La crisis,
en el campo,
se nota menos:
Que también se nota, pero no tanto.
De entrada, hay menos paro.
El campo da siempre y a todos trabajo.
La esperanza, está –pues- en el campo.
No se gana dinero, pero se tienen la comida.
Y el que no trabaja, es porque no quiere.
Eso sí, ligado a la agricultura o a la ganadería.
Y, cuando se va el sol, como las gallinas, todo el mundo se recoge.
Y huevos –ya que hablamos de gallinas- nunca faltan en casa.
Pasa, que no todos están dispuestos a ensuciarse con la tierra y los animales.
Se reverencia a los ancianos, que son los sabios y transmisores de tradiciones, costumbres, ciencia y cultura.
Y es que economía sin sector primario es imposible.
Todo es cuestión de hacerse cargo de la tierra, sin excluir de ella a los animales.
Se vive alegre.
En la comida, nunca falta la verdura.
Tampoco las papas, el queso y la fruta.
Algún pollo cae de vez en cuando (del propio gallinero).
Nunca falta la ensalada.
Se come del lugar, y sin tratamientos.
Los recursos, son naturales (ecológicos, como toda la vida han sido).
Se es vegetariano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario