miércoles, 16 de abril de 2014

absurdo


La divina tabaiba…

 

… consuela saber, que no está uno solo en esta lucha, y así que hayan personas -¡y muchas!-, y cada vez más, que vayan tomando conciencia al salir del fútbol-carnaval y ahora del balón cesto del hijo del presidente del cabildo, que te digan “estoy con usted”, es como la mejor paga por este nada cansino ni molestoso compromiso diario -por un año- de escribir sobre la tabaiba, que además te digan “no entiendo”, como un servidor tampoco, sobre dicha superprotección, de algo que solo da veneno, sin virtud alguna, y que si fueran dos o tres plantas que las protejan para que no se extingan, pues como que bien y comprensible, pero que ante una masa absoluta y totalizante, excluyente e invasora, pues todo se lo traga, y todo para ella, como que los políticos sacan gran rédito de ello, o es que no se enteran no va a quedar donde plantar un surco de millo, de donde obtener un kilo de gofio, con lo que nos quedamos con la leche, pero sin gofio para acompañarla, que dicho sea de paso de tomarla sería la muerte segura, pues, lo dicho, que te digan, lo que ya tú sabes, como que te lo reafirman y confirman, se trata de una planta “es una planta invasora”, ante lo cual quien me envía el correo que comento, se pregunta y me pregunto y debiera preguntarse los responsables de este crimen ecológico, biológico, medioambiental, etc., “¿dónde está el peligro de extinción?”, como para tenerlas todas protegidas, es algo que no cabe en cabeza normal que reflexione o piense, ante lo que cabe pensar y decir, deben ser bien grandes los números  de los de cabezas chicas, que no ven algo, cuyo peligro de extinción, no existe ni remotamente, no tiene por qué ser protegido, salvo que sean una fácil y cómoda fuente de ingreso, que sangra más si cabe al desgraciado campesino, cada vez en menos número totalmente inverso al de las tabaibas, que cada vez son más, que “no lo entiendo”, me dice mi amable comunicante, y que repito y hago mías sus palabra: yo “tampoco lo entiendo”, o como el mismo comunicante, también “¡lo entiendo demasiado!”.

 

Ahí les pengo su correo:

 

 

 

HOLA PADRE BAEZ: ESTOY CON UD.  Y NO ENTIENDO QUE, (SEGÚN ME HAN COMENTADO Y ASI LO CREO), ES UNA PLANTA INVASORA, SIENDO ASÍ, ¿DÓNDE ESTA EL PELIGRO DE EXTINCIÓN? REPITO: ¡NO LO ENTIENDO! O, ¡LO ENTIENDO DEMASIADO! SEGURO QUE ES ESTO.

UN SALUDO. XXX.

 

El Padre Báez.

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