Si las cabras hablaran en lugar de
balar...
... preguntarían: ¿por qué nos matan?, ¿qué daño hemos
hecho?, ¿les molestamos en un macizo donde no hay nada?, ¿pero son estúpidos?,
¿pretenden plantar donde ya no hay tierra ni el clima es propicio?, ¿es que se
prostituyen por dinero de europa?, ¿en tan poca consideración nos tienen que
prefieren un puñado de euros a nuestras estampas llenas de bucolismo, lirismo,
estética, etc.?, ¿no les valemos como reclamo a paseantes, marchantes,
senderistas, excursionistas, turistas, etc.?,
¿no saben somos una reserva, que
cada vez somos menos y casi rayamos ya el endemismo?, ¿y las plantas que no
existen y quieren plantar valen más que nosotras?, pero, ¿tan materialistas se
han vuelto?, ¿no saben la biodiversidad es nuestra principal tarea y la
cumplimos como nadie?, ¿por qué quieren
quitarnos del mapa?, ¿ignoran nuestro papel en el pasado, al presente y la
solución que vamos a ser en el futuro?, ¿si tanto quieren salvar especies que no
existen, por qué nos van a sumar a las desaparecidas?, ¿no se dan cuenta que
todo lo que tienen lo han recibido gracias a nosotras que lo mantenemos y nada
extinguimos?, ¿que comemos cedros, sabinas y pinos?, pero, ¿quién dice eso?,
¡eso es mentira! Nosotras, esos árboles de resina, ni lo
probamos...
El Padre Báez, que le ha prestado la palabra a las
cabras, y esto es parte de lo que han dicho; de seguir les cansaría, y sobre
todo le hago caso a Paco Martel, que de continuo me dice sea más breve, y claro,
no por mucho balar, se oye más claro.
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Si no le llego a invitar, nos hubiéramos visto privado
de este su comentario (de lo cual me siento más que satisfecho de haberlo
hecho):
El Cabildo de Gran Canaria un gobierno de tecnócratas - por Isidro
Santana León
Aunque no quería, porque intuía la manipulación existente, instado
por el Padre Báez que me acicateó en que deberíamos estar presentes, acudí a la
segunda jornada sobre “biodiversidad” celebrada por el Cabildo de Gran Canaria,
en el salón de actos de Magisterio en LPGA, los días 24 y 25 de
mayo.
lacasademitia.opennemas.com 30 de Mayo de 2016 (06:56 h.)
El Cabildo de Gran Canaria un gobierno de tecnócratas -
por Isidro Santana León *
Aunque no quería, porque intuía la manipulación existente, instado
por el Padre Báez que me acicateó en que deberíamos estar presentes, acudí a la
segunda jornada sobre “biodiversidad” celebrada por el Cabildo de Gran Canaria,
en el salón de actos de Magisterio en LPGA, los días 24 y 25 de mayo.
Efectivamente, como yo pensaba, todo el espectáculo estaba destinado a lavar la
imagen de los gestores del Cabildo, por la ignominia que se buscaron sus
consejeros y presidente con las deplorables acciones inhumanas acaecida con la
matanza de cabras y el sufrimiento causado a estos animales –a nuestro ganado
guanil, silvestre–, y que, para semejante acto de barbarie, contrataron una
empresa goda cuyo gasto se sufragó con el dinero de los canarios. Lógicamente,
algo tenían que hacer los tecnócratas elegidos por el Cabildo para intentar
paliar la mancilla y la aversión pública y generalizada que causó en nuestra
población el deplorable hecho, y creyeron los mercenarios hacerlo a la
perfección echando manos a las mismas arterías. Como buenos gestores
político-coloniales, Antonio Morales y Juan Manuel Brito, quienes desde un
principio sólo han mentido en este tema y son incapaces de darle la vuelva a
tanta patraña, le encomendaron esta tarea a los técnicos que dieron la cara con
el guión bien aprendido, la conclusión predeterminada y –aunque estas cosas no
se pueden probar porque se hacen en B– algunos emolumentos por su
profesionalidad, ética e imparcialidad.
