Me llama el hijo, y me pone
después...
... con su madre: que si sentada, porque los dolores, la
cadera, y no sé cuantas cosas más, de las que algunas pobres personas, son tan
dadas a comentar, como mendigando compasión, tal vez cariño, y ¡claro!, le digo:
seguro que de tanto trabajar en la vida, cargando peso, y bla, bla, bla, y me
interrumpe con esta expresión: “... y de ir corriendo detrás de las
cabras...”.
Y entonces, evocando aquellos tiempos, que si además de las
cabras, los cochinos, los becerros, las gallinas y otros animales, y que volviendo a las cabras,
que si de ellas -diciéndome prefería una hora de las de entonces a un mes del
presente (literalmente, dijo “de ahora”); cuando los tumbos en el
suero, el beletén, la cuajá(da), el queso..., ¡y el arroz con suero (en lugar de
y con leche)!, y se le escapa, un suspiro con un: “¡Dios mío!” Mi padre iba a matar
cochinos y volvía con la cabeza, y comíamos un mes con ella -éramos ocho
hermanos- y comíamos morcillas, y bla, bla, bla...
El Padre Báez, al que por asociación de ideas, y porque
me ven en la televisión, a veces -como en esta ocasión- es un pretexto, para
evocar, recordar, revivir escenas, que los de este tiempo o época, ¡ni las
sueñan! No, y por mucho que uno lo escriba, esto, si no se vivió, no se entiende
ni comprende, y sin embargo, medio siglo atrás (antes y después), lo dicho más
arriba, era lo cotidiano, cuando no había paro, ni hambre; pero, entró el
cabildo y arrasó con todo. Ahora quedan nostalgias, giros, retazos, recuerdos,
páginas..., ¡que se lleva el tiempo, el olvido! Historia que queda escrita, en
la medida que recojamos, retazos, como los que aquí muestro, en torno a las
cabras, que llenaron nuestra vida, y... ¡el cabildo, las
matan!
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Muy cierto lo del amigo Isidro Santana
León:
Hay quien no sabe la
importancia de que este ganado guanil se conserve, ya que las indumentarias de
los sementales están subidas, por el hecho de estar libres y son los mejores que
pueden cubrir al resto del ganado ya que los sementales en cautividad se les
baja sus órganos reproductivos y son malos para cubrir a las hembras. No se ha
querido tocar en la importancia genética de las guaniles de Gran Canaria porque
han mentido y no les interesa. En muchas islas de las nuestras están reconocidas
y se controla la población mediante apañadas. He dicho se controla y no se
extermina.
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“... amenazan
con la opresión...” (salmo 72). / “... mentirosos y traidores...”
(salmo
119).
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