Tres vías crucis distintos:
Vía crucis para superarnos, y levantarnos y seguir adelante:
I: Jesús condenado a muerte de cruz: La cruz, es lo más grande, y debemos tender hacia Ella, allá en lo alto. Es, nuestra meta, objetivo.
II: Jesús carga con la cruz: Hay que emprender la marcha, el ascenso en su búsqueda, envuelto en dificultades y obstáculos, pero hay que subir.
III: Jesús, cae la primera vez: El camino es empinado, y es fácil tropezar, caer..., pero no se ha de quedar uno en el suelo, habrá y hay que seguir.
IV: Jesús se encuentra con su Madre: Si nos agarramos a la Virgen, Ella nos ayudará en ese calvario, que es la vida, un camino de cruz, con María es más fácil.
V: Jesús es ayudado por Simón de Cirene: Además de la ayuda de la Virgen, podemos pedir ayuda a otros, que nos ayuden a subir y así ir más ligero.
VI: Jesús es limpiado por la Verónica: Seguro, que la providencia, pondrá en el camino, a alguien que nos limpie el sudor, nos dé agua, nos alivie el sufrimiento.
VII: Jesús cae la segunda vez: Es fácil con el paso del tiempo, volver a caer, tropezar. El cansancio se va sumando y el cuerpo y la voluntad se aflojan.
VII: Jesús cae la segunda vez: Es fácil con el paso del tiempo, volver a caer, tropezar. El cansancio se va sumando y el cuerpo y la voluntad se aflojan.
VIII: Jesús habla con las mujeres: Y les dice, Él es la rama verde (que no arde), con el que hacen lo que le hacen; ¿qué no harán con la leña seca?
IX: Jesús cae la tercera vez: Las caídas nos acechan, y de ellas, hay que levantarse y seguir, aunque sea con esos arañazos y golpes, que forman parte de la misma cruz.
X: Jesús es despojado de sus vestiduras: Despojándonos de lo que nos pueda frenar el seguir, hay que aligerar el equipaje (pobreza o austeridad): reloj, ropa...
XI: Jesús es crucificado: Al fin, habrá que llegar al Calvario, y atarse a la cruz, con la que hemos nacido, vivido, y nos aguarda su seno (esa carga a nuestras espaldas).
XII: Jesús muere en la cruz: Muerte que es vida. Semilla que cae, para dar fruto. Como ave que abre sus alas y dibuja la cruz salvadora, liberadora, gloriosa...
XIII: Jesús es descendido de la cruz: Solo los que se humillan, serán ensalzados. Lo recibe su Madre. Es la piedad. Acompañar o velar al que ha dado la vida por nosotros.
XIV: Jesús es sepultado: Y ese, no es el final. Comienza la otra vida, la vida eterna; atrás queda el cuerpo (que resucitará), pero antes vuelve a la tierra de donde salió.
Jesús resucita: Es la luz de la gloria, a la que se llega a través de la cruz.
Vía crucis, para responder a la llamada de Dios (o vocacional):
I: Jesús condenado a muerte de cruz: Perdido anda el hombre entre los distintos caminos que se les presenta ante su vida, y ha de elegir o responder al que le llama.
II: Jesús carga con la cruz: Responder supone, seguir en la dirección señalada por el que llama, y ello supone dejar otros senderos, y seguir el señalado.
III: Jesús, cae la primera vez: No faltaran ganas de volver, ante las tentaciones que nos llaman a otros caminos más fáciles; se duda, se teme, se cae...
IV: Jesús se encuentra con su Madre: Pero, si se agarra uno a María, que nos busca y nos ayuda, será fácil seguir, si Ella nos acompaña, como hizo con Jesús.
V: Jesús es ayudado por Simón de Cirene: A veces no pedimos esa ayuda, que no siempre nos viene de la generosidad de los que pasan de largo; pero si se pide ayuda, habrán Cireneos en nuestro camino.
VI: Jesús es limpiado por la Verónica: También habrán Verónicas que nos consuele y ayude, limpiándonos el camino, y empujándonos cariñosamente, para que sigamos adelante.
VII: Jesús cae la segunda vez: Nunca estaremos seguros de no caer, lo cual significa que no vemos claro, y necesitamos fuerzas para seguir, que nos vendrán de lo alto, sin falta.
VII: Jesús cae la segunda vez: Nunca estaremos seguros de no caer, lo cual significa que no vemos claro, y necesitamos fuerzas para seguir, que nos vendrán de lo alto, sin falta.
VIII: Jesús habla con las mujeres: El palo seco, es el que arde (señal o símbolo del infierno), debemos evitar por todas formas, no ser palo que arda, y no contrariar los planes de Dios.
