Si al menos hubiera miel de
tabaibas…
… pero, ¡es que ni eso! Ni las abejas se atreven a libar
la flor de la tabaiba, porque morirían, caerían muertas al suelo. Y es que esa
flor amarga como la hiel, no es apetecible por las que nos regalan con el dulzor
de su miel, cosa rica, y que, ¡vaya usted a saber!, si la desaparición de las
abejas, se debe -en parte- que las muertas de hambre, al chupar de las tabaibas,
se han muerto, en acto desesperado de comer algo, y lo pagan con la vida. Toda
vez que no afirmo nada, al respecto lo dejo como hipótesis y que sean otros los
que averigüen, qué hay de verdad o acerca de ello. Por de pronto, ningún bien se
sigue de las tabaibas, aunque deben tener algún potencial por descubrir, pero
que protegidas, tampoco se podrá obtener nada de ellas. Por lo pronto las
buscadoras de polen, o de flores (las abejas), las desprecian, ¡que ya es decir!
Y es que si por parte de magia, las abejas pudieran soportar el veneno de la
leche de la tabaiba, y la convirtieran en miel, ¿quién y dónde el guapo, que
coma o endulce su desayuno con esa miel lechosa envenenada? Queda claro, que la
sabia naturaleza, rechaza lo que el hombre protege, como si con ello nos fuera
la salvación (me refiero a la económica; y sí, para ellos, los del cabildo, que
tienen en las tabaibas asegurado el sueldo, cobro o pago a su personal, que se
lo saca al incauto y sencillo campesino, que no sabe de leyes, hasta que les
llega la receta). Pues lo dicho, la flor de la tabaiba, es rechazada por las que
viven de flor en flor, que es cosa de tomar nota: ¿por qué las abejas rechazan
las flores de las tabaibas ya sean dulces o amargas?,
¿eh?
El Padre Báez
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