Desgracia tabaibera…
… que anda un auténtico ejército de arrancadores de hierbas de
parterres, rotondas, orillas de las carreteras, etc., vestidos con el
correspondiente uniforme vede y amarillo fluorescente, compuesto por mujeres y
hombres, que extirpando de dichos lugares toda hierba, sea mala o buena, menos
las tabaibas que se hayan nacido y muestre sus primeras hojas en débil tallo, y
que se transformará en arbusto, digo que esas toneladas de hierbas frescas,
recién cortadas o arrancadas, ¿no podían ser llevadas a los pastores y/o
cabreros, que echadas a sus ganados serían las delicias de los mismos, para que
ahorren en pienso, y que las hierbas suplan? ¡Pues no señor! Esas hierbas en
camiones y camiones, ¡al vertedero!; y los barcos trayendo comida en piensos y
pajas secas, para nuestra escasas y cada vez menos cabras. Lo que sí está
claro, es la ninguna estima que estos del cabildo tiene por las cabras, pues a
las mejores las matan a tiros, y a las otras, ¡ni la hierba segada por un ejército
de segadores que a diario arrancan hierbas, y las tiran en lugar de darlas a
los corrales, que harían las delicias -repito- de los rumiantes, a la par que
los pastores ahorrarían en toneladas de piensos (que igualan el sabor del
queso), que son los que empobrecen a unos (los pastores), y enriquecen a otros
(los del cabildo), que premian y preservan, reservan y protegen a un arbusto,
que por endémico debiera estar en una reserva, pero no reservar todas las
islas, para que junto con los pinos, sean las únicas plantas verdes que vivan.
Por de pronto, aunque al siguiente día vuelvan a empezar a crecer o salir, se
dedican bobaliconamente, al oficio de arrancar hierbas por donde hemos dicho y
más. Hierbas, que no alimentan a ningún animal. Vamos, ¡de premio! Será que
como piensan comercializar la leche de tabaiba, la de las cabras, no les
interesa (ovejas y vacas tampoco).
El Padre Báez.
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