Por tal motivo, el Cabildo organiza estos actos sobre la
“Biodiversidad precisamente en campaña pre-electoral, donde, vergonzosamente,
sólo se emplean las mismas argucias y sofismas sobre la conservación de nuestra
flora endémica, dejando fuera a nuestros animales y al hombre –por lo que de
biodiversidad nada–, sino que siguen haciendo una defensa a ultranza de las
subvenciones a la forestación de especies vegetales a la vez que persiguen la
extinción de nuestro ganado guanil.
Creí que este nuevo Cabildo iba a relanzar el sector primario para
frenar la dependencia del exterior, crear puestos de trabajo, acabar con el
hambre en Canarias y con los especuladores e importadores que usan el REA como
ley para competir deslealmente con nuestros campesinos y así evitar desmantelar
nuestro sector agropecuario. No obstante, visto lo visto, es todo lo contrario,
y el asunto va más allá cuando es indicativo que se está cercando cada vez más
la Isla con especies que plantan y protegen por ley, para que nuestra
agricultura y ganadería se mantenga restringida y en lo residual –o se extinga
igual que lo intentan con nuestras cabras– y que así continúen viviendo del
cuento los amigos y familiares de los políticos, potenciándoles sus “empresas”
importadoras que tantas plagas han metido en nuestra agricultura, y proseguir
así, con el mismo enriquecimiento desmedido, a la vez que facilitan
estructuralmente la introducción de los productos de las transnacionales de la
alimentación que, con artículos foráneos, atiborran las estanterías de nuestras
Islas, elaborados mayormente con especies transgénicas (MONSANTO tiene mucha
influencia en esto para llenar las Islas de consumidores turísticos y no
turísticos, animalitos a los que les hacen tragar sus productos cancerígenos),
asunto sucio al que se prestan estos politicastros que dicen defendernos, aunque
lo evidente es que preparan el Archipiélago como lugar paradisiaco para atraer
población consumidora y no para que los canarios seamos autosuficientes,
produzcamos y creemos riqueza que ellos no puedan
manipular.
Como este tema colonial de la autosuficiencia de Canarias da para
mucho, me remito a lo que fue el paripé preparado por la administración insular,
destinado a amortiguar el golpe insensato que propinó de forma tiránica con el
asunto de las guaniles, medio con el que ha pensado salvar los muebles de cara a
las elecciones, sobre todo los de sus socios de gobierno en España –Podemos– o
del otro socio colonial, engendro igual que CC, la “Nueva Canarias” de Román
Rodríguez.
Sí, cristiano, nos encontramos en el evento con una farándula de
técnicos del Cabildo y otros amigotes ideológicos que vinieron de Tenerife o La
Palma, desde botánicos hasta biólogos y algún ecologeta, pero, eso sí, con la
conclusión ya predeterminada: extinguir el ganado
guanil.
El paripé empezó con un video y Diapositivas del daño que,
supuestamente, las cabras estaban haciendo sobre lo que ellos habían plantado
(especies que continuaban intactas y donde al lado se ve un arbolillo con el
terrón al descubierto, pero con la gran particularidad que el terrón tenía el
aspecto íntegro de haberse sacado de una maceta y puesto allí, pues si una cabra
hubiese arrancado el arbolillo el terrón se vería deteriorado y las raíces
colgando).
Para mí fue muy hiriente tener que presenciar una exhibición donde
soltaron un perro detrás de un macho cabrío y cómo este animal corría
desesperado por aquellos riscos, hacia arriba y hacia abajo, asustado y acosado
de forma sádica, todo entre las risas, valoraciones triviales y el
engrandecimiento que, sobre la despreciable gesta, hacían en un llano cercano
los técnicos del Cabildo y algún saltador de garrote –no grabaron sus caras sino
que se les veía parte de los cuerpos.
También le pusieron a una cabra ese artilugio para seguir sus
movimientos –no sé su nombre técnico– mostrando a continuación un gráfico como
que la cabra acudía unas mil veces al mismo sitio donde ellos habían plantados
unas pocas especies, asunto indigerible para los estómagos más potentes aunque
te hartes a bicarbonato. La trampa preparada con los vídeos y Diapositivas fue
de tal magnitud, que incluso sacaron vista aérea de los andenes de Gugüi,
Horgazales y más lugares por donde piensan forestar, pero no grabaron ninguna
manada de cabras en todo el recorrido ¡Qué raro, no? Las únicas cabras que se
vieron en la película fueron las dos mencionadas.
