treinta de paleros o bajadores por un palo, no han conseguido coger una sola cabra, porque antes
no queda un palero o saltadores a lo pastor
-se dicen ellos-, que cogen una sola cabra. Y es que desechan la leche que cría
a las mejores baifas y machorras, baifos y machos en selección natural de la
especie, (digo), prefieren leche de tabaibas a leche de cabras, y para que las
primeras no dañen a las plantas -sean o no tabaibas-, ¡muerte a las cabras! Sencillamente,
estamos en manos de ineptos, de ciegos, de “expertos”;
sí, expertos en idiotez, sandez, y…, no sigo (por hoy), porque ofendería.
El Padre Báez.
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