Rechazo a la tabaiba…
… salvo una pequeña reserva que las preserve y perpetúe su especie,
pero no de forma y manera exclusiva y total. No hay que salvar, lo que está
salvado; no hay que proteger, lo que está de sobra protegido. Hay -pues- que
retirar, esa superprotección indebida e innecesaria (salvo para los bolsillos
de quienes sabemos de sobra también). Alegaciones a tal fin, han ido saliendo
-¡y las que quedan!-. Por los correos que recibo, veo va cuajando la idea del
rechazo, para lo cual se cuenta ya con un gran consenso. Nuestros políticos
debieran ya tomar parte en este asunto y presentar dicha propuesta, y parar ya
la sangría que supone para el campesinado, el mantener esa planta que nada
produce, sino una leche que no se utiliza para nada, y que de ordeñarlas,
tendríamos ríos de leche por todos los barrancos de las islas, al contar con un
número descomunal de sus ejemplares. La sociedad espera ya impaciente, se abra
un proceso de descatalogación. Propuesta ésta que creo -sin consulta- cuenta ya
con un apoyo masivo. Sobra ya el debate porque ampliamente se han solidarizado
con estas mis ideas la población tabaiberil, que quiere recuperar el apelativo
de siempre “canario”, que han ido calando en la sociedad, y masivamente piden
su desprotección, para que estas islas vuelvan a ser lo que fueron, una
despensa, de la mejor fruta, hortalizas, carne, leche, etc., todo ello vetado
por una planta que se enseñorea y campea como cual diosa por el archipiélago.
De lo contrario, el pueblo campesino seguirá siendo sancionado, y no con 600,00
euros, sino con 6.000,00 euros y más, por dañar en lo más mínimo a una sola
tabaiba. Nada digamos si el daño es mayor o su desaparición, por más que no sea
sino de un solo ejemplar.
El Padre Báez.
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