El móvil, ¡chacho!:
Que salgo de la emisora de Radio (Radio Aventura. Siglo 21 FM 107.8), y me lanzo de prisa hacia la gasolinera, donde dejo el coche, y bajando por esa calle central, que sube o baja hacia San Gregorio o desde San Gregorio, y sorteando a la gente en ese hormigueo humano que van y vienen, que compran, salen y entran, se paran y aceleran, que en una y otra dirección te encuentras, que como es lógico, la gente te (me) conoce, y amablemente me saludan...
A veces voy con la cabeza baja y de prisa, con la intención de que no se me reconozca o no encararme con nadie que me pueda saludar y frenar, al verme de frente y descubrirme, que te saludan; y bien, dependiendo de la prisa, que uno tenga te dicne: “¡adiós!”; otros: “¡buenos días!”, otros, se alegran de verte y me lo dicen; otros de conocerme personalmente; también los que me felicitan por programas del presente o del pasado; me dan información, me preguntan...
Y es el caso que en este trasiego de saludos, a veces te paran y hasta se hacen corros a los que se incorporan nuevos peatones y saludos terceros y más, que bajas un día cualquiera, y oyes que te saludan con el clásico y repetido: “¡Buenos días!”, saludo que correspondo al igual diciendo lo mismo, y veo que no soy de nuevo correspondido, y miro y veo, que no es a mí a quien han saludado, porque el saludo era para el que estaba al otro lado de móvil, ¡vaya usted a saber!, que previa llamada por quien paralelo caminaba y del cual oí el “¡buenos días!”, se lo daba a alguien que no caminaba junto a él, sino a alguien en el otro lado del teléfono, a quien saludaba, y saludaba quien pegado al oído llevaba un móvil, y no aun servidor que le contestó (¡vaya corte usted!)...
... pero, que va y me sucede responder otro día a quien me preguntaba, en voz alta y clara, como el anterior: “¿Cómo estás?”, y le dije amablemente: “¡bien, bien, muy bien gracias a Dios!”, e igualmente veo que no soy correspondido, y me percato, que la pregunta, no fue hecha a un servidor, sino a quien al otro lado estuviera de su móvil. La verdad, que debo ser medio tonto, cuando respondo saludos que no son para mí, y respondo a preguntas, que no se las hacen a un servidor, sino a gente que no están, y que son llamadas al móvil por el móvil.
Pues no acaban aquí mis desventuras por la calle, porque un día respondo con el seco y afirmativo: “¡Sí!”, cuando me pareció, era a un servidor a quien llamaban, interrogando: “¿Fernando?”, y tampoco era a un servidor a quien preguntaba, sino que alguien que igualmente a los anteriores, llamaba y preguntaba si el interlocutor, era mi tocayo.
No sé si esto me pasa, por no tener móvil, toda vez que me niego a tener ese aparatejo, para no ir por las calles hablando solo, por más que más allá de donde estoy o esté, esté o haya alguien con quien me comunique. Triste, no hablar con quien te cruzas, y hacerlo con quien está lejos, y por lo oído o escuchado con la simpleza de tres tonterías: saludo a uno, doy razón de mi salud a otro, y al tercero que ciertamente sí soy o era Fulano de tal.
En todo caso, no creo sea un servidor tan despistado, es que me parece de muy mala educación, que el que llame por el móvil no lo haga con delicadeza, con educación, parado y en otro tono más bajo, porque caminando a tu lado y a grito pelado, como si te lo dijera a ti, con el móvil por el otro lado (que no lo ves), y oyes a alguien que te pregunta o saluda, y educado que es uno, va y responde y luego te das cuanta que no es a ti con quien saluda, pregunta o habla, y te entra una mosca que pá qué, que hasta vergüenza me da, me miren extrañados al creer me inmiscuyo en conversaciones a las que no me llaman, ni dan entrada.
Será signo de los tiempos, moda, vacío, soledad, vicio, gasto de dinero tontamente, sin contenido, demencia, idiotez, simpleza, salvajismo, mala educación, falta de respeto, sin control, seguimiento, molestar, parado, celos, tanto que comunicar, filosofía, costumbre, imitación, sobrado de dinero, drogado, amargado, infantilismo, falto de luz, urgencia, aviso importantísimo y trascendental, información, olvido de algo al fuego,
cambio de pañal, perdido, S.O.S., ¡socorro!, que le eche de comer al perro, si ya se levantó, que ya va para allá, qué tiempo hace, memez...
El Padre Báez, sin más.
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