Yo les pregunté que si tenían un censo del ganado libre y, por lo
visto, no hay censo, como tampoco hay evidencia de una masificación de
ejemplares sueltos capaz de comerse a toda Canarias, como ya casi apuntan,
incluida la población. El señor Capote, invitado de honor, y allí casi Dios
sobre los mortales, a la pregunta de unos análisis genéticos que años atrás
había realizado el Cabildo en una de las apañadas, sacó un Din A4 con unos
garabatos y expuso que era una raza especial, diferente, aunque no se podía
constatar que estas cabras fueran de los antepasados, prosiguiendo que este
asunto no se podía saber porque tenían que haber hecho otras pruebas con nuevas
apañadas… sin embargo, su conclusión final fue la misma de todos los que estaban
allí lavándole la cara a Antonio Morales y a JM Brito: que había que
extinguirlas por la vía del disparo.
Una señora veterinaria que se hallaba entre el público, aportó
alternativas como crearles una reserva a estos animales y que ella se prestaba
de forma desinteresada para colaborar con unos nuevos análisis genéticos después
de que se hicieran apañadas. Nada, todo estaba concertado, tanto entre los
técnicos como por los afines al y del partido, a los que hicieron llamamiento
para llenar el salón y manipular la jornada.
Se cabrearon muchos los semidioses sofistas cuando en mi
intervención –de tres minutos, la palabra era siempre de ellos– les dije que
aquello era un circo mediático; que la biodiversidad no se entiende sin el resto
de las especies y lo peor, ante lo que se inhibieron –hasta el consejero Brito
que estaba sentado por allí–, es cuando le nombro el destrozo medioambiental que
está llevando a cabo la especie Homo sapiens Cabrildicia de Gran Canaria con la
Autopista de La Aldea, o con la nueva carretera presupuestada con 9,5 millones
de euros, desde la Aldea a Mogán. (Carretera innecesaria, si no es para la
futura especulación de la zona, y un verdadero destrozo de la biodiversidad y
del gran interés geológico de la zona).
Como es normal, todos los aplausos y vítores fueron para los
técnicos y para los participantes afines al partido, donde la exposición de un
asistente fue muy particular. Se trata de un muchacho –no creo que llegara a los
28 años– que se identifica como geógrafo y geólogo. Su petulancia y falta de
humildad fue tan grande y deleznable su exposición, que se atrevió a decir que
los campesinos no sabían lo que él había estudiado en la universidad, mas, que
fue por su conocimiento teórico, una vez que se muda al campo, por lo que
aquellos aprendieron a diferenciar una tabaiba dulce de una amarga. Allí, en ese
encuentro no mandó la sensatez ni la cordura sino la titulitis y la egopatía
severa. Este muchacho, dada su edad no puede ser sino un licenciado, pues para
ser un geógrafo o geólogo se precisa de mucho conocimiento de campo y, sobre
todo, tiempo y experiencia en la materia. En el caso de que fuera un lumbrera,
no se atrevería a decir tal sandez despreciando el saber de nuestros
agricultores, ya que en ellos reside un conocimiento empírico del medio,
trasmitido de generación en generación, que este enaltecido de ego no
entendería. Posiblemente, dada la socarronería del hombre canario del campo,
seguro que le preguntaron al docto por el resto de las especies, interpretando
estar aprendiendo mucho con él. Posiblemente, éste ya se buscó la contratación
del Cabildo por su buena participación reptante. Creo que estos meleguinos que
llegan a las universidades a pudrirse el cerebro con enseñanzas colonialistas y
para fines de enriquecimiento, deberían pasar antes por un test psicológico para
medirle el grado de humildad y sensatez que se requiere para no ser un
canchanchán.
