lunes, 17 de marzo de 2014

divina


La tabaiba, no es selectiva…

 

… y se adapta a todo terreno sea de la clase que sea; no así cualquier otra planta que necesita un determinado terreno, clima, altura, etc., que tocante a la tabaiba nada a sus anchas, sin rechazar ninguna oportunidad donde echar su raíces y mostrar su presencia, y ello desde la costa a las cumbres, y a la redonda -si se trata de esta isla- que a toda clase de terreno se acoge, como prostituta que no desecha a nadie si de ello depende su pecunio (no he dicho “pecado”), y así la tabaiba, se enseñorea, campea, domina, avanza sin que ningún ambiente le sea hostil y de ahí su total expansión y colonización. Y ante semejante panorama, sorprende que la tengan protegida, cual si escuálida, esquelética y reducidísima se encontrara, siendo como es una planta autóctona, pero no en peligro de extinción o como se las suelen llamar en esa condición, planta endémica; es decir, escasa y a punto de desaparecer, cuando sucede todo lo contrario. Antes desaparecerá toda otra plantación y plantas, que ella, pues en riscos, laderas, barrancos, volcanes, arenas, barros, etc., etc., se las encuentran por todas partes. Bastaría darse un garbeo o salida para ver que por ambos lados de las carreteras y hasta donde alcance la vista otra planta no se ve, que no sea ella, que está por todas partes, como reiteradamente vengo diciendo desde la primera entrega, que no necesita de protección, porque amplia, generosa, abundante y totalizante ella está -como Dios- en todas partes. Tal vez, por esa condición “divina”, tenga la protección, que le es debida, pues faltos de fe, se busca un sustituto al que adorar, ¡pues ya está!

 

El Padre Báez

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