Orillas de las carreteras:
Les han entrado una fiebre de poner pareditas por las carreteras, llenar de cemento las orillas de las carreteras, ensanchar un cuarto metro las orillas de las carreteras, de arrancar eucaliptos de las orillas de las carreteras..., que si una milésima parte de lo que están gastando en nada, en ejércitos con reflectantes, cobrando por dirigir el tráfico, y en mirar a quien baja o sube pasa o viene, en la agricultura, no habría que importar nada. ¡Ese es el kabildo que tenemos y que no debe existir porque tenemos un gobierno duplicado!
Y dice uno, si en otro tiempo –tiempos de Don Matías Vega- se plantaba en las orillas de las carreteras olivos (ver carretera desde Agüimes a Santa Lucía pasando por Temisas) u otros antes, por Las Cumbres, plantaron castañeros, nogales, cirueleros, almendreros, etc., me pregunto: ¿Por qué estos derrochadores del dinero en algo que en nada ayuda o beneficia, dado que cada vez hay menos coches, y camiones ya no se ve ni uno, en gastos faraónicos en millones de euros en orillas de las carreteras (sin contar las telas de acero, convirtiendo la isla en un gallinero) –digo (pregunto)- ¿por qué no sustituyen lo que arrancan –los eucaliptos- por árboles frutales?
Si lo anterior hicieran, como que si arrancan todos los eucaliptos, que por otra parte, los que los plantaron en sus días (hace años), lo hacían como un bien para la población, porque dada la pluviosidad de otros tiempos, los eucaliptos absorbedores y consumidores del agua, restaban humedad y quitaban aguas en las casas y en los terrenos empantanados. Es decir, incluso –en su día (repito)- el que plantaran eucaliptos, era pensando en el bien de la población, que lo que es ahora, nada, de nada. Arrancan o cortan, y no sustituyen. Y si plantan, ya sabemos lo que plantan (basuras).
Y eso, que las orillas de las carreteras, siguen teniendo terreno apto o hábil para ser sustituidos por árboles frutales, como son las higueras y muchos otros según zona y altitudes, terrenos y climas. Pero es, que no ponen ni unos ni otros, por más que a lo mejor se lo están pensando: poner pinos, cipreses –por los muertos que usan de las carreteras cuales campos de deporte- o acebuches, porque lo que es la retama y las tabaibas, ya estas nacen sin ser plantadas, dada la plaga de las mismas, ya que se extienden sin ser plantadas, como la pólvora, colonizando el territorio todo y tanto, que ha cambiado hasta el nombre de la isla (antes Gran Canaria, y ahora el Gran Tabaibal).
Mi padre, hasta sembraba archita, centeno, cebada y otros granos para sus animales, en los terraplenes o trastones, cunetas y solapones de las orillas de las carreteras. Las orillas de las carreteras, eran fuentes de comida, para personas como para animales (ramas de álamos, de castañeros, de escobones, etc.), Ahora, las orillas de las carreteras, solo tienen piedras y cemento; siguen con el dichoso cemento, por cunetas ridículas, con ampliaciones mínimas, con ensanches por trozos descomunales, con..., destrozos de lo que había, sin reponer, sin sustituir, sin reforestar –como tanto les gusta decir al kabildo- con algo que supla o sustituya a lo que quitan. Pero es, ¡que son la caraba!
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