no te dejan...

No te dejan tocar nada en el campo...

... te multan por todo, y ahora que ya vienen los calores, el cabildo quiere, que lo que no se han comido las pocas cabras que nos quedan -y que ellos las matan- quiere que la gente se coma la hierba. ¡Y éstas tenemos! Que tenemos que hacer de cabras para evitar ardan nuestras casas. Repito: no te dejan hacer nada, y como te vean con una jose (hoz), ya están encima de ti, con multas por falta de permiso, y ahora quieren todos salgan a segar la hierba, la que las cabras no se comen.

Es decir, el cabildo nos ha desprotegido y ahora quiera cada cual se proteja. Y es que de siempre, desde que el mundo es mundo, el campo lo han limpiado los animales comedores de hierba, no la pobre gente que ya ni saben el uso de una hoz o jose, y en su manejo se pueden hasta cortar los dedos, con lo que deben ser declaradas objetos muy peligrosas y prohibidas su utilización, salvo se sea agricultor, y toda vez de estos estamos más que escasos, pues, que va a arder la isla. ¡Dios nos libre!, pero es lo previsible y más que probable, pues de materia ígnea (de fuego), estamos más que bien servidos, porque sin ganadería que la coma, ¿no se la comerá el fuego? Pues, ahora nos toca a la gente, hacer de cabras, y comernos (segar la hierba), porque la prohibición de no tocar ni hacer nada entra en contradicción cuando ahora te mandan a segar hierba, retirar leña seca, quitar ramas, y si te quemas o se te quema tu/su casa, la culpa es tuya (o suya), porque los pinos, y demás basura ¿los plantó usted? Recuerden se dejó de hacer un hotel en el sur, porque en el solar había una tabaiba, ¿y ahora, la culpa si arde su casa, es porque usted no ha cortado los arbustos y yerbas, basuras y yerbajos protegidos en su entorno?; ¿y este pobre que por limpiar un cercadito donde plantar  sus papas, porque se le había llenado de retamas le jincaron 3.000,00 € al ladito de su casa? Si lo haces te multan y si arde su casa la culpa es suya porque no limpió el terreno de maleza. Pues, éstas tenemos. Que hay que pedir permiso, y si no, ¡multa que te pego! Y ahora, ¿quién limpia nada? ¡Si miedoambiente y el seprona está fijo vigilando y multando! Ni pinocha puede usted coger, porque hace falta pedir permiso. El cabildo ha conseguido la gente huya del campo y lo abandone, y ahora: ¿quiere la gente limpie el campo? Las casas vacías, rodeadas de maleza y basuras protegidas (tajinastes, mayos, aulagas, etc., etc.) hasta las puertas y ventanas invadiendo entradas y patios, y si arde -que arderá- la culpa no es del miedoambiente, ni del seprona, ni del cabildo sino suya o tuya. “¡Manda güevos!”, que dijera el otro (Rato).

El Padre Báez, que ve la incongruencia de un cabildo enemigo de la ganadería y de la agricultura, que ha echado o botado del campo al campesino, que prohíbe toda actividad relacionada con el sector primario, y ahora que le ven las orejas al lobo, pide ayuda a los campesinos, cuando éstos ha abandonado sus tierras y sus casas, que se han llenado de maleza, de basura, de retamas y demás hierbas malas y eran comida y cama de sus animales, que nada de esto ya se hace, ni hay, ni te dejan hacer y la que se nos echa encima, ¡no es chica! Recemos -los que creemos en Dios- para que Él, mueva los corazones de los pirómanos y cambien de intención y no prendan fuego. ¡Por Dios (con perdón a los ateos), que solo arda el infierno, pero no la tierra!

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Otra de cabras (antes me envió la foto de la figura en cuestión), el amigo y profesor C. N. S.:

Hola, Padre:

No acabé de decirte lo mejor: la cabra me la regalaron mis hijas hace dos años tras dar una de tantas charlas y quedarse disconformes por el hecho de que no me hubiesen dado en aquella ocasión ningún obsequio.

