La defensa
de los pinos.
A pesar de lo de Pepe el de Pavón, pastor, que dice: “debajo de un pino, no crece, ni otro pino”. Su hermano Fermín, en el Lomo del Palo, añade: “¡ni la zarza, crece debajo de un pino!”. Sabido por todos es, que debajo de un pino no crece nada (debajo de un olivo crece de todo: papas, coles, lechugas, etc.). Los científicos del mundo han dicho respecto a los pinos del Tabaibal (antes “Canarias”), que: “...desertizan y envenenan la tierra...”; hasta el estiércol de pinocha es malo para la tierra; el refranero rico al respecto, dice –entre otros-: “si quieres mal a un vecino, plántale un pino”, le rompe la aljibe, el estanque y no le deja crecer nada. El abuelo del profesor Reina (q. e. p. d.), decía: “si quieres mojarte todo el año, planta nogales y castaños”, y a pesar de que lo único que se planta desde hace 60 años solos son pino, y aún siguen con ellos en una sola reforestación con un árbol que no da comida (la pinocha no se come); y el pino, para lo único que sirve o vale es para arder (en incendios), pues ni su leña es buena para hogares por el humo tan intenso que echa; y de ellos su madera no sirve para nada (se la comen los gusanos). Donde hay áreas recreativas entre pinos, las mesas son de piedra y cemento (si fueran de madera de ellos, se pudren). Cuando se es feligrés o párroco de la Virgen del Pino, en Teror, en Arinaga o en La Breña (Telde), nos debe costar atacar al pino, pero a pesar de ello, no puedo defender un pino gallego, africano y hasta del Canadá de los que nos han llenado la isla, dada el hambre, el paro, la crisis, ya es hora, que no dando, ni teniendo algún bien el pino, ya es hora (repito) se planten olivos, castañeros, almendreros, nogales, higueras, etc., y no tener que importar esas frutos de fuera, que pudiéramos tener de dentro mejores en calidad y sabor, dada la calidad de la tierra. El engaño con el que le quitaban las tierras a pastores y a labradores, fue que el pino traía agua, y la verdad es que antes (sesenta años atrás), llovía hasta tres meses sin verse el sol y aguas continuas, y en decir de la gente de Artenara (pinar de Tamadaba): “desde que plantaron todo de pinos, se ha perdido el agua en remanientes, fuentes, arroyos y barrancos, y por descontado no llueve, porque el pino aleja las nubes”. De hecho el kabildo la única razón que da al presente para justificar el seguir plantando pinos, es para crearle corredores al pinzón azul (un pájaro, que nadie ha visto, porque sencillamente, no existe). Pues, a pesar de estas mínimas razones –las que caben en un pequeño artículo o comentario- hay que soportar comentarios u opiniones, como la que les añado:
“... plantar pinos creo que no es una tontería. Es una necesidad para que llueva. Y para embellecer la tierra y permitir que los canarios tengamos lugares donde pasar un domingo a la sombra...”
Se produjo el anterior escrito o cita, cuando alguien que quiso publicar y decir algo en contra de los pinos teniendo en cuenta mis razones, hechas suyas, alguien (una segunda persona), le dice que no lo haga, porque el pino tiene estas sus razones de existir y ser:
- Es algo muy inteligente (no es una tontería),
- son necesarios, para que llueva (cuando con ellos desapareció el agua),
- para embellecer estéticamente la isla (yo creía eso se hacía con geranios y con almendreros y otros árboles más hermosos),
- porque son lo únicos árboles que dan sombra (cuando sabido es que eso la dan todos los árboles, y la del pino es asfixiante y mala).
Razones muy pobres, y hasta ingenuas, por no decir ridículas e infantiles. Económicamente nos iría mejor si en lugar de no cosechar nada de ellos, en su lugar se plantaran tuneras y parras, que también dan sombra, y atraen el agua. En fin, difícil mentalizar a un pueblo engañado, que ve en el pino bienes sin fin, y razones para seguir plantándolos a pesar de los billones de ellos ya plantados, y la intención de quitar cercados de papas, y lugares de siembra de trigo, para invadirlo todo de un árbol, que solo da resina –además de la pinocha- sin ninguna utilidad, salvo que si vas “un Domingo a pasar a su sombra el día” si te sientas en el suelo te levantas con la ropa para tirarla, por culpa de la resina, contra la que no hay remedio. Otros árboles son comida para personas y animales; y el pino, la cabra que la pruebe, muere envenenada. Y que uno sepa, no se despachan bocadillos de pinocha, ni se hacen sopas de pinos. Sus piñas, son bombas tipo granada, que saltan a gran distancia con el fuego o calor y siembra de más pinos el terreno.
Por supuesto, que quiero y defiendo al pino: el pino canario, que crece entre piedras y en riscos, Y además me quedo, con la que se llama “Pino”, y es nuestra Madre y Patrona.
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