IX: Jesús cae la tercera vez: Nadie está libre de caer nuevamente, son las zancadillas que el diablo nos pone en el camino; pero Dios nos da su mano para alzarnos y seguir.
X: Jesús es despojado de sus vestiduras: Jesús es el modelo de desprendimiento: no tenía donde reclinar la cabeza, y nos habló de la pobreza bienaventurada.
XI: Jesús es crucificado: la cruz, es el mejor trono, regalo que nos da Jesús, que nos permite compartir su gloria, dándonos problemillas, dificultades, obligaciones, etc.
XII: Jesús muere en la cruz: ¿Y dónde mejor muerte? ¿Acaso el discípulo, ha de ser mejor que el Maestro? ¿No es Ella, la mejor escalera para la Gloria? En Ella viva y more.
XIII: Jesús es descendido de la cruz: No hay que seguir en Ella, una vez muerto; el cuerpo busca su materia; el espíritu vuela a la eternidad; quedan los despojos en el suelo (nuestro cuerpo).
XIV: Jesús es sepultado: A una cueva lo llevó un amigo, que quiso su reliquia; pero, los planes de Dios eran otros, y allí estuvo lo señalado por las Escrituras.
Jesús resucita: También estaba anunciado; después de tres días, volvería a la Vida, donde nos precede, va por delante (en todo).
Vía crucis del servicio al altar (o acolitado):
I: Jesús condenado a muerte de cruz: Cada uno tiene un ministerio que cumplir, un don, un carisma, un talante, una llamada, cualidades (por ejemplo a servir en el altar, y hacer de ángel)...
II: Jesús carga con la cruz: No deja de ser una carga –aunque ligera- pero la puntualidad, la fidelidad, la constancia, etc. En la obligación de preparar los vasos sagrados, y ocuparse de y en las cosas del Señor.
III: Jesús, cae la primera vez: Algún pecado de desobediencia, de falta de caridad, de algún mal trato, descuido en la oración, no amarlo lo suficiente (a Él), etc., y acercarse al confesionario. Son caídas.
IV: Jesús se encuentra con su Madre: Si Ella es nuestra compañera, amante, amada, madre, amiga, reina, señora, alegría, sueño, consuelo, amor..., será fácil seguir en el ministerio y a más si así la generosidad me lo pide.
V: Jesús es ayudado por Simón de Cirene: Siempre habrá compañeros que ayuden que suplan, que sustituyan, que colabore, que me eche una mano (me los pone Él, y son mis Cireneos).
VI: Jesús es limpiado por la Verónica: Y así como limpio o purifico el cáliz, me limpio, y me limpian distintas Verónicas, que cuales otros Cireneos, salen siempre al camino y he de discernir.
VII: Jesús cae la segunda vez: El confesionario, siempre espera, para levantarnos de las caídas, aunque sean leves; pero andar en las cosas del Señor, exige limpieza total.
VII: Jesús cae la segunda vez: El confesionario, siempre espera, para levantarnos de las caídas, aunque sean leves; pero andar en las cosas del Señor, exige limpieza total.
VIII: Jesús habla con las mujeres: Es el último sermón; las ama, pero les recrimina o rechaza sus lágrimas, y dice recen por ellas y sus hijos, que Él es inocente y le hacen eso, ¿qué no es harán a ell@s?
IX: Jesús cae la tercera vez: Cuanto más se perdona, más se ama; más hay que agradecer, por eso, aún a diario, habría que levantarse de las más pequeñas caídas, para poder subir, sin lastre.
X: Jesús es despojado de sus vestiduras: Hay que soltar amarras, y descolgar todo aquello que nos ate; liberarnos de las riquezas, por la Riqueza. Quitar lo que nos sobra...
XI: Jesús es crucificado: O lo que es lo mismo, atarse a las obligaciones, cumplir con nuestro cometido, según el compromiso o encargo divino, que si soy lo que soy, es porque Él lo quiere. Un cabello, no se cae sin su consentimiento.
XII: Jesús muere en la cruz: Y así, ser otro Cristo; a Él configurado, su otro yo; Con Él morir, para con Él Vivir y Reinar. Mimetizarlo en mi vida y muerte.
XIII: Jesús es descendido de la cruz: Descender, bajar..., para subir, par elevarnos, para ascender, para glorificarme, para servir, para amar, para dar la vida...
XIV: Jesús es sepultado: Cual semilla, que aguarda a germinar, que sale de la tierra dando fruto, y no es grano, sino más Vida, y Vida verdadera y eterna.
Jesús resucita: Sigue vivo en el Altar, en el Sagrario, en la Palabra, en la comunidad, en la persona del sacerdote...
El Padre Báez.
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