Me imagino verte la cara de satisfacción, pero  imagínate nosotros. Fue mi mujer quien las acompañó a comprármela en Arucas tras la insistencia de éstas en una tienda turística de obsequios, muerta de risa.

Al llegar a casa una tarde me explicaron su disconformidad con la situación y me hicieron ver que me lo merecía, además de que "no era justo". Cosas de niños. La charla la di con todo el cariño, como lo apreciaron los muchos presentes.

"Es curioso -decía mi mujer-, para que veas cómo te conocen tus hijas". Ciertamente me dejaron perplejo y a la vez orgulloso de que encuentren con naturalidad el valor de la generosidad, pero en este caso me centro más aún en la capacidad de dar valor a lo sencillo y auténticamente nuestro, sintiendo unas niñas que un gran regalo para su padre sólo podía estar en una tienda de cosas canarias y, de todas: la cabra pinta. "¡Ay, estas chiquillas mías!"

Espero, como reflexión de cualquier padre sobre la educación de sus progenitores, que uno lo esté haciendo bien y que este legado les quede para la próxima generación. Dios mediante.

Bueno, no quiero extenderme más, sólo deseaba compartir esta anécdota contigo.

Un abrazo.

C. N. S.

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¡Que menos! Y como éste, ¡tantísimos! Pues, ¿no debía ser así?:

Querido Padre Báez,

Me pongo en contacto con usted para darle las gracias por la dedicación que me escribió en su libro.

Mi mujer estuvo en su casa hace unas semanas para recoger el libro que me regaló el día de San Antonio, y usted muy amable y respetuoso le mostró su casa y su finca.

Quedó muy sorprendida por su amabilidad y trato recibido por usted.

Nuevamente le doy las mil gracias.

PD: tengo un sobrino de 13 años que está deseando conocerlo. Le encanta la agricultura y ganadería, y si no le importa me gustaría que me hiciera el favor de tener un encuentro donde usted quiera para que él lo conozca personalmente.

Espero su respuesta.

Un abrazo.

A. A.

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“... ¡sean fuertes y valientes!...” (salmo 30). / “... no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha... quede en secreto... no sean hipócritas... escóndete... no seas farsante... no hagas ver a la gente... con la cara limpia...” (Mt. 6, 1-6.16-18). / “... voy a tender esta zalea...” (Jueces 6, 33-40; 7, 1-8. 16-22). / “... lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta. De modo que nadie pueda gloriarse...” (1Col. 1, 27-29). / “... humildad en la conducta, firmeza en la fe, respeto en las palabras, rectitud en las acciones, misericordia en las obras, moderación en las costumbres, no hacer agravio a los demás, tolerar a los otros, conservar la paz, amar y temer a Dios, no anteponer nada a Cristo, mantenernos unidos en el amor, fortaleza y confianza en la cruz, constancia en la fe, paciencia...” (del tratado de san Cipriano, obispo y mártir, sobre el Padrenuestro). / “... Tú domeñas la soberbia del mar y amansas la hinchazón del oleaje y destroza y desbaratas al enemigo...” (salmo 88). / “... sembraré mientras es tiempo, aunque me cueste fatigas...” (del himno de Laudes de hoy). / “... procede con justicia, habla con rectitud, rehúsa el lucro, rechaza el soborno...” (Is. 33, 13-16). / “... desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré a él...” (Jb. 1, 21; 2, 10b). / “... tarea y aventura: entregarme del todo...” (del himno de la Hora intermedia de hoy). / “... incline mi corazón a cumplir siempre y cabalmente...” (salmo 118). / “... soy pobre y desgraciado...” (salmo 69). / “... no alcéis la testuz, no alcéis la testuz... no digáis insolencias...” (salmo 74). / “... sean pacientes, afables, no tengan envidia, no presuman ni se engríen, no sean mal educados ni egoístas, no se irriten, no lleven cuenta del mal, no se alegren de las injusticias, gocen con la verdad, disculpen siempre, crean siempre, esperen siempre, aguanten siempre...” (1Cor. 13, 4-7). / “... procuren el amor, la unidad, la paz.... sean agradecidos...” (Col 3, 14-15).