Tampoco puedo pasar por alto la actitud de un biólogo que estaba
en la mesa, pues, para dar ejemplo de dureza y menguar la sensibilidad existente
con las cabras, escenificaba, mientras hablaba, que “él mataba un baifo, in
situ, igualito que los guanches y que no le temblaba la mano por ello” –dada su
pinta a mi me da que la mano le tiembla, con total seguridad, por la mañana
cuando coge el vaso– manifestación ésta que hizo con exacerbado histrionismo y
que le dio un toque de humor tragicómico al importante encuentro. Este personaje
también se ufanaba de haber recuperado la paloma rabiche y de haber logrado con
ello 10 puestos de trabajo. Pues si con la cantidad de miles de euros que se han
destinado a esta paloma, que no estaba extinguida ni en peligro de ello –las vi
siempre en el fondo de los barrancos de Teror y de otros, cuando montaba líneas
telefónicas por esos parajes donde teníamos que abrirnos caminos por dónde nadie
había tocado– cómo será el resto de los chanchullos que se hacen con las
subvenciones para fines sin fundamento. Terminó este biólogo, que vino invitado
de la isla hermana de Tenerife, con la misma conclusión de los demás: matar y
extinguir estas cabras sin, siquiera, hacerle pruebas genéticas. Dado el peligro
que supone esta especie para Canarias –pues el geólogo insinuó que comen hasta
piedras–, advierto a la gente que se vayan a acercar por nuestros pinares que
usen ropa de tela metálica, pues estas cabras, según los técnicos, han mutado y
se han hecho antropófagas; además, vayan siempre con la mirada hacia el suelo
por si pisan alguna especie endémica, acudan con alas o caminen de
puntilla.
Termino diciendo que el Cabildo Tecnocrático de Gran Canaria ya
está advirtiendo que dentro de dos meses volverán a matar, inculcando que las
apañadas son inviables y peligrosas. Me quiero remitir a la noticia de un
periódico, cuyo nombre no me acuerdo ahora, que anuncia en gran titular que en
Gomera –isla con barrancos tan o más pronunciados que los de Gran Canaria– los
pastores apañaron en 5 días cerca de 300 cabras silvestres. Ésta es una
alternativa más para el gran problema de las cabras de Gran Canaria y quien no
hace lo que se puede es porque no quiere: traigan a esos pastores gomeros a Gran
Canaria, que hagan ellos las apañadas; dejen a los matarifes godos y sus rifles
en España y con el resultado de las apañadas, si es que hay tantas cabras como
dicen y no han demostrado, aprovechen con profesionales, imparciales y
voluntarios, para llevar a cabo los estudios genéticos adecuados con este ganado
silvestre y, por supuesto, protegerlo por ley y como patrimonio del pueblo
canario.
* En La casa de mi tía por gentileza de Isidro Santana
León.
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“... Dios no nos
ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No
tengas miedo... toma parte en los duros trabajos...”
(2 Tm. 1, 1-3.6-12). / “... están equivocados... no entienden...
están muy equivocados...” (Mc. 12, 18-27). / “... hablo con un corazón sincero...”
(Jb. 32, 1-6; 33,
1-22). / “... arrogantes, que no saben... se
consideran situados en el lugar más elevado y miran a los demás muy por debajo
de ellos y pretende imponer sus dominios... con crueldad y violencia dominan...
pretenden doblegar rudamente con su autoridad...” (de los tratados morales de san Gregorio
Magno, papa, sobre el libro de Job). / “... enemigo poderoso, adversario más fuerte
que yo, que me acosa... me meto en la refriega y asalto la muralla...”
(salmo 17). / “... estén preparados para la acción,
contrólense bien...” (1P. 1, 13-14). / “... son presa de sus errores...”
(de las actas del martirio de san Justino y
compañeros). / “... no he ahorrado medio alguno para
hablar...” (Hch. 20, 21). / “... vuestro valor intrépido deshaga
cobardías de cuantos en la vida persigue la injusticia...”
(del himno del Oficio de lectura de un
mártir). / “...se alían y conspiran... rompamos sus
coyundas, sacudamos su yugo... nos llevan a la ruina...”
(salmo 2). / “.... no vacilen mis pasos... me asaltan, me
cercan... arrogantes... los doblegue...” (salmo 16). / “... nos aprietan, nos aplastan, nos acosan... nos entregan... por eso
hablamos...” (2 Cor. 4, 75, 1). / “... entregue mi vida...”
(del himno de Laudes del común de un
mártir).
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