Pocos días-noches, tan impactantes como las del 30 de abril y 1 de mayo, cuando el sábado, después de las tres Misas preceptivas (Cazadores- la Breña y Lomo magullo,), vuelvo sobre las pasadas para atravesando la cumbre, y ello de sur a norte, llegar hasta Barranco Hondo, con algo de bruma pero viendo irse el sol entre grises, y llegar al lugar, donde un pequeño de unos tres años, me decía no deje ahí el coche porque la policía, bla, bla, bla, y pensé, ¡qué chiquillo más espabilado e inteligentes el de este lugar, luego lo pude comprobar, más y mejor en ya doctores oriundos del lugar. Que llegar y comenzar a llover, mientras el hermano en el sacerdocio Antonio Perera, celebraba la Eucaristía, pero en el bochinche de fuera, unos lugareños, seguían la Misa, porque la cueva ermita, estaba a rebosar, y en el mostrador la broma de uno de ellos, diciéndome iban a plantar pinos. Rondaba el reloj las 21 horas o 9 de la noche, donde el cambio de ubicación para el pregón se pasaba al interior de la cueva –templo, donde Don Juan Cubas, nos pedía silencio, por respeto al Santísimo, mientras Don Santiago García Ramos, mostraba sus nervios por el cambio de escenario y de efectos para su pregón, por la lluvia que arreciaba. Presentado por el doctor en arquitectura, procedente del lugar, dio comienzo un pregón entre sonidos y verbo cálido de nuestro periodista-locutor y director de este programa, que arrancó los mejores y mayores aplausos, por hablar de las costumbres -un tanto idas del lugar- e insistir en la advocación de la sonriente y bella imagen de la Virgen, la de los pastorcillos de Portugal, en Fátima. Acabado el acto del pregón, con el que quedaba inaugurada las Fiestas de dos semanas en honor de Ntra. Sra., le tocó a un servidor decir algunas palabras, e hice referencia a que cuando los guanches, cambiaron de idioma en el siglo XV, por mor de la conquista, hasta el siglo XVIII, dadas las características geográfica y orográficas de Barranco Hondo, allí se siguió hablando el idioma guanche, hasta la fecha indicada, y cuales guanches de aquellos tiempos, seguíamos en una cueva-santuario, donde termófila, en ella hace calor en lluvia, y sabido es lo frescas que son en verano. Posteriormente, de cabras, ovejas y vacas, unos riquísimos quesos, fueron los regaos que recibimos, Don Santiago y los dos sacerdotes. Y, una vez, en la mesa, después de la Misa, y demás, donde un refrigerio, de riquísimos y variadísimos platos, con pan del lugar y refrescos variados, charlamos entre los comensales, y se me acerca el pregonero del año anterior interesándose por la cita en la que se dice cómo hasta el siglo XVIII, se hablaba el idioma guanche allí, y entonces -historiador uno- me llevé la alegría de que compartiera conmigo -se trata del doctor en arquitectura y profesor de la Universidad nuestra Don Ricardo J. Santana Rodríguez-, que sabe del documento en el que en su día tratando de poner Centro y lugar de Partido Jidicial y comarcal, se había optado en toda esa zona del Norte, por centrar la capitalidad en Barranco Hondo dado el gran número de habitantes, pero que la cosa no prosperó, porque alguien dijo, que: no, porque eran unos analfabetos y que vivían como perros en cuevas; dato este que confirma, que al no hablar ni escribir en castellano, sino seguir haciéndolo como los guanches, y vivir, como ellos, en las casas que son cuevas, no procedía. Pero, estos datos cnlazados o unidos, explica uno al otro, con lo que mutuamente nos gozamos, por estar en un lugar donde la raíz y la esencia del guanchismo, nuestra esencia y nuestra identidad, se conservó donde más. Y todo esto avalado por los espíritus de las cuevas que desde la parte de enfrente cuales ojos del pasado, nos miran a lo que pudiera ser al famoso Artevirgo de los guanches ilocalizado y supuestamente ubicado sin definir, y que según descripción de las Crónica, se identifica con dichos barrancos, riscos, inaccesibles paredones, etc., como corresponde al cercano Sao, Hornillo, Andenes, y demás. Es decir: una gozada, al margen de los actos programados. Y volviendo a lo de los guanches, que Don Juan Cubas, tienen de ellos muchísimos restos –en su Museo- que confirman estamos entre yacimientos por excavar, y en un lugar donde la arqueología, tiene pendiente darnos las mejores lecciones. La verdad, que a pesar de la lluvia que me y nos acompañó –a un servidor, regresando ahora por el norte-, fue una constante, y la sorpresa de una presa en la mismísima carretera, cuando dejando atrás Caideros, en una curva de ensanche, se forma una balsa de tales dimensiones con barro y agua, que hacen peligrar la conducción por el lugar, sin que –a pesar del tiempo en obra- nadie, cabildo el principal responsable, haya puesto remedio, pensando solo en un tren que no hace falta y nadie pide, y sí que se pide se arregle ese peligrosísimo estanque en el asfalto, sin que nadie oiga y solucione el asunto, entre otros males como son las zarzas, cañas y otros arbustos que arañan coches, y que se introducen en las carreteras rediciendo visibilidad y espacio. Que llegado a casa, lo hace uno lleno de satisfacción, al traer queso y pan de Barranco Hondo de donde el mejor queso del mundo y mejor pan también del universo. Por delante queda en Barranco Hondo la amabilidad, la cortesía, la hospitalidad, las reiteradas invitaciones a que volviéramos por allí, el cariño –no merecido- el saludo de todos, y el amor que nace de una devoción enraizada en la fe y en la devoción a Dios, y a su Madre y nuestra, para la que hay programados: subida de la Imagen a Juncalillo, la Fiesta mayor el 13 de mayo, procesión de las antorchas, bajada de la imagen, fieta principal con función y procesión, sin olvidar: meriendas, verbenas, elección de la romera y damas, futbito, carreras de carretones, concierto, campeonato, actuaciones, noche joven, castillos hinchables, ofrendas, fuegos, almuerzos, etc. Y por nombrar, me quedé con el nombre de Tony Pérez, a quien vi un poco o mucho como alma de todo esto, con la ayuda de mujeres que colaboran con él, y al hermano de Don Santiago, entre otros, a los que pido disculpas por no citarlos, pero que barrano Hondo agradecido a ellos, saben quienes son los que se desviven, porque lo nuestro, lo de ellos, no decaiga y vaya a más. Pues, por todo ello, y tanto, que no cabe en este comentario: felicidades, y que las celebren en paz y mucha alegría. Ya solo estar allí, es un premio y una gozada. Que la Virgen de Fátima les pague tanto bien y les recompense tantos desvelos y atenciones.
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