martes, 21 de junio de 2016

A cuatro o cinco días de los tiros...
... de nuevo a las cabras libres. Toda vez este mes de silencio hasta después de las votaciones, ni antes ni después han dicho vayan a dejar de matarlas, no cabe sino esperar la vuelta de los rifles, contra la mejor cabaña de cabras en el mundo, como son las nuestras, y más las libres.
Y es el caso que no solo no han dado el brazo a torcer, sino que se han reafirmado en la decisión unilateral y exclusiva del cabildo -habida cuenta que no cuentan con el apoyo de nadie- y no deja de ser un golpe de pura dictadura (que no se entiende en democracia el gobernante haga justo lo contrario que pide la totalidad o mayoría absoluta o general), si se tiene en cuenta que la sociedad al cien por cien está en contra de esta matanza, y haciendo caso omiso al pueblo, a la voluntad de la mayoría en absoluto, hacen justo lo contrario. Así, que después de este mes de vacaciones a las cabras libres, les llega el día del sacrificio, pues recalcitrantes y sin dar marcha atrás, volverán los expertos anda-luces, a dejarlas heridas hasta que mueran saltándose olímpicamente el mal trato animal, penado por ley con multa y cárcel, pero que el seprona y el miedo ambiente, como que miran para otro lado si lo hace el cabildo, hacen los que no ven nada, y no multan sino al pobre desgraciado que se extralimite en lo que es uso y costumbre de toda la vida, a la par que sin dejar pasar a nadie un pelo al cabildo le dejan pasar vigas y troncos, carros y carretas.
El Padre Báez, que subraya hoy la doble justicia o vara de medir, según sea el cabildo o algún desgraciado, al primero haga lo que haga como sino hubiere hecho nada, y al segundo, haga lo que haga todo es punible y merecedor de multa, ¡y qué multas mis amigos! Pues lo dicho, que se les acaba el tiempo a las cabras, ya que antes de una semana, vuelven a matarlas, hecho el recuento de los votos. Por ello, hay que botarlos (es decir: echarlos del poder).
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Transcribiendo o pegando algo de lo mucho que recibo, difícil seleccionar, por eso al azar:
“... es verdad Padre Báez, las cabras que hoy en día hay en Canarias son las descendientes de las aborígenes, he ahí la cuestión: en el islote de Azores están las cabras canarias de la época prehispánica, las mismas que pueden ver en el museo canario de las palmas, las misma...  Padre Báez, nos une el amor a canarias, a la cultura y al pueblo canario... es un decir lo de llevar las cabras a las puertas del gobierno y del cabildo...”
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“... nuestros opresores...” (salmo 136). / “... soberbios y con ira...” (salmo 137). / “... estad alerta... resistidles firmes...” (1P 5, 8-9).

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