POPURRÍ 450:
En el Año de la Fe (74): El respeto a otras opciones o vida sin Fe, me hace tener grandes amigos no creyentes, sin querer cambiarlos. ¡Allá ellos!
Al habla el historiador (450):
Si Jesús le nació en la mesa de la eucaristía...
... ¡feliz Navidad!
Si la cosa no pasó de su mesa y la familia...
... ¡feliz navidad!
La noche fue buena si se celebró...
... el Nacimiento de Jesús, y no otra cosa: cena, muertos, familia, etc.
La Navidad, está más allá de...
... belenes, villancicos y turrones.
La navidad de áreas comerciales, y otras entidades, fuera de la Iglesia...
... eso, no es Navidad.
Huertos urbanos, no...
... huertos en el campo.
Si la gran preocupación de algunos partidos políticos es el trato que le han dado a un belenista...
... ¡malo, muy malo! Mal y a peor que se pone la cosa, con denuncias como éstas, olvidando la mayor: paro, hambre, crisis, etc.
Que somos muchísimos, y hay que frenar esto, lo dice Rivero...
... y todo aquel que tenga dos dedos de frente.
Los que se formaban en podar y regar jardines...
... se quedan sin dinero. Total, ¡p´ lo que les enseñaban!
Por Telde, carreteras...
... sin planes generales. ¡es, que no aprenden!
Según parece, se espera una reactivación de las pateras...
... y es el caso, que no hay dinero para los menores (niños de 17/18 años ¡y más!).
Lo de los plantadores de cardones y acebuches (gesplán)...
... es que no tiene nombre (iban a Inglaterra a aprender el idioma, a cargo del dinero público).
¿Cómo se va a parar el paro...
... si no para de entrar inmigrantes?
Y aunque las mujeres tabaiberas no den a luz...
... no se justifica lo otro.
Ahora resulta, que los que tiene alma...
... son los perros. Con razón se les trata como se les cuidan.
Cada vez menos turistas...
... la mejor de las noticias.
Y, toda vez que el queso tabaibero está contaminado...
... comeremos queso del mundo entero.
Lo mejor de todo, dicho por un médico (Vicente Simón)...
... se nos educa para bienes materiales, pero falta el cultivo Inter.
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“... los pastores se decían unos a otros..., los que los oían se admiraban de lo que decían los pastores..., los pastores se volvieron...” (Del santo Evangelio según san Lucas).
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Yo(2) no
lo pondría.
Está claro, que un servidor, no lo colgaría, sobretodo por el aspecto de hombre ahorcado que parece, y ello, hasta puede incitar al mismo ahorcamiento a más de uno. Y créanme, es la impresión que me causó, ver aquel bulto, con las formas de humano, colgando de la pared de aquella casa, que hasta me asusté, al verlo así de repente, y sin esperarlo. Luego fueron apareciendo otros, y en cadena o subiendo escaleras hasta tres juntos, y de verdad, o tengo el gusto enfermo, o es realmente algo de muy mal gusto, y más con la connotación de suicidio o estímulo al mismo, ver a un muñeco, que cuelga, con la cabeza hacia un lado, y un cabresto o soga desde el cuello amarrado al pretil, o al balcón. Pues si ese ahorcado, vestido de rojo, me trae algún regalo, que se lo reserve y se marche, que me lo deje a la puerta de mi casa y se largue, aunque prefiero esperar a los Magos, que son los nuestros, pero si se empeña en adelantar a los “Reyes de Oriente”, que lo que me traen o regalan –aún fuera de tiempo- que me lo tire a la azotea o por la ventana, y se largue. ¿Por qué he de soportar a ese ahorcado, colgando de mi casa, varios días, dándole el viento y meciéndose a merced del aire, rayando la pared, y dando esa tan fea y mala impresión? Creo, que los que se han suicidado, por las razones que hayan tenido –todas respetables- merecen no se haga mofa o burla de lo que ha sido una tragedia –y bien harían no recordarles a sus familias el fatal desenlance de su feudo- como para representarlo en el frontis de la casa, o colgando de ventanas, pretiles o balcones. No señor, los muertos por ahorcamiento, merecen un respeto, y sobretodo, que no se enseñe a nadie les emule e imiten con ningún método para morir violentamente, cuando no ya sea de menor calaña, que simule a un salteador, ladrón o mafia alguna, que asalta y roba en tranquilos hogares subiendo por las paredes y entrando por el techo a robar y matar. Es una vergüenza y un insulto a nuestra cultura y tradición y peor que un bofetón, darle entrada por chimeneas, techos, azoteas y ventanas, a un personaje, que nada tiene que ver con el cristianismo, para celebrar la Navidad o Nacimiento de Jesús. No creo nadie tenga derecho a martirizar a la sociedad, vecinos y viandantes, que tienen que soportar ese machango colgando las fachadas de las casas, de pobre gente, que muestran su falta de madurez, dando pábulo y aliento a un infantilismo ridículo y macabro, pobre e inculto, cuando no una imagen de quienes atentan contra lo ajeno. Bueno sería, que quienes por error o equivocación, creyendo hacía algo gracioso y vistoso, llamativo y moderno, caen en la mayor de las horteradas y simplonería además de lo dicho, que, debieran descolgar a ese espanta-pájaro rojo y blanco, al menos por dignidad y para que no se rían de ellos, y echarlo a la basura. Y pensar, que algunos, lo han mantenido guardado todo un año, y ahora los sacan arrugado, con la cabeza doblada o al revés, unos dando la espalda, otros inclinados, otros doblados por la cintura, con brazos que cuelgan cuales muertos y la mayoría dando la nota de que en esa casa vive alguien que ha perdido el norte, y asombra a la vecindad, estimulando al suicidio y mostrando a un ahorcado, que nada tiene que ver con lo que celebramos, y que cuando la menor, se trata de alguien que salta paredes y ventanas, azoteas y techos para entrar en las casa a apropiarse robando, de lo que no es suyo, y a tal fin lleva colgado al hombro la saca donde se llevará lo que coja. Y encima la tortura de tener que aguantar esa figura tan nefasta, durante un largo mes, y más si por olvido o ignorancia lo mantienen más allá de las fechas del invierno que no les es propio, pues no creo en el desierto africano, tan cerca de nosotros, cuelgue de ninguna casa, precisamente por no ser de su tradición y cultura. Por eso, un servidor, sin colgar a nadie, simplemente espera, que invisible entren por el agujero de la llave los tres de siempre, y en su día –el 6 de enero- me dejen en los zapatos, aquello que me quieran traer según merecimiento o comportamiento. No, ciertamente, yo no cambio a los de mi infancia por este viejo venido del polo norte, que los míos vienen en camellos, por el desierto, buscando a Jesús a quien regalan oro, incienso y mirra, y a mí la sorpresa de algo que me deja la familia, y le llamamos regalos de o por los Reyes.
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