miércoles, 15 de junio de 2016

triste final...

Triste final, si al acabar el mandato...
... legislatura, gobernanza, presidencia o como le quieran llamar, el resultado, no es el de otros regentes de épocas pasadas a los que se les atribuyen sus buenas obras en bien de la humanidad, población o su gente. Pues que viene este encabezamiento por el cabildo, que gracias a Dios terminará ya pronto (cada vez les quedan menos: un par de años), y a la hora de referirnos a sus obras, solo se podrá decir, en cuyo periodo se dio muerte, por matanza forzada a las cabras libres.
Si de esta forma y manera va (o van) a pasar a la historia -con letra pequeña-, el ca-brito y el ca-morales (les recuerdo que la palabra, sílaba, término “ca” significa o viene de casa, lo cual quiere decir familia con ese apellido, de donde se procede o desciende, que de estos dos mandamases -denigran sus apellidos y afecta a los suyos-, solo se pueda decir: mandaron acabar con las mejores cabras del mundo (las libres), es como para borrarlos del mapa, del tiempo, de la Historia, porque no dejan de ser una mancha sucia, sin nombre, cuya pestilencia -las de las cabras (también) putrefactas sin guirres ni cuervos u otras alimañas que se las comieran, envolvían el ambiente infestando los lugares y a la pobre gente, ya escasa, por esos pagos de Dios (perdón a los ateos, por citar a Dios, en el que no creen, porque creen en hombres hechos dioses, o en ellos mismos subidos a tal “divinidad”), por donde algún senderista, deportista, corredor, o del propio miedoambiente y seprona, respirando tales olores y microbios...
El Padre Báez, que -repito- si después de la legislatura de los citados, hubiera que decir algo de él o ellos, y sea esto: “... en su gobernanza dictatorial, se dedicaron a traer anda-luces, para que nos mataran nuestras cabras mejores...”, que de otros, obras y defensas; pero de éste (estos dos): destrucción y muerte de cabras (retroceso). D. e, p., si es que pueden y tienen conciencia de y para ello, cosa que dudo.
----------------------------------------
De la última grabación y que saldrá el próximo miércoles (de hoy en ocho días), lo que me dice uno de los seis que fuimos: Don Jacinto S.:
¡Buenos días, Padre Báez!

         En la excursión-grabación a Tamadaba, el pasado día 13, el veterano senderista David y servidor, observábamos la presencia de tederas frondosísimas, colegias inmensas, archita, colleja y otras hierbas intactas; llegando a la conclusión que: por allí, en mucho tiempo, no habían pasado las cabras, porque estos vegetales son comida deliciosa para ellas. El Padre Báez, con la vehemencia que le caracteriza, comentaba. "¡ni una, ni una!” Tampoco vimos rastro caprino alguno en el Cagarrutal (que por algo se llama así).
         El famoso ganado guanil, probablemente, ha encontrado un mejor hábitat en los lugares en que actualmente está, ¿por instinto natural o, arrinconados allí?
         Hay que reconocer que los técnicos de Medioambiente han conseguido que el pinar se reproduzca por sí mismo, ya no se necesita hacerlo con plantas del Vivero, aunque ahora traen: brezos, cedros, codesos, etc. Por todo esto, comentaba, que no entendía la razón de no haber respetado los castañares (de los que -aún- se aprecian  restos), tampoco nogaledas (o nocedales), incluso encinas y robles -por allí sobrevive alguno mortecino-. Pero..., ¡con el Santísimo Cabildo hemos topado, amigo Fernando!
       Saludos. Hasta otra